Kaled Yorde: Civismo

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A) Uno de los componentes sociales más importantes para la armonía y el orden en las comunidades, es el civismo. Junto a la ética en todos los ámbitos y profesiones, conforman los dos pilares centrales que sostienen a toda estructura social que pretenda ser funcional.


El civismo y la ética son valores de primer órden; ambos contribuyen al buen funcionamiento del órden legal y el estado de Derecho, instrumentos indispensables en grado superlativo para el sostén del sistema de libertades democráticas.


En el «Manual de Civismo» de la autoría de los catedráticos españoles Victoria Camps y Salvador Gines, se destaca una afortunada frase acuñada por los citados autores: » Ser humano es ser con los otros». Esa frase pinta en relieve destacado lo que es el civismo: Un ejercicio de plena solidaridad ciudadana.


Ser con los otros es compartir, preocuparse por los demás no siendo indiferentes ante el problema ajeno, el de los demás seres humanos, los de la comunidad, el vecindario, los condominos, entre otras relaciones, sin que eso quiera decir que tenemos que inmiscuirnos en sus asuntos privados, ser permisivos y entrometidos.


El civismo no es solo un procedimiento para una mejor convivencia, sino que tiene además, un alto contenido moral. De hecho, desde el punto de vista de la filosofía, los conceptos de ética y moral no son sinónimos, aunque la gente los tenga como tales: La ética supervisa y califica los actos morales del hombre. Es la que en última instancia se pronuncia sobre los actos morales, calificandolos como buenos o malos.


Civismo es, pues, actuar rectamente, con las mejores intenciones y buena voluntad, de manera respetuosa y considerada con el otro, observando a cabalidad las leyes de la convivencia social. Cuando así de esa manera actuamos en la cotidianidad, se eleva el civismo a la categoría de virtud social, mostrando, inclusive, interés activo y sano por la vida de los demás, pero sin inmiscuirse en sus cuestiones privadas.


De igual modo, civismo vendría a ser un ejercicio de política de convivencia, vale decir, el deber que toda persona tiene de participar en los asuntos de la cosa pública en su país, lo que hace a los sistemas de libertades democráticas viables y perfectibles.


De hecho,asumir e interiorizar los valores democráticos y cívicos, es la condición esencial de ciudadanía, la cual nos hace sentir como miembros de la comunidad que se preocupan por el bien común.


Extremando el sentido ético del hecho cívico, éste vendría a ser la más genuina manifestación del amar al prójimo como a uno mismo, habida cuenta que estaríamos haciendo nuestros más caros y sentidos esfuerzos para hacerle el bien a los demás, a nuestro entorno, a la patria.


B) LIMITES A LA PARTICIPACION CIUDADANA.
Civismo es participar en todas las actividades políticas donde se juega el destino y la suerte del Estado y de la Nación. En este orden de ideas, en ningún caso se debe consentir, aceptar, tolerar, o en algunas ocasiones hacernos de la vista gorda,frente al comportamiento y las decisiones que tomen los dirigentes politicos, los gobernantes, comandantes militares arbitrarios,líderes comunales y cualquier autoridad o funcionario público de menor rango. Eso es ser permisivos y toda permisividad es contraproducente y dañina.

C) Dejarle las cosas de gobierno y la toma de decisiones importantes y trascendentales de manera exclusiva a los politicos, o no exigirles explicaciones y rendicion de cuentas a los Diputados, Senadores, Alcaldes y representantes ad-hoc, diligencia gremial y partidista, es una evidente falta de civismo.


Los pueblos inmaduros o indolentes, políticamente hablando, suelen ser apáticos. Estilan dejar todo el manejo de la cuestión politica a sus dirigentes. Eso es contrario al deber de participacion que le asiste a todo ciudadano.


Dicho en otras palabras, quien no participe y sea protagonista en el ejercicio civico, es un ciudadano a medias e indolente.


La verdadera democracia tiene que ser representativa y a la vez participativa, lo que quiere decir que el pueblo puede dejarse representar y al mismo tiempo participar, bien sea apoyando o reclamándole a sus representantes que ha elegido su indolencia y dejadez.


Obviamente, esto último sólo sucede en los sistemas democráticos genuinos, y no en las autocracias y las tiranías de derecha o de izquierda.


La actitud de la persona es fundamental para la actitud cívica.
Hay un determinado números de virtudes ciudadanas que deben adornar a una persona cívica: AUSTERIDAD, TEMPLANZA; RECTA PALABRA, SER VERAZ , HONRADEZ, AUTO-RESPETO, AUTOCONTROL y TOLERANCIA.


Estos son valores básicos, sin los cuales no puede haber democracia ni civismo.

@kaledyorde