Neuro Villalobos: Con dignidad y coraje

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“No se, pero hay algo que explicar no puedo, que al par nos infunde repugnancia y miedo, al dejar tan tristes, tan solos a los muertos.” Gustavo A. Bécquer.

Los artículos anteriores seriados del I al IV denominados “Reflexiones sin genuflexiones”, fueron extraídos de mi discurso en la toma de posesión como Presidente de la Academia de la Ciencia Económica del Estado Zulia para el período 2015 al 2017, por considerarlas oportunas y con mucha vigencia todavía.

Quienes se tomaron su tiempo para leerlas, cosa que agradezco, habrán percibido que en ellas no sólo están reflejadas reflexiones mías, sino también las de varias instituciones respetables del país, pertenecientes al mundo de la Academia, las Universidades, la Iglesia Católica Cristiana, Fedecámaras y profesionales de la ciencia económica, donde no solo se muestra la dramática situación del país, sino además, se hacen advertencias, proposiciones y recomendaciones necesarias para afrontar la crisis generalizada más espantosa y cruel provocada por delincuentes y aventureros profesionales disfrazados de políticos, ideólogos, diplomáticos e intelectuales, tratando de justificar sus aberrantes posiciones y sus distorsionadas y alocadas fantasías.

Esas recomendaciones se hicieron apegadas a las leyes de la ciencia económica, por obligación legal de las Academias respectivas, nacional y del Estado Zulia, y como lo expresé entonces, por la obligación ética y moral como ciudadano consciente de los desafíos que impone el avance científico y tecnológico de carácter mundial, que obliga a su vez a una revisión profunda de todos los paradigmas conocidos hasta ahora, así como la reconceptualización de categorías y variables fundamentales en todo el quehacer científico en la necesaria y estrecha interrelación entre todas las ciencias, en una visión más humana y enaltecedora de dicha condición.

Los hechos recientes a nivel mundial, que afectan lo que ocurre en Venezuela a nivel nacional, han demostrado lo difícil y duro que es lograr  la felicidad del ser humano, cuyo secreto está en la libertad, y el secreto de ésta se consigue en el coraje, según manifestara Pericles hace ya muchos años.

Ciertamente, hay que tener mucho coraje para enfrentar las adversidades, la incertidumbre, el desánimo y la insensatez que es el propósito del comunismo del siglo XXI y que busca inculcar en la conciencia de la gente. Se hace necesario rugir con todas nuestras fuerzas o esperar a ser devorados, como nos dice Daniel Habif. Hay que dejar atrás el pesimismo y la frustración; echar el miedo al saco que llevamos en nuestras espaldas y seguir avanzando con responsabilidad, dignidad y coraje.

Hagamos nuestras la palabras que nos dirigió el Episcopado venezolano cuando nos exhortó a : “ rechazar cualquier conducta de discriminación e intolerancia, venga de donde viniere, a combatir con vigor las actitudes de indolencia, indiferencia, resignación y desesperanza, a defender la libertad y la dignidad humana”. Eso es lo que nos toca hacer en esta hora menguada de la Patria, porque no tener miedo de errar es el camino de la sabiduría. Nada que valga la pena en esta vida se consigue sin miedo. Si tenemos miedo de hacerlo, hagámoslo con miedo, pero hagámoslo. Tenemos que luchar con coraje por nuestra libertad y dignidad, para poder transitar nuevamente el camino de la felicidad. El mayor avance para dominar el miedo es decidirnos a hacerlo. El miedo es la fecundación de un logro extraordinario, dice Habif.

Vamos a lograrlo. Recibamos, como dice el autor citado, al miedo que nos hace vivir, al que nos lleva a amar, a emprender, a debatir, a soñar, y digamos adiós al miedo que nos hace temer lo que no existe y al que nos impide actuar. El mundo en que vivíamos cambió, y sigue cambiando. Tenemos que actuar de manera distinta y decidida para provocar los cambios en los que podemos influir. Venezuela no merece vivir en el pasado ni en este angustioso y miserable presente, estamos obligados a ubicarla en un futuro de prosperidad en libertad y con dignidad.

Neuro J. Villalobos Rincón

nevillarin@gmail.com