Director de salud EEUU: «Esta será la semana más dura, la más triste en la vida de la mayoría de los estadounidenses»

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El número de personas infectadas con el virus en Estados Unidos sobrepasa los 300.000 y el saldo de muertes asciende a más de 8.400.

Estados Unidos entra en una de las semanas más críticas hasta ahora en la crisis del coronavirus con la explosión del número de muertos en Nueva York, Michigan y Louisiana, mientras algunos gobernadores piden una orden nacional de quedarse en casa.

El director de salud pública estadounidense advirtió el domingo que debido a la cantidad de muertes ocasionadas por el coronavirus, «esta será la semana más dura, la semana más triste, en la vida de la mayoría de los estadounidenses».

El doctor Jerome Adams, agregó: «Este será nuestro Pearl Harbor, nuestro 11 de septiembre, pero no quedará limitado a una sola región».

En declaraciones al programa «Fox News Sunday», el doctor Adams indicó: «Ocurrirá en todo el país, y quiero que toda la nación lo entienda».

El número de personas infectadas con el virus en Estados Unidos sobrepasa los 300.000 y el saldo de muertes asciende a más de 8.400. Más de 3.500 de esos fallecimientos ocurrieron en el estado de Nueva York. Lugares como Pensilvania, Colorado y Washington D.C. están comenzando a ver un aumento en las muertes.


Gran parte de la población norteamericana tiene órdenes de quedarse en casa, y las autoridades aseveran que hay indicios de que la población está acatando las instrucciones sobre el distanciamiento social. Sin embargo, el gobierno también enfatiza que lo peor aún está por llegar.

Algunos estados se han negado a ordenar a la ciudadanía quedarse en casa. Se le preguntó a Adams en el programa «Meet the Press» de la cadena NBC si esos estados deben sumarse al resto del país.

«El 90% de los estadounidenses están haciendo su parte aún en los estados en donde no se les ordenó quedarse en casa», expresó Adams. «Si un estado no puede hacerlo por 30 días, pues que nos den una semana, que nos den lo que puedan, para que nuestro sistema de salud no quede abrumado esta semana».

Estados Unidos tenía 312.249 casos de contagio y 8.503 muertes hasta la mañana de este domingo, según CNN y la Universidad Johns Hopkins.


El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, reporta al público en conferencia de prensa sobre los desarrollos en la lucha contra la pandemia del coronavirus. Captura de pantalla, abril 5 de 2020.


El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo el domingo que creía que debía haber una implementación masiva de pruebas rápidas para lograr un «retorno a la normalidad» después de que pase el pico de la nueva crisis de coronavirus en Estados Unidos en las próximas semanas y meses.

Cuomo, cuyo estado es el epicentro del brote en los Estados Unidos, dijo que Nueva York fue parte de un esfuerzo por desarrollar un programa que identificara a las personas que son negativas y no están en una categoría vulnerable, lo que les permite volver a trabajar.

«Creo que se verá el regreso a la normalidad cuando tengamos un programa de pruebas rápidas aprobado que se pueda llevar a escala», dijo Cuomo en su sesión informativa diaria sobre la respuesta al coronavirus.

Nueva York, el estado más afectado, informó el domingo que hubo cerca de 600 nuevas muertes para un total de 4,159 muertes y 122,000 casos en total.


Casa Blanca promueve uso de máscaras faciales para combatir el coronavirus
El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo el domingo que aumentar las pruebas sería crítico para la decisión del gobierno sobre cuándo relajar los cierres de negocios y otros pasos de distanciamiento social.

«Eso se vuelve crítico cuando planeas comenzar a volver a la normalidad, o al menos dar esos primeros pasos para volver a la normalidad», dijo Fauci, el principal funcionario de enfermedades infecciosas de la nación, en el programa «Face the Nation» de CBS.

Si bien la capacidad de prueba se ha incrementado en las últimas semanas, Estados Unidos se ha quedado muy por detrás de otras naciones industrializadas en pruebas de coronavirus que los funcionarios de salud pública creen que es crucial para obtener cierto control sobre su propagación.