Antonio de la Cruz: Capriles: estrategias ocultas y el futuro de la democracia venezolana

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A dos domingos de la elección primaria para escoger el candidato de la Plataforma Unitaria, Henrique Capriles decidió retirarse. En una carta pública, dice las razones que lo llevaron a la decisión. “La discusión y el debate no puede ser mi inhabilitación, sino la verdadera oportunidad de implementar políticas que podrán convertirse en mejoras concretas en la calidad de vida de todos los venezolanos. Y esto será posible solo a través de la participación democrática y la elección”. Es la tercera vez que abandona a sus seguidores.

La primera fue en 2013, cuando ganó la elección presidencial y no fue capaz de cobrar el triunfo. Les pidió a sus miles de partidarios volcados en las calles que volvieran a sus casas, con lo cual canceló la marcha pautada para ir al Consejo Nacional Electoral a solicitar el recuento del 100% de los votos, a través de la revisión de las papeletas, las actas y los cuadernos de votación. No tuvo el valor -guts dirían los americanos- para asumir el “hasta el final” necesario para enfrentar el régimen bolivariano.

La segunda ocasión fue el referéndum revocatorio presidencial de 2016. Cuando estaba lista la gran marcha que buscaba “tomar Venezuela de punta a punta” para que el CNE revirtiera la suspensión y la habilitara, la canceló porque el papa Francisco lo llamó y le propuso facilitar un diálogo entre el régimen de Maduro y las fuerzas democráticas. De nuevo, no tuvo la determinación para llegar hasta el final, derrochando otra oportunidad para restaurar la democracia en el país.

En esta última oportunidad, al abandonar la carrera electoral de la primaria, deja en el aire no solo a los seguidores –la base– de Primero Justicia, sino a los de Un Nuevo Tiempo que habían decidido respaldar su candidatura.

En un momento en el que la mayoría de los venezolanos percibe que la elección del 22 de octubre es crucial y ve en ella una herramienta vital para desafiar al régimen de Maduro, incluso si la elección presidencial de 2024 no es justa, el exgobernador del estado Miranda decide huir. 

¿Es que acaso no sabe que la habilitación de los candidatos sancionados por la Contraloría General de la República forma parte de la lucha para que Maduro logre el reconocimiento de países democráticos como Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea, Japón, Canadá y Australia?

De hecho, está informado a través de su representante en la mesa de negociación de México que es uno de los puntos a convenir entre el régimen de Maduro y la Plataforma Unitaria.

La respuesta de su retirada podría radicar en que su postulación –la última en registrarse durante el período de extensión– no consiguió el apoyo necesario para encabezar el cambio anhelado por los venezolanos (8 de cada 10 indican los estudios de opinión). Además, las encuestas recientes lo sitúan en el tercer lugar en las preferencias electorales.

Esta vez piensa que al abandonar la contienda electoral podrá preservar su capital político para seguir siendo una figura destacada entre las fuerzas democráticas. Con su decisión, aspira a debilitar el liderazgo de María Corina Machado, que cuenta con 80% de intención de voto entre los ciudadanos con una alta disposición a participar en la primaria, según ORC consultores.

Se especula que la razón detrás de la decisión de Capriles es incitar a la abstención en la primaria, basándose en la suposición de que las maquinarias de los partidos PJ y UNT, que ahora se encuentran sin candidato, son esenciales para la movilización de los votantes en este proceso. Esto podría resultar en una disminución de alrededor de 700.000 votos. De suceder, el triunfo de María Corina se vería minimizado y, al tener una votación baja, podría perder su posición como la referente de la oposición que lucha por la reinstauración de la democracia en el país. Esta situación daría pie para que dirigentes de otros partidos consideren postularse en la elección presidencial de 2024.

Por otro lado, la decisión de Capriles debería, también, asociarse con el anuncio que hizo Manuel Rosales en una entrevista con Román Lozinski la semana pasada. El gobernador del estado Zulia –curiosamente no está inhabilitado– dijo que no descarta lanzarse como candidato presidencial en 2024 y que se considera “una figura de oposición potable para el régimen de Nicolás Maduro”.

En un escenario de elecciones generales el próximo año, el pacto Capriles-Rosales prevé la presidencia para el zuliano, la Gobernación del Zulia para PJ y la Alcaldía de Maracaibo para UNT

Según fuentes de UNT, a última hora, Capriles y Rosales están buscando que Carlos Prosperi, el candidato de AD, se retire también de las primarias. Su intención sería neutralizar cualquier obstáculo que impida seguir usufructuando el poder, representado en este caso por María Corina Machado. 

En conclusión, la retirada de Henrique Capriles de la primaria plantea un desafío adicional en la ruta hacia el 22 de octubre. Un mecanismo esencial para desafiar a Maduro y todos sus cómplices, aun si las elecciones de 2024 no resultan ser justas, libres y competitivas. La situación actual en Venezuela requiere de una postura firme y decidida, pero ahora no solo para derrotar al régimen, sino también para hacer frente al pacto Capriles-Rosales.

Por ello, es imperativo desafiar a esta dirigencia de la oposición funcional y participar activamente en la primaria. Solo así se podrá determinar el nuevo referente de las fuerzas democráticas que permitirá lograr el cambio que quiere la mayoría de los venezolanos. ¡Hasta el final!

@antdelacruz_

Director Ejecutivo de Inter American Trends