Que la democracia no es un regalo es una sentencia que en Venezuela confirmamos todos los días. Ayer fue uno de esos días en que eso se nos instaló en el cuerpo, hasta el punto que todo “olía a dolor de cabeza”, todavía hoy viernes lo tengo instalado, pues espero los eventos del día para poder culminar esta nota, o tal vez, lo deje hasta lo que ocurrió el día jueves, deseando que el viernes desarrolle acontecimientos que marquen el rumbo de una transición hacia lo que hasta ahora ha sido difícil de lograr, porque cada vez que pensamos que esta de tomar con las manos ella se nos aleja, estoy hablando de la recuperación la democracia.
El jueves, era notorio que el juego del régimen estaba cantado: incrementar el miedo. El régimen lo sabe bien, que el miedo impide más que cualquier mediación, una relación democrática con la ciudadanía. Pero quedó en evidencia, y eso es lo que hace incontrastable, que pase lo que pase o que haya pasado (recuerdo que esta nota sale el sábado), es que el régimen está acabado y que Maduro, que no ha podido manejar con eficiencia el enorme capital político heredado de Chávez, ha perdido por completo la iniciativa política, incluso, sin poder hacer uso de la naturaleza fundacional con la que Chávez legitimó su régimen en sus inicios.
El jueves, muchos pensaron que el régimen dictatorial iba a morir de un infarto. Pero no, no es de infarto que va a morir, hace tiempo que lo está matando un cáncer que ya hizo metástasis (incompetencia para gobernar, corrupción, “patrimonialización de todo el sistema de contrapoderes” y “colonización” de todo el cuadro político institucional, la pretensión de eliminar a los opositores y silenciarlos, implementación de la política como una relación “amigo-enemigo” que incluye la desaparición forzosa, encarcelamiento, tortura y hasta la desaparición física).
Lo que estamos presenciando después del 28 de julio, es un “fallo multiorgánico” de la dictadura.
El jueves, MCM se hizo, de lo que por mucho que lo intentara Chávez nunca lo logró, ella se hizo de una épica. El arma que utilizó fue la construcción de lazos que unieron a todo el país. Y ello ha tenido una importancia capital en la construcción de las emociones de una ciudadanía que había sido abandonada, convertida en una masa presci llevado por uno de los sectores más prescindible, insegura y frágil. Bueno, estoy hablando como un simple observador, ahora, lejano del país.
Esta relación afectiva y emocional entre MCM y el ciudadano hoy se evidencia en el silencio que suscitó en cada uno de los puntos de encuentro, dentro y fuera del país, con el anuncio de su secuestro por las fuerzas del régimen y la tranquilidad que sobrevino cuando la propia MCM en un video expresó que se encontraba en lugar seguro y sana
A propósito de ese evento que ha traído análisis de todo tipo, desde, el montaje realizado por la propia MCM (Diosdado Cabello y Tarek W. Saab dicen) hasta un secuestro corregido por las consecuencias que traería para el régimen, pasando porque el secuestro si fue realizado por las fuerzas de seguridad y luego liberada para evidenciar que fue un montaje de MCM, un falso positivo, con carácter psicológico para producir violencia y, por supuesto la propia versión de MCM.
Creo suponer que ese evento si fue realizado por el régimen por un sector radicalizado del chavismo y que sobre la marcha fue desautorizado, lo que revela las contradicciones que se producido a interior de la alianza en el poder.
Pero, bueno, esto solo es una especulación, esperando que MCM informe sobre lo sucedido, pero, ya Uds. que leen esta columna el sábado deben estar más informado con certeza de lo que realmente pasó.
En este momento es viernes, pero son apenas las 9 de la mañana y estoy seguro que, a diferencia, de “Esperando a Godot” de Beckett, los vagabundos Vladimir y Estragón nunca llegan a conocer a Godot, pero, Maduro y compañía si conocen a Gonzales Urrutia y no lo esperaran mucho.
@enderarenas