Hugo Delgado: Lecciones de Davos

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El pequeño centro poblado de Davos (Suiza), de 11 mil personas,  se convirtió en el centro de la discusión mundial entre el 15 y 19 de enero de 2024. Este evento reunió a más de 3000 personajes relacionados con la política (350), académicos y pensadores  (150), empresarios y otras figuras del mundo del ambiente y la tecnología.  Como es costumbre desde 1971, con críticas y aciertos, la idea de su fundador, el economista. ingeniero y empresario alemán, Klaus Martin Schwas, es estimular discusiones para mejorar el mundo.

El Foro Económico Mundial o Foro de Davos es una Organización No Gubernamental, cuya sede central está en Ginebra,  está dirigido por 24 directores  y realiza otros eventos internacionales entre los que destacan  la Asamblea de Nuevos Campeones que se realiza en China con empresas emergentes y grupos de personas que componen las nuevas generaciones de intelectuales y de emprendedores. Igualmente organiza reuniones regionales en todos los continentes que permite conocer sus realidades y organizar los temas que deben discutirse.

El Foro de Davos 2024 hizo énfasis  en la interacción y el aprendizaje, aportando herramientas  para que los asistentes traten la complejidad del mundo actual y les permita construir un futuro en sus respectivos países, esta vez condensaron cuatro temas: seguridad y cooperación en un mundo fracturado, creación y crecimiento de empleos en la nueva era, la Inteligencia Artificial  como motor de la economía y la sociedad, y una estrategia a largo plazo para tratar los temas del clima, la naturaleza y la energía.

En su agenda se trataron tópicos relacionados con el clima, la sostenibilidad, transición energética, finanzas internacionales y corrupción, empleo, salud, tecnología, perspectivas y tendencias mundiales. En sus conferencias y mesas de discusión se analizaron teóricamente  los temas seleccionados, el reto de los asistentes  y quienes invirtieron grandes recursos económicos es poner en práctica los resultados de las discusiones, entre estos el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que gastó una fortuna con su amplia delegación, hospedaje y publicidad.

Así  como en 2021 el tema de la pandemia china Covid-19 centró los ojos del mundo por sus nefastos efectos, en 2024 destacó el tópico bélico que puede afectar las perspectivas de crecimiento y desarrollo del mundo. El conflicto en Ucrania no vislumbra solución próxima y se va a prolongar.  El de Israel y Palestina, apoyada, por Irán amenaza con extenderse y generar problemas en la oferta y consumo del petróleo, obviamente con sus subsecuentes consecuencias en las proyecciones mundiales.  El otro álgido asunto es la amenaza de China a la república de Taiwan.

Latinoamérica vio disminuido su protagonismo,  Brasil, Chile, México, tuvieron poca presencia, Ecuador y Perú por sus problemas internos, no asistieron, y el presidente de Argentina, Javier Milei, debutó con un discurso de confrontación y advertencia entre la visión libertaria, capitalista y democrática, y la empobrecedora visión comunista.

Milei destacó los aciertos históricos del capitalismo y la democracia, y los comparó   con los pobres resultados y experiencias negativas  del comunismo que empobrecieron durante décadas a varias naciones.  Igualmente advirtió sobre las amenazas que se ciernen sobre la democracia, aupadas por la llamada agenda progresista de organizaciones públicas y privadas y algunas figuras políticas, toda vez que están propiciando la destrucción de sus fundamentos e instituciones sociales.

A diferencia de su antecesor, Alberto Fernández,  quien asistió en su nuevo avión de 25 millones de dólares y más de 80 acompañantes, Milei viajó con algunos ministros de su gabinete  en una línea comercial  y llegó por tierra a Davos. Su discurso directo y sin mucha retórica dejó claro que el campo de batalla en Latinoamérica se trasladó a lo ideológico, especialmente contra los impulsores de los objetivos del  Foro de Sao Paulo y sus aliados rusos y chinos.

La participación en este tipo de eventos es una oportunidad para que las naciones atraigan la atención de grupos empresariales, establezcan acuerdos de cooperación y para explicar  los lineamientos y los rumbos de sus gobiernos.  Eso implica mostrar proyectos y cifras confiables y no presentar simples discursos retóricos, sin mucho fundamento, que en nada ayudan a mejorar la inversión, el desarrollo y el bienestar de sus pueblos. Y no se conviertan en simples viajes de placer entre amigos y cómplices. La virtud del buen gobernante y del líder es escuchar, aprender y materializar, todo en función de hacer el bien.

@hdelgado10