José Aranguibel: ¡Qué molleja Corpoelec!

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«Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.» Albert Einstein

No deja de tener razón Ricardo Portillo cuando en una de sus gaitas dice «que molleja de calor exclaman los maracuchos, cuando el Sol aprieta mucho, brilla en todo su esplendor». Su inspiración de eximio compositor lo llevó a escribir está versión en el año 1.999, que los zulianos le dedicamos hoy a Corpoelec, a ver si algún día mejora y nos devuelve la tranquilidad de no tener desagradables, incómodos y malos ratos por apagones, fluctuaciones y destrucción de electrodomésticos que, unido a la falta de agua, que tampoco Hidrolago quiere despachar, ahora a lo mejor le restreguen a nuestro astro Rey toda la culpa de las altas temperaturas, cuando la verdad es que en su tarea de darnos luz, sin cortes ni interrupciones desde que amanece, «El Catire» es mejor cumplidor aunque nunca lo van a reconocer.

La gaita de Portillo no descifra si fue en Cabimas, Lagunillas o El Batey donde se originó o proviene el abrasador calor que estos días nos carga sudando a cántaros, locos y desesperados, pero lo que si sabemos en el  Zulia es que el servicio eléctrico de Corpoelec es malo, malísimo y muy deficiente en los 21 municipios y más allá de las fronteras de nuestro estado. Claro, seguramente, mucho tendrá que ver el daño ecológico que en décadas le ha infringido el hombre al planeta y fenómenos como La Niña, El Niño y otros desajustes atmosféricos, observados alrededor del mundo, terminan pasando semejante factura. Sin embargo, la excusa, pretexto o evasivas de organismos como Corpoelec o Hidrolago en no prestar un seguro y eficiente servicio diario a millones de zulianos no es responsabilidad de la estrella más grande del Universo, sino que se explica por el abandono de la inversión y el mantenimiento de obras hidráulicas y del Sistema Eléctrico Nacional que en teoría deberían estar expandidos, modernizados y garantizando su carácter de servicios públicos estratégicos de un país serio.

Es cierto que en época de las vacas gordas la Revolución Bonita dispuso recursos y nos prometieron que tendríamos el sistema eléctrico más grande y moderno de América Latina, pero como solo «buenos deseos no empreñan» hoy, por ejemplo, en el Zulia podemos observar estaciones y subestaciones de Corpoelec que fueron iniciadas y nunca concluidas. Son testigo del despilfarro y de la huella corrupta que enriqueció a muchos en negociados y contratos con dividendos de dineros públicos que disfrutan muchos y que, cuál si fuésemos enfermos de amnesia, —pérdida de recuerdos, incluidos hechos, información y experiencias— pretenden que olvidemos todo lo sucedido con lo que dice la pieza publicitaria de «Borrón y Cuenta Nueva».

Según, Raúl Azparren, miembro del grupo Activos por la Luz, el principal problema es que el Sistema Eléctrico Nacional, SEN, «sólo cuenta con el Guri como la principal fuente de generación de energía de aproximadamente 14 mil 900 megavatios y las plantas termoeléctricas de reservas no están respondiendo. Sufrimos ese déficit de 2 mil megavatios que se extiende en todas las regiones», dijo.
 Por eso los estragos vividos en los hogares de Venezuela y el Zulia, cuando somos sorprendidos por los repentinos cortes y fluctuaciones, provocan un daño letal que destruye equipos y electrodomésticos adquiridos con mucho sacrificio que imposibilita su reposición. Ni Corpoelec u otra instancia del Poder Público asume alguna responsabilidad. En la última semana de marzo de 2023, el Zulia registró más de 50 fluctuaciones, subidas de voltaje y cortes no programados de hasta seis horas o días, siendo los más golpeados los municipios del interior del estado.

El Comité de Afectados por Apagones ha revelado que en Venezuela se registraron 3 mil 296 fallas eléctricas sólo en enero de este año, cifra que representa un aumento de 16 por ciento en comparación con el año 2.022, cuando la cifra alcanzó los 2 mil 839 apagones. Corpoelec no ha informado razones de los cortes no programados que desde inicios del 2.023 recrudecieron en el Zulia. Lo chistoso de teorías conspirativas, acciones terroristas y la presencia de iguanas, rabipelaos, zamuros y otras especies del mundo animal pasaron a mejor vida. La tierra de El Brillante lidera la lista de regiones más afectadas por fallas eléctricas en el país, siguiéndonos Mérida, Guárico, Miranda y Lara.

Por su parte, Adolfo Velázquez, ingeniero eléctrico, ha advertido que de once plantas termoeléctricas que hay en el Zulia, solo una trabaja. “De todos esos puntos solo sirve una perna que viene de El Tablazo a Cuatricentenario procedente del Guri de 400 mil voltios. Nuestro sistema eléctrico está bastante fallo. Estamos funcionando con menos del 50 % de generación. Hay circuitos que están transferidos de una subestación a otra, porque hay transformadores de potencia quemados. Al tener un sistema tan endeble, tenemos inestabilidad”, explicó.

Según el especialista, el Zulia tenía hasta 2.010 un sistema de distribución de 24 mil voltios, afirmando que “Termo Zulia está generando de 600 a 900 megavatios. No más. Contando la energía que recibimos del Guri podría decir que recibimos unos mil 400 megavatios. Esto gracias a la perna aérea del sistema de interconexión, porque la sublacustre volvió a fallar. Por eso volvemos a caer en el mismo cuadro clínico, porque no hay inversión. Se repara lo que se va dañando. Así van solucionando al paso. Es un ciclo, un vicio”. Vale decir que como decía Eudomar Santos de Por Estas Calles como «vaya viniendo, vamos viendo».

José Aranguibel Carrasco