Neuro Villalobos: El zamuro como indicador económico

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“No hay duda alguna de que el pueblo venezolano anda en la búsqueda incesante de nuevas opciones democráticas y de un liderazgo que las encarne, no que se burlen de él.” Neuro J. Villalobos R.

Un nuevo aporte a nuestra Ciencia Económica ha sido hecho por un venezolano. El índice económico zamurero o el número de zamuros como indicador económico del país. Este aporte ha sido hecho por el Ministro de Ecosocialismo del régimen, Josué Lorca, quien en declaraciones ofrecidas el 27 de diciembre de este mismo año, día de San Benito bailón, por más señas, o en homenaje a él, dijo que “ el país se está arreglando debido a que el incremento de los zamuros obedece a que hay un aumento considerable de la basura recibida en los vertederos, lo cual quiere decir que la gente está consumiendo más, producto de la recuperación económica.”

Creo que el Ministro de la reseña, con ese insólito descubrimiento que aporta conocimiento a la Ciencia Económica, tiene asegurado un premio Nóbel de Economía en su futuro, ya que según él existiría una correlación directa entre el número de zamuros, y por ende de la basura en descomposición, y la recuperación económica de un país. Más basura no cabe en la cabeza de un humano para justificar tal aseveración y darlo como el cumplimiento de un principio económico.

De modo que cuando veamos una enorme banda de zamuros revoloteando en el cielo, alegrémonos porqué el país se está recuperando económicamente. Ya no es el Producto Interno Bruto junto a otros indicadores macroeconómicos que se requieren para medir el grado de desarrollo de una nación, basta con una mirada al cielo para darnos cuenta de que “estamos mal pero vamos bien”, frase atribuida a Teodoro Petkoff y que ahora el Ministro de Ecosocialismo atribuye a la presencia de una zamurera el hecho de que la economía se está recuperando, y en consecuencia, vamos bien.

Escribía yo en un artículo precedente que los principios se aplican en todo momento y lugar. Son objetivos y externos. Funcionan obedeciendo a leyes naturales, independientemente de las condiciones ya que ellos emergen bajo la forma de valores, ideas, normas, y enseñanzas que edifican, ennoblecen, satisfacen, fortalecen e inspiran. Esas características de los principios pueden ser tomadas para apoyar su tesis por el ciudadano Ministro para optar al premio Nóbel de Economía debido a su aporte de que el zamuro es buen indicador económico para medir el grado de recuperación de los países, por lo menos a mi me inspiró para escribir este artículo. Tanta sabiduría no puede ser desconocida ni mucho menos menospreciada; nos podemos imaginar que con una simple mirada al cielo podemos descubrir si nos estamos recuperando económicamente o no.

Para ello también Stephen Covey viene en su auxilio cuando señala que los principios correctos son como brújulas: siempre señalan el camino. Brindan un verdadero norte a nuestras vidas mientras surcamos las corrientes que discurren por nuestro ambiente.

Algo tan importante como la economía y la ecología de un país que reflejan la forma de vida de sus ciudadanos, no pueden estar en manos ni en cabezas tan desafortunadas e ignorantes. Los zamuros no tienen la culpa de tanta incompetencia junta y acumulada como la basura en las calles. Ellos seguirán volando y revoloteando sobre las inmundicias, de eso viven, pero la ignorancia y la incompetencia en un funcionario público son imperdonables, y más si son de tan alto nivel,

Es necesario recordar que la palabra de un funcionario oficial tiene fe pública y no debe estar pronunciando lo primero que se le venga a la cabeza. El pueblo espera de él un conocimiento profundo y un comportamiento ejemplar aunque eso no ha sido posible en muchos años y más desde que Hugo Chávez y Nicolás Maduro se instalaron en el poder con la firme intención de imponer un régimen plagado de arbitrariedades, ideas caducas y animaladas existenciales.

Esas expresiones absurdas, en vez de tomarlas con jocosidad, deben llevarnos a reflexionar cada vez que elegimos a quienes deben conducir los destinos del país. No nos podemos dejar arrastrar por un fanatismo ciego por qué los designó un partido político. Debe ser su trayectoria, su perfil profesional y su experiencia lo que nos debe orientar en su elección. Debemos mirar al cielo para invocar la ayuda de Dios no para ver una mayor o menos cantidad de zamuros sino para que nos guíe por el camino que humanamente nos merecemos. Qué el próximo año sea pleno de realizaciones para todos.

Neuro J. Villalobos Rincón

nevillarin@gmail.com