Delegación de Maduro aceptó continuar las negociaciones luego que Noruega «rectificara» críticas sobre los violadores de los DDHH

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La delegación del Gobierno de Nicolás Maduro aceptó este sábado sentarse de nuevo con la oposición después de que Noruega, árbitro en las negociaciones, rectificara las críticas vertidas en la ONU y reafirmara su «imparcialidad» en el proceso.


El representante del equipo noruego, Dag Nylander, lamentó ante la prensa que «la confianza» en su papel se hubiera visto afectada por las palabras de la primera ministra de su país, Erna Solberg, quien expresó en la Asamblea General de Naciones Unidas preocupación por los derechos humanos en Venezuela.

La reunión pautada para el viernes fue suspendida ante la ausencia de la representación de Maduro para la tercera jornada de negociación entre el chavismo y la Plataforma Unitaria. Ello desató las especulaciones sobre lo que podría ser el final del nuevo intento de negociación que permita destrancar el juego en Venezuela y así lograr el avance de la restitución de la democracia.


El régimen de Maduro pretendía incluir a Alex Saab, quien se encuentra preso por los delitos de Lavado de dinero y en espera de una extradición desde Cabo Verde hacia Los Estados Unidos, donde es solicitado por un tribunal. La estrategia del vocero de Maduro en las intervenciones, Jorge Rodríguez, de presionar sobre este punto falló y generó una floja protesta de réplica con cartelitos solicitando la intervención de Saab que solo quedó para las redes sociales.


Rodríguez anunció la incorporación de Saab tratando de convertir un asunto jurídico en un asunto político, por lo que la delegación de la Plataforma Unitaria dejó claro que el asunto de Saab es de carácter jurídico de un país donde existe independencia de poderes y que esa delegación no se iba a prestar a darle piso político que le sirviese de argumento a la defensa de Saab para desestimar el caso ante la corte estadounidense. Gerardo Blyde, principal vocero de la Plataforma Unitaria hizo hincapié que la delegación opositora no se prestaría para convertir ese proceso en una guerra de micrófonos.

VUSA y Agencias