Macrón: Putin busca desesperado una victoria que mostrar para el 9 de mayo, fecha patria en Rusia.

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El presidente ruso, Vladimir Putin, va a concentrar sus ataques en las zonas de los separatistas en el Donbás, en el este de Ucrania, para intentar obtener una desesperada victoria para el 9 de mayo, día del aniversario de la capitulación de Alemania en 1945, advirtió el mandatario francés Emmanuel Macron.

«Para Rusia, el 9 de mayo es una fiesta nacional, una cita militar importante y es casi seguro que para el presidente Putin, el 9 de mayo debe ser un día de victoria», explicó Macron a la radio francesa RTL.

El mandatario francés señaló que «van a concentrar sus esfuerzos en el Donbás» y dijo que en las próximas semanas esta región va a vivir situaciones «muy difíciles».

El presidente francés recordó que su país, junto a Grecia y Turquía, intentan organizar operaciones humanitarias en el puerto ucraniano de Mariúpol, que sufre un tenaz asedio, pero que se encuentran con «muchas dificultades» debido a una «negativa absoluta de los rusos».

Con respecto a la nueva batería de sanciones decididas el jueves por la Unión Europea (UE), Macron aprovechó para atacar a unas de sus rivales en las elecciones de este fin de semana, la líder de extrema derecha Marine Le Pen, recordando que la política mantiene una «ambigüedad» con respecto a Rusia, evitando las sanciones.

«Me llama la atención la ausencia culpable de todos los parlamentarios del Frente Nacional en el Parlamento Europeo cuando se trata de sancionar a Rusia, lo que muestra la ambigüedad de algunas personas en este país, pese a la guerra», criticó Macron.

Putin reorganiza su ejército con un general sangriento

El Kremlin cambia su cadena de mando al cumplirse mes y medio de guerra que el presidente ruso, Vladímir Putin anunció, como una “operación militar especial” para la protección de la región de Donbás. Moscú ha puesto al frente de su campaña al general Alexánder Dvornikov, un militar familiarizado con aquel escenario, pues era jefe del Distrito Militar Sur de Rusia desde 2016, y que además cuenta con una amplia experiencia de la cruenta guerra de Siria, según ha informado la BBC.

Las fuentes de la cadena británica apuntan a que el Kremlin busca con este nombramiento centralizar la coordinación de sus casi 100 batallones tácticos, que hasta ahora han actuado casi de forma independiente y se han encontrado con un rival mejor organizado. “A menos que Rusia cambie sus tácticas, es muy difícil que incluso logre los objetivos limitados que se ha establecido”, dijo una fuente occidental a la BBC.

Dvornikov fue el primer comandante de las Fuerzas Armadas rusas durante la intervención abierta de Moscú en Siria. El Kremlin lo envió en 2015 para proteger al régimen de Bachar el Asad frente a los diferentes bandos opositores formados tras la insurrección de 2011 y el autodenominado Estado Islámico, y aquel país sirvió de campo de pruebas para el Ejército ruso.

El ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, presumió en una entrevista concedida en 2021 de que el Kremlin había puesto a punto todas sus nuevas armas en la guerra de Siria, donde han muerto más de 350.000 personas, según las cifras de la ONU. “Allí hemos probado unas 320 [armas]. De hecho, hemos analizado todas las armas, excepto las versiones fáciles de manejar”, afirmó.

Dvornikov, que recibió en aquel campo de batalla el título de Héroe de la Federación de Rusia, podría aplicar en Ucrania lo aprendido en Siria. De hecho, existe el temor a que Moscú utilice el mismo tipo de tácticas ante la falta de avances, lo que incluiría asedios y bombardeos como los sufridos por Alepo.


Además de la reorganización de la cúpula militar rusa en Ucrania, Kiev asegura que varios altos mandos han sido cesados estas semanas. Una de las destituciones más importantes, y confirmada por Moscú, es la del subcomandante de la Guardia Nacional Román Gavrílov, que tenía bajo su mando las fuerzas especiales de esta agrupación.


Los homenajes del Kremlin a los soldados mutilados llevan a los hogares rusos el horror de la guerra


A medida que avanza la guerra, cada vez son más los dramas que llegan a las familias. Hace un mes, el 8 de marzo, el gobernador de la región siberiana de Kemerovo, Serguéi Tsiviliov, apenas lograba escuchar de pie, tenso, a una mujer que le preguntaba por qué habían enviado a policías al frente: “Mintieron a todos, los traicionaron. Estaban en unos ejercicios militares y los enviaron como carne de cañón. ¿Por qué mandaron a nuestros chicos allí?”, le echaba en cara.

“Es una operación especial, no se podía contar a nadie”, trataba de responder el político. Entre los fallecidos en Ucrania figuran policías de la OMON, la unidad antidisturbios de la Guardia Nacional empleada para dispersar manifestaciones, pero que igual que otras unidades especializadas en combate firmaron contratos por los que pueden ser enviados al frente.

En las semanas siguientes ha sido constante el goteo de noticias y publicaciones en redes sociales donde los rusos han conocido más tragedias. “Lo dejaré en un año”, le decía un tanquista de 22 años a su prometida antes de la guerra. “Quería comenzar una vida tranquila, hablaba en serio sobre la boda, pero en lugar de la marcha de Mendelssohn, los familiares se reunieron para despedirse de Ruslán con la marcha fúnebre”, recogía una crónica del canal Tsargrad, una historia más de muchas. Según el Gobierno ucranio, 18.900 rusos habrían muerto en la campaña militar, y entre las bajas confirmadas figuran incluso varios generales y comandantes de alto rango.

En los canales públicos, rara vez aparecen las heridas de la guerra en su forma más cruda entre los rusos. El 28 de marzo, la primera televisión del país, Pervy Kanal, mostró una entrega de medallas a un grupo de mutilados en combate, mientras que el parte diario de la guerra que ofrece cada día el portavoz del Ministerio de Defensa, Ígor Koleshnikov, solo menciona los “objetivos” destruidos por sus fuerzas, como sistemas antiaéreos, tanques y lo que Moscú llama “infraestructura” del enemigo. En aquella entrega de condecoraciones estuvo presente el viceministro de Defensa de Rusia Alexánder Fomin. Su departamento ha reorganizado toda la dirección del frente tras alargarse 45 días lo que el Kremlin ha llamado oficialmente “operación militar especial para la defensa de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk”. El 25 de marzo, un mes después de comenzar la ofensiva, el alto mando ruso afirmó que se centraría en tomar la región oriental de Donbás tras un infructuoso avance por otros frentes al norte en torno a Kiev, y Járkov, así como un largo asedio contra la sureña ciudad de Mariupol, clave para unir el territorio controlado en Donbás con Crimea por la costa del mar Negro.

La ofensiva, ordenada por Putin en febrero, tiene justo un mes por delante antes de llegar al simbólico 9 de mayo, el Día de la Victoria. Tanto Ucrania como Rusia celebran cada año la fecha en la que la Unión Soviética logró la capitulación alemana, aunque Kiev cambió en 2015 su nombre por Día de la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial para distanciarse de Moscú y su Gran Guerra Patria.

AFP/EFE y BBC