Alberto Barboza: ¿Qué podemos aprender del caso peruano?

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Sin la menor intención de criticar al Presidente saliente del Perú y mucho menos la situación tan particular por la que atraviesa ese país, voy a abordar el tema con el más estricto carácter académico desde el punto de vista de tres factores.

El primer factor, tiene que ver con el fenómeno del liderazgo, donde percibí muchas debilidades en el ex presidente peruano. Todo líder político tiene que tener cualidades gerenciales, conocer acérrimamente el arte de la gerencia, la capacidad de planificar, organizar, dirigir y controlar organizaciones, tanto privadas como públicas, tener conocimientos, por lo menos medianamente profundos, de economía. 

Otra cualidad ausente fue el poder de influencia en la gente, que hace que un líder entusiasme y convenza sobre los proyectos a vender, lo cual se logra con el poder para influenciar el sistema emocional de sus interlocutores. Aparentemente, la renuncia casi masiva del gabinete se pudo haber debido al desacuerdo con las decisiones y el rumbo de los acontecimientos. Ello contrasta con algunos líderes que fueron realmente unos psicópatas y criminales, y sin embargo, en sus momentos finales, contaron con el apoyo de su equipo de trabajo que lo acompaño hasta el ocaso, situación que se explica por el poder de influencia en la psique de sus colaboradores.

Tampoco percibí en el ex presiente peruano, la empatía, el saber escuchar y situarse en el marco de referencia de sus oponentes, donde es estratégico entender el contexto de sus interlocutores y hacerlos sentir que agregan valor al proceso de país, es estratégico obtener de los adversarios políticos sus opiniones y recomendaciones para establecer acuerdos de gobernabilidad, porque así es el mundo de la política en regímenes con equilibrio de los poderes públicos, donde la clave es la constante interacción y negociación.

Aparentemente otra cualidad no exhibida fue la ética para administrar correctamente los recursos del estado, se habla de varios casos de corrupción, que en la distancia, como ser humano, espero sean falsos y solo pague por su equivocación política y se ahorre dolores adicionales para él y su familia.

Para cerrar con este primer factor, otra cualidad que un líder debe poseer es la autodeterminación para tomar decisiones difíciles en momentos apremiantes, como podría ser el renunciar honorablemente a tiempo. Claro está, para ello se requiere de una mínima dosis de ego y una sobredosis de humildad. Una vez que el presidente peruano, al haber percibido la irrevocabilidad del proceso planteado por el poder legislativo y las consecuencias de enfrentarlo, debió haber renunciado.

El segundo factor tiene que ver con la observada inestabilidad del sistema político peruano, donde en un breve espacio de tiempo han desfilado una cantidad de presidentes, situación que me llevan a formular las siguientes preguntas de las cuales desconozco sus respuestas: ¿Es un problema a nivel del liderazgo político del Perú? ¿Es un problema del sistema político? ¿Es un problema de madurez de las organizaciones políticas? ¿Es un problema de la madurez colectiva del peruano? ¿Es un problema de influencia de los sectores económicos que determinan a los partidos políticos?

El tercer factor, lo asocio al dicho popular que “Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”, lo cual es indiscutiblemente cierto, el nivel de educación, cultura y sobre todo de conciencia colectiva de una importante mayoría de nuestra gente, no nos permite elegir las mejores opciones y terminamos votando por la peor, para luego sentirnos engañados y decepcionados. Siempre he planteado la ligereza con la cual, inclusive constitucionalmente, se ha manejado en nuestras culturas el tema de las candidaturas presidenciales, donde cualquier “picao e raya” aspira ser candidato a la presidencia de la República y para colmo termina ganando el cargo sin tener el mínimo de competencias gerenciales y de liderazgo. De allí se explica la cuantía de “desmadres” por los que hemos pasado en esta comarca llamada Latinoamérica.

Finalmente, hay tres lecciones que se pueden extraer del caso peruano, que aclaro, no dista ni un milímetro del venezolano, la primera; tenemos que elegir verdaderos líderes para los cargos públicos, que sean profesionales con experticia comprobada en alguna de las ramas del saber científico, no podemos elegir como alcalde, gobernador y mucho menos presidente, a un individuo que en su vida ni siquiera haya administrado un “puesto de perros calientes”, la segunda; en la diatriba política entre los partidos, sus objetivos organizacionales deben estar supeditados a los objetivos nacionales, nuestra oposición debe entender que la unión sincera y verdadera no será para siempre, que sea por lo menos de un año, una vez superada la barbarie que estamos viviendo, cada quien podría mirar hacia adentro y esperar solo un mandato presidencial para luego diferenciarse y tratar de ser protagonista, señores, pero en estos momentos no, sean sensatos, dejen el enanismo que a muchos les ha caracterizado y el cual ha sido causa del éxito político del gobierno. 

Descanso en la fe, que cada venezolano hayamos reflexionado en nuestro fuero interno y adquirido el suficiente nivel de conciencia, para actuar con entusiasmo y confianza en el marco de las próximas elecciones primarias y luego en las presidenciales, lo demás será la nueva historia que escribiremos.

Alberto Barboza

Coach Gerencial en liderazgo, planificación y productividad

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