Donald Trump y Kamala Harris tratan este martes de ganar el voto a los latinos cuando faltan dos semanas para una de las elecciones más reñidas de la historia contemporánea de Estados Unidos.
Con empate técnico en las encuestas, la vicepresidenta demócrata de 60 años y el expresidente republicano, de 78, tratan de atraer a los indecisos y a comunidades enteras como los afroestadounidenses y los latinos para inclinar la balanza a su favor.
Se estima que unos 17,5 millones de hispanos votarán en estos comicios, así que pueden marcar una diferencia, sobre todo en los siete estados bisagra o pendulares, que votan por un candidato y no por un partido.
La mayoría de los latinos vota por los demócratas pero Trump ha arañado votos hispanos, sobre todo entre los hombres.
El republicano, cuya retórica antimigración se radicaliza, participó en una mesa redonda con simpatizantes latinos en Florida.
Habló de economía pero sobre todo de lo que él considera una prioridad: la inmigración ilegal.
Volvió a acusar al gobierno del presidente Joe Biden de haber perdido a 325.000 niños migrantes que, según él, ahora son «esclavos sexuales, esclavos, (están) desaparecidos o muertos».
Parece referirse a un informe de la Oficina del inspector general del Departamento de Seguridad Interior, que afirma que se ha perdido el contacto con más de 32.000 niños migrantes no acompañados que no han acudido a la corte tras quedar en libertad entre 2019 y 2023. Añade que más de 290.000 menores no recibieron avisos para ir al tribunal.
Algunos participantes en la mesa redonda abundaron en la falsedad, entre ellos el actor mexicano Eduardo Verástegui.
«Entraron por la frontera, los soltaron y no sabemos dónde están. Kamala, ¿dónde están los niños? (…) Esta gente Kamala, Biden son los mayores traficantes de personas de la historia», acusó.
AFP