Amos Smith: El candidato de la hora perdida.

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El silencio es el arma suprema del poder. Charles de Gaulle.

1. En la película de 1972. El candidato, Robert Redford es un joven abogado idealista que acepta la candidatura Demócrata a la Presidencia del imperio gringo. Ante la certeza de una segura derrota electoral, el candidato pone la condición de decir lo que piensa. Al final, después de una campaña exprimida en el trapiche del marketing político, los compromisos adquiridos, las promesas y esa presión de las facturas que el poder se encarga de poner sobre la mesa, extinguiendo el idealismo del personaje de Redford. La metáfora del poder es como. La piel de zapa, aquella obra de Honoré de Balzac dónde un diabólico pedazo de cuero se va reduciendo a la satisfacción de cada deseo de un hombre ambicioso.

Y como puede pasar en la vida real, en la película sucede algo aún peor. En un resultado irreversible, el catire Redford termina ganando la elección presidencial.

También recuerdo un capítulo de La dimensión Desconocida llamado. El paladín de la hora perdida, dónde un viejo, representado por Danny Kaye, un famoso comediante de la época dorada de Fred Astaire y Ginger Rogers, en una de sus últimas apariciones, como un anciano que es el guardián de un reloj de bolsillo que contiene una hora perdida del tiempo, cuyo recorrido final del minutero marca el final de la humanidad.

A veces me preguntó si tenemos algún guardián cuidando la hora perdida de nuestra venezolanidad

Porque en el delirio de un país arreglado quizás, por la reducción de una piel de zapa hecha del mismito cuero Chimbo de los zapatos y bolsos para nuestros educadores a nueve bolivares, nada debería ser para siempre. Que baratoooo!! Cómo decía la promoción del circo mexicano Los Valentino.

El 2024 todavía se ve muy lejos con cerca de 30 candidatos, el imperio galopante de las fakes news, los trending topics, la nutrición del escepticismo nacional y el agotamiento de la capacidad de sorpresa con un escándalo trás otro.

Pero como aquí siempre sucede lo que menos se espera, uno nunca sabe.

Supongo que a finales del 2024, si Dios quiere, habrá un nuevo Presidente que le preguntará a su asesor, cómo Robert Redford en el final de El candidato.

“Y ahora que vamos a hacer?”.

@amossmith