Neuro Villalobos: Nuestro compromiso: Libertad y justicia

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“El problema es que un camino de fraternidad local y universal, sólo puede ser recorrido por espíritus libres y dispuestos a encuentros reales.” Encíclica Fratelli Tutti.

El ritual nos marcó un año que se fué y otro año que llegó. Lo único nuevo son las esperanzas que las mantenemos vivas ya que son las últimas que se pierden, de acuerdo a la fábula de Pandora que debido a su curiosidad desató todos los males sobre la tierra y que el chavismo-madurismo se encargó, en la realidad venezolana, de esparcirlo por todo nuestro territorio y un poco más allá.

Ciertamente, no podemos esperar un milagro colectivo proveniente de la divina providencia, es nuestro compromiso de lucha, con espíritu de libertad y con unidad de propósito lo que puede materializar nuestro triunfo. Tenemos que estar dispuestos a tener encuentros reales, como dice nuestra iglesia católica, y sinceros, agregaría yo, hasta deslastrar a Venezuela de forajidos, pillos y tiranuelos. Hasta que eso no se logre, el país seguirá en franco proceso de destrucción según el diseño delincuencial, obedeciendo  los consejos del castrismo, que por estos días celebró los 63 años del desmadre de la nación cubana.

En Venezuela han transcurrido 22 años de encantamiento, decepción y sufrimiento de su población, con excepción de los corruptos y deshonestos de distinto pelambre. Los errores políticos se siguen cometiendo producto de una ambición sin límites y una arrogancia sin méritos que nos ha hecho ciegos a las trampas de los manipuladores de oficio y embusteros por naturaleza, es decir, de aquellos mutantes que viven en constante transformación de personalidad con la aviesa intención de desestabilizar a sus víctimas mediante las emociones tóxicas que usan para contaminar y luego dominar a través de inyecciones de culpa, como diría Daniel Habif en su libro Las trampas del miedo.

De esa manera nos han llevado siempre al terreno que más les ha favorecido. Han manipulado constantemente nuestras emociones a pesar de la férrea resistencia que han conseguido. Obviamente, los manipuladores han tratado de convencernos de que sin ellos no podremos llegar a ningún lado porque pretenden mantener infinitamente el poder, como ha quedado demostrado.

Creo que ha llegado el momento de una verdadera redención; los venezolanos han dejado de escuchar a quienes no quieren avanzar, a los representantes del atraso, de modo que no hay culpa en romper las cadenas de la manipulación y de la sumisión porqué el avance será indetenible.

El amor por los pobres del mundo nos debe impulsar a atender con prioridad a los que tenemos más cerca. Es injustificable que la pobreza haya aumentado desproporcionadamente en este período abominable de nuestra historia, con gobiernos que lo han tenido todo, desde un asombroso apoyo popular, hoy en mengua, hasta el más voluminoso caudal de recursos que han sido robados y malgastados por los delincuentes en el poder. En Venezuela ha quedado demostrado que los grandes ideales de construir una nueva sociedad más justa y más libre y de formar un hombre nuevo, tiene poco que ver con ideologías y más con valores humanos y sensibilidad social.

Por eso, ante la terca realidad que nos conmueve, tenemos que quitarnos la venda que hace translúcida la conciencia y nos hace aceptar como algo normal la injusticia. El hombre nuevo y el advenimiento de mejores tiempos vienen cargados de ideales de justicia, esa que en términos de Saramago “no se envuelve en túnica de teatro y nos confunde con flores de vana retórica judicial, sino una justicia para lo cual lo justo sería el sinónimo más exacto y riguroso de lo ético, una justicia que llegue a ser tan indispensable para la felicidad del espíritu como indispensable para la vida es el alimento del cuerpo. Sobre todo una justicia en la que se manifestase, como ineludible imperativo moral, el respeto por el derecho a ser que asiste a cada ser humano.”

El secreto de la libertad está en el coraje decía Pericles, y coraje es lo que hace falta porque hay que continuar la lucha, porque huir de ella es lo peor que puede pasarnos, como dice Paulo Coelho : “Es peor que perder la lucha, porque en la derrota siempre podemos aprender algo, pero en la fuga todo lo que logramos es declarar la victoria de nuestro enemigo.” Estamos obligados a dar un paso al frente para lograr la libertad e impartir justicia, porque recuperar la grandeza de la política requerirá mucho tiempo.

Neuro J. Villalobos Rincón

nevillarin@gmail.com