Oscar Arnal: María Corina, Edmundo y Constituyente

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Para la alternancia democrática sería cuesta arriba gobernar sin la realización de una Constituyente. El dominio que tiene el régimen sobre todos los poderes haría imposible la gobernabilidad. Imagínense un fiscal, un contralor, la asamblea nacional y el tribunal supremo boicoteando todo lo que salga de la presidencia. Recordemos sólo el caso del expresidente Carlos Andrés Pérez, el fiscal lo acusó y la Corte Suprema lo puso fuera de su cargo, con la aquiescencia del parlamento nacional. En aquel entonces los poderes estaban en manos de A.D, y sin embargo, procedió aquello de que se habían usado fondos nacionales de la partida secreta para financiar la seguridad de Violeta Chamorro en Nicaragua, lo que no le correspondía a Venezuela sufragar según la condenatoria.

 En este momento Edmundo Gonzales apoyado por María Corina, aventaja en todas las encuestas serias de opinión a Maduro, con más de 20 puntos porcentuales, lo que garantiza una apoteósica victoria por parte de la oposición. La tendencia irreversible es que en la medida en que la gente vaya conociendo más a Edmundo González Urrutia, y se minimice la abstención, se abrirá abismalmente la brecha a favor de la alternativa democrática.

 Recordemos que la ley establece que los escrutinios son públicos y la familia militar desplegada en todo el país en el Plan República será testigo de la decisión de la mayoría popular, donde según la Constitución reside la soberanía nacional y el poder supremo.

 Desde mi punto de vista, y ante los seis meses que habría que esperar para tomar el poder (De julio a enero) y donde el régimen va a intentar cualquier marramucia, habría que convocar una Asamblea Constituyente, que tal y como lo plantea la Constitución asume todos los poderes. En unas elecciones a Constituyente, que sigan a las presidenciales, la paliza se amplificaría, y la Constituyente despejaría el camino barriendo con todos los poderes públicos poniéndolos en gente con trayectoria, currículum y conscientes de la transición que se avecina.

 Hay algunos que plantean como el presidente de Colombia que habría que firmar un documento o hacer un plebiscito, de cara a que no se persiga a quien pierda las elecciones. En este sentido hay que recordar que la Constitución establece muy claramente que las violaciones a los derechos humanos son imprescriptibles, prohibiéndose expresamente una amnistía para los responsables. De la misma manera que no existe la posibilidad jurídica de absolución para aquellos que hayan incurrido en delitos de corrupción contra la hacienda pública.

 La Constituyente además tendría en sus manos la posibilidad de devolver los derechos políticos a los inhabilitados, con lo cual el máximo liderazgo del país en manos de María Corina sería ejercido a plenitud.

 Vivimos tiempos definitivos. Mañana será tarde. Con la Constituyente le damos una segunda redoblona al régimen y retomamos los poderes y la institucionalidad.

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@OscarArnal