La respuesta del régimen de Nicolás Maduro a las medidas tomadas por el gobierno de Donald Trump en contra de Rosneft Trading, por comercializar 70% del petróleo venezolano en 2019 cuando la empresa petrolera estatal Pdvsa había sido sancionada por Estados Unidos, fue intervenir esta última a través de una comisión de reestructuración.
Para tal fin designó a Tareck el Aissami, vicepresidente de Economía y sobre quien pesa una orden de captura internacional, como el líder de dicha comisión. Además, está integrada por Asdrúbal Chávez (primo de Hugo Chávez y ex presidente de Citgo), Manuel Quevedo (mayor general de la Guardia Nacional y presidente de Pdvsa desde 2017), Vladimir Padrino López (general en jefe y ministro de la Defensa) y Remigio Ceballos (almirante en jefe y comandante del Ceofanb).
La política de Trump sobre el régimen de Maduro de “máxima presión” no cederá hasta que en Venezuela se den unas elecciones presidenciales de acuerdo con lo establecido en la Constitución. Por ello, la decisión del sucesor de Chávez de profundizar la intervención militar en Pdvsa –se inició cuando nombró a Quevedo presidente de la estatal en 2017– continuará hundiendo la industria petrolera. Asume que reforzar el sistema de “mando y control” restituirá la caída de la producción de 1,5 millones de barriles de petróleo diarios con respecto a 2013, cuando asumió la Presidencia, o de 1 millón de barriles por día desde que la Casa Blanca bloqueó, en agosto de 2017, los bonos de Pdvsa y la República que servían para el lavado de dinero de las actividades ilícitas y la corrupción.
Una de las navieras que más transportaba el crudo para Rosneft Trading durante 2019, Mercantile & Maritime, con sede en Singapur y una flota de nueve buques petroleros, decidió terminar las operaciones con la empresa rusa, para cumplir con las nuevas sanciones de Estados Unidos. Además, la decisión de Rosneft de utilizar a TNK Trading –otra filial de la estatal petrolera rusa– para comercializar el petróleo que sustenta el régimen venezolano estaría ya en la mira del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para ser sancionada este mes.
El impacto de las sanciones sobre Rosneft Trading en las exportaciones de petróleo de Venezuela en las últimas 2 semanas fue de 11%. El destino más afectado fue la India, con una disminución en promedio de 43.000 barriles por día, según los datos publicados por Tanker Trackers. Asimismo, por segundo mes consecutivo China no importa crudo desde los puertos de Venezuela. Lo ha venido haciendo a través de terceros (Rosneft) que transportan el crudo a unidades flotantes de almacenamiento en las costas de África (Togo), Malta, Gibraltar, Singapur y Malasia. Desde estos lugares se hace la transferencia del petróleo de tanquero a tanquero, para luego llegar al destino final, las refinerías chinas.
Estas operaciones se realizan con buques “fantasmas” que desaparecen de los sistemas de rastreo satelitales en las costas de Venezuela, apareciendo una vez que se encuentran fuera del riesgo de ser sancionados por las autoridades de Estados Unidos.
En este sentido, los volúmenes de petróleo exportados a destinos desconocidos bajo esta condición incrementaron 54% con respecto al pasado mes de enero. Y, después de las sanciones a Rosneft Trading, el aumento fue de 45.000 barriles por día.
Todo indica que la intervención de Petróleos de Venezuela obedece a mantener las actividades operacionales bajo la disciplina, la justicia y el secreto militar, pues la decisión del régimen de Maduro es continuar burlando las sanciones de Estados Unidos mediante operaciones encubiertas. Sigue la estrategia de transferencia de crudo de tanquero a tanquero utilizada por Irán para eludir las sanciones de Estados Unidos durante 2019.
Maduro necesita de los ingresos netos en efectivo de las exportaciones de petróleo para sostener la estructura del poder político. En 2019 contabilizaron 10.500 millones de dólares. En enero obtuvo cerca de 1.000 millones. Y en febrero, la entrada neta alcanzó 623 millones de dólares que corresponden básicamente a 67% de las exportaciones “fantasmas”, y a 70% de la India.
Con las sanciones a Rosneft Trading, Trump considera que Maduro y Moscú entienden la presión para negociar la salida electoral. Sin embargo, no es esa la respuesta del régimen ni la del Kremlin. Más bien, retan al presidente de Estados Unidos porque creen que en el año de su reelección no será capaz de llegar al final y asfixiarlo, estrangulando las exportaciones petroleras. Para ello, la Casa Barca necesita actuar, al igual que lo hizo con Rosneft Trading, contra la estadounidense Chevron, la española Repsol, la italiana Eni, la sueca Nynas, Reliance y Nayara de la India, y Trafigura de Suiza. Porque estas empresas son las suplidoras de la gran mayoría del oxígeno (dinero) del régimen.
Por ahora, el efecto de las sanciones a la empresa rusa en 10 días ha sido menor, mas no despreciable. Las empresas que mantienen contratos con Rosneft Trading tienen 90 días para llegar a un feliz término.
En definitiva, Rosneft Trading es la gota que llena el vaso para la salida electoral en Venezuela. Si Maduro coloca la que lo rebase será otro el escenario, porque Trump podría perder la paciencia y tomar la decisión menos esperada por Caracas y Moscú, la opción de la fuerza en un año electoral.
@antdelacruz