“Hay que hacer un esfuerzo sobrehumano para enfrentar y sobreponerse a un modelo ideológico y político con un pensamiento único. Un esfuerzo por devolver a la democracia sus valores fundamentales. Una democracia que se sustente en la libertad plena de la persona humana.” Neuro J. Villalobos Rincon
Principios y valores de la democracia.
Libertad.- Entendemos la libertad en sentido a la vez individual y social. El ser humano liberado de presiones políticas y económico-sociales debe ser autónomo para desarrollar plenamente sus mejores capacidades.
La libertad en todas sus formas es la precondición para la vigencia de los derechos humanos individuales y colectivos. Los demócratas somos continuadores de la tradición política liberal en su defensa del Estado de Derecho, la soberanía popular, las elecciones libres, la democracia representativa, la tolerancia y el pluralismo político e ideológico, el respeto y la garantía de los derechos humanos y las libertades ciudadanas, la separación de los poderes y la descentralización de la autoridad. La democracia liberal en sus orígenes, adquirirá un carácter cada vez más social, pero jamás dejará de ser representativa y pluralista, con alternabilidad en el ejercicio del poder. Se tornará más participativa, con escenarios incluso de democracia directa, pero la participación ciudadana no ha de menoscabar ni sustituir el principio representativo, sino que lo amplía, lo enriquece y lo complementa.
La equidad.- El principio de la igualdad lo entendemos no sólo como igualdad de derechos formales sino también de oportunidades dentro de un contexto de equidad. Ésta exige que el proceso de producción y distribución de la riqueza esté al servicio de la sociedad y no la sociedad al servicio del poder financiero y económico. Ello implica la creación de una economía mixta que combine los mecanismos del mercado con una planificación y regulación estatal democrática que oriente los esfuerzos y las expectativas de todos los sectores hacia el logro de metas de desarrollo productivo diversificado y sustentable, para fortalecer la soberanía económica nacional, promover la plena ocupación laboral y disminuir, con criterio equitativo, la brecha entre ricos y pobres.
La democracia reconoce la existencia necesaria del mercado y respeta y promueve la propiedad privada, dentro de una visión progresista de economía mixta, entre otras razones porque está convencida de que sólo así podrán desarrollar todo su ímpetu las fuerzas productivas, de modo que la equidad sea en la abundancia y no a partir de la escasez, única vía para lograr el progreso con justicia social para todos.
Solidaridad y responsabilidad.- La democracia tiene por objetivo elevar la dignidad humana y la calidad de vida de la población mediante la creación, a través de reformas acumuladas, de nuevas estructuras sociales de solidaridad y armonía de intereses, basadas en los avances de la libertad y la equidad en lo político, lo económico y lo social. Superando la falsa dicotomía entre reforma y revolución propia del pensamiento comunista. Para los demócratas la única revolución perdurable es la que se deriva de la acumulación de reformas progresistas.
La solidaridad es la defensa de lo público, de aquello que nos es común; la posibilidad de crecer junto al otro y ayudar al otro a crecer. La solidaridad es un valor de comunidad, es la capacidad de reconocernos en el otro. La solidaridad conlleva el derecho de cada persona de ser atendida en sus necesidades, pero también el deber moral de atender a los demás. Todo ello debe ser realizado en un ambiente de pluralismo, libre debate y ausencia de dogmatismo ideológico. La responsabilidad y la solidaridad encarnan en su confluencia el concepto de nueva ciudadanía que a su vez tiene en la honestidad uno de sus principales valores.
El Progreso. Los demócratas creemos que la progresiva liberación de los seres humanos se traducirá en una elevación y expansión cada vez mayor de sus niveles de conciencia y de creatividad y de su calidad de vida con la inclusión de todos. Por ello es necesario establecer un compromiso dinámico y abierto con las generaciones futuras. Para nosotros, el progreso no desembocará en ningún paraíso terrestre cerrado y predefinido, sino que se identifica con una marcha contínua hacia horizontes siempre nuevos, en la búsqueda permanente de mayor bienestar, en paz y con libertad.
Es a partir de la confluencia de estos principios y valores en la práctica social, y de políticas públicas enmarcadas e inspiradas por ellos que consideramos posible construir una sociedad que haga de la paz un entorno necesario para asegurar la felicidad de todos y hacer viable la realización del sueño milenario de un mundo libre y justo, habitado por seres humanos libres y justos.
Neuro J. Villalobos Rincón