Hace rato ya, que, despierto y antes de hacer mis abluciones mañaneras, y antes de tomar el primer café de la mañana enciendo la computadora entro al YouTube y me conecto con Cesar Miguel Rondón en Dia a Día para hacerle seguimiento a la guerra brutal que Putin, travestido de Hitler, le hace a Ucrania.
Al principio, cuando Rusia, llenó la frontera con Ucrania de fuerzas militares, de equipamiento de guerra de todo tipo y que Putin señalaba que él no tenía la menor intención de invadir, que, esa vaina eran cosas de los gringos, locuras de los gringos, que solo quería defender a las repúblicas pro rusas de Donetsk y Luhansk, los entrevistados por Rondón, especialistas en temas rusos, en un 90% o casi la totalidad, señalaban que un escenario de invasión y guerra era improbable. Y nadie puede culpar a dichos especialistas, pues, el peso de semejante decisión, los costos de tal decisión y los peligros que ello traería para Europa y el mundo entero, por la naturaleza nuclear tanto del invasor como del invadido era demasiado grande.
Han abundado las explicaciones que tienen que ver con las razones históricos, políticos y culturales como las que impulsan la conducta de Putin. Curioso, en esas explicaciones, ignoran en su mayoría el genocidio ucraniano provocado deliberadamente por Stalin en 1932 que produjo la muerte por hambre de 5 millones de ucranianos, conocido como el Holodomor. Como pueden ver, podríamos decir que los ucranianos tendrían más razones para odiar a los rusos que estos a los ucranianos.
¿Cómo saber que va a hacer Putin? En realidad, es muy difícil saber que transita por la cabeza de un sociópata y Putin lo es de librito. Sus características son recogidas por uno de los mejores manuales sobre sociópatas y sociopatías el “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5)” donde definen las conductas sociópatas como “trastorno de la personalidad antisocial”.
En este Manuel uno puede apreciar todas las características que Putin nos ofrecido en la crisis con Ucrania: “falta de conciencia, violación y falta de respeto a los derechos de los demás, arrogancia y sentido de superioridad falta de empatía”, como Uds., pueden ver, además de las razones ideológicas y políticas que puede haber hay otros aspectos que comparten Nicolas Maduro y Diosdado Cabello con Putin.
Putin, en realidad, no es un psicópata en el sentido que estos presentan anómalos desarrollos neuroanatómicos, es decir, un psicópata nace psicópata. Además, los psicópatas no tienen un sentido de la moral y son meticulosos en sus acciones, Putin tiene un sentido de la moral, pero, no sabe discernir entre el bien y el mal, es impulsivo. Nadie sabe como piensa, nadie sabe cuál será su accionar, impredecible e irreductible al cálculo.
En Putin, podríamos adelantar que como en todo sociópata es posible que todo el bagaje de sus creencias y valores de su etapa ortodoxa comunista y de ser sujeto de un imperio no solo desde la victoria bolchevique, sino desde Pedro Primero, le hayan proporcionado una moral y una visión del mundo en la que no tenga el menor sentido de culpa y al contrario parece disfrutar de actos atroces como, por ejemplo, el asesinato en masa.
Putin es el gran problema del mundo. Hoy el sujeto no es ya el proletariado, ni los pobres, ni el enorme coro una vez que los grandes sujetos de la historia entraron en crisis: el partido, el pueblo, el Estado, etc. Convirtió a la humanidad en el sujeto de esta hora. Somos todos los que corremos el peligro de desaparecer de la faz de la tierra.
En todo caso, quedan elementos que habría que investigar para explicar en la conducta de Putin, porque, digamos solo por decir algo, y si el tipo fue objeto de maltrato infantil, de violencia familiar o, porque no, de abuso de las drogas. Entonces en lugar de asesinarlo como propuso un parlamentario republicano, habría que pensar en una institución de rehabilitación…. O el manicomio