En Venezuela temen una catástrofe si Trump obliga el retiro de Chevron

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Con los 2 dólares de salario que gana cada semana trabajando como conductor de carga en el campo Petroboscan, Freddy Brito ni siquiera puede darse el lujo de comprar un kilo de queso.

Para alimentarse, tanto él como su esposa dependen de un combo de al menos 13 productos. Trae unos 20 kilos en arroz, atún enlatado, frijoles, café, harina de maíz precocida y otros artículos valorados en 200 dólares que cada mes le da Chevron.

La empresa, con sede en California, es socia minoritaria de Pdvsa en Petroboscan, un proyecto en el estado Zulia.

El plazo
El futuro de la firma estadounidense en Venezuela ahora depende del presidente Donald Trump. Debe decidir antes del 25 de octubre si renovar o no una exención que le permita seguir operando en Venezuela.

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“Si Chevron se va, quedaremos sin una mano. Lo poquito que nos está llegando es por medio de ellos”, dijo Brito en un reportaje de la agencia Reuters.

Al acercarse el nuevo plazo, algunos argumentan que obligar a Chevron a salir, podría provocar un nuevo descenso en la producción de crudo. Lo que se suma a la presión económica sobre Maduro. Tal como dijo como el ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.

Pero otros, como el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dicen que Venezuela podría entregar los activos de Chevron a compañías rusas o chinas.

Los residentes de La Cañada de Urdaneta, donde se encuentran las operaciones de Petroboscan, temen que la salida de la compañía agregue más miseria al drástico deterioro de su calidad de vida.

“Chevron ha aportado en todas partes”, dijo Yennifer González, madre de tres estudiantes en la escuela de San Agustín en La Cañada. Allí, la compañía financia comidas para estudiantes y personal, y también está pagando un proyecto de construcción.

Por ley, las empresas conjuntas de Pdvsa deben invertir el 1% de sus ganancias en programas sociales en las áreas donde extraen crudo. El portavoz de Chevron, Ray Fohr, dijo en un comunicado que las contribuciones totalizaron casi 100 millones de dólares entre 2007 y 2018.

Petroboscan y Petropiar, la otra gran empresa conjunta de Chevron con Pdvsa, en conjunto bombearon más de 100.000 bpd a principios de este año.

Pero ambos han detenido la producción por completo en algunos momentos, a medida que los tanques de almacenamiento se acercaban a su máxima capacidad porque las sanciones de Washington estaban asustando a los compradores.