Alberto Barboza: Capitalismo, socialismo y emprendimiento

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Hace algunos años leí un artículo, que estoy seguro la mayoría ha visto, sobre el hombre que estaba cargando de gasolina a su auto mercedes, y alguien se le acerca y le pregunta la cantidad de personas a las que se les podría dar de comer con el dinero que le costó su vehículo. Acto seguido, el propietario le contesta que en efecto estaba consciente de ello, y le comenta que la fabricación y comercialización del vehículo alimentó a muchas familias en diferentes lugares del mundo. Por ejemplo; los obreros de la fábrica situada en Stuttgart, Alemania, en Japón, a quienes trabajaron para hacer las llantas, en México, donde muchos trabajadores fabricaron los componentes internos, en Chile, donde los mineros extrajeron el cobre para elaborar los cables, los trabajadores relacionados con el negocio del cuero que se utilizo para los asientos, las personas relacionadas con los sistemas de distribución y transporte necesarios para que cada componente llegue a su destino, los trabajadores de la agencia donde lo compro, el vendedor que le atendió amablemente. Y finalmente, con los impuestos que paga por tenerlo, el gobierno sufraga gastos de sueldos de policías, maestros y otros servidores públicos.

Termina el relato con que esa es la diferencia entre el capitalismo y el socialismo. En el capitalismo, cuando alguien compra algo, se pone dinero en el bolsillo de varias personas, y les da la dignidad por haber producido un bien o servicio que tiene valor para muchos, es decir, dinero que hace andar la economía. En cambio, en el socialismo, “a pesar de sus bellas promesas”, termina generando un mundo de miseria, ya que cuando alguien, da dinero a otro a cambio de nada, se le quita autoestima, ya que el dinero gratis no produce ningún valor, además, destruye la capacidad de logro y termina esclavizando psicológicamente a la gente adormeciéndoles sus fuerzas creativas y deseos de superación.

El cuento pareciera ser un poco exagerado y posiblemente tenga algunas imprecisiones, pero encierra una gran verdad. Yo le agregaría que los Mercedes-Benz no dejan de circular en el sistema socialista, la única pequeña diferencia es que solo lo pueden tener los burócratas del gobierno y los conectados con ellos. El socialismo en su búsqueda de la justicia eliminando las clases sociales, termina creando solo dos clases, “ellos y nosotros”, es decir, la burocracia con sus socios y el resto de la gente, así de sencillo. Por otra parte, en el sistema, como se le llame, capitalismo, de mercado, democrático, indudablemente que tiene sus imperfecciones, pero nadie puede discutir que es el mejor ambiente para prosperar dignamente a través del esfuerzo, el trabajo, el ingenio y el emprendimiento.

Actualmente, casi toda Latinoamérica, esta propagada por propuestas de izquierda, donde en varios países están llegando al poder, y en otros están por llegar, el tema no debería generar demasiada preocupación, ya que la mayoría de la izquierda que ha entrado y salido del poder, ha dado signos de ser democrática y en lugar de destruir el sistema de producción en muchos casos lo han mejorado. Sin embargo, hay que señalar que existen “izquierdas de izquierdas”, y hago mención al trabajo de Teodoro Petkoff en su libro “Las dos izquierdas” donde aborda este tema de una manera muy interesante, argumentando que muchos partidos de la llamada “Izquierda Latinoamericana” se modernizaron, mejorando sus doctrinas alejándose del socialismo personalista y autoritario cuyo interés es el control absoluto de los poderes públicos y destructor de la democracia y la libertad. Esa izquierda trasnochada inspirada en el sistema cubano, es la nefasta, es la que destruye todo vestigio de libertad y prosperidad, sumiendo a la sociedad en la pobreza, es justamente, la que debemos erradicar con educación y sensibilización de la gente, en las familias, colegios y universidades, evitar a toda costa que políticos de izquierda como los que aspiran el poder en Colombia tengan éxito.

Uno de los factores más preciados en cualquier sociedad libre, es el EMPRENDIMIENTO, la facultad de cualquier ser humano, de crear una idea de negocio innovadora, de ponerla en práctica y gozar de todos los beneficios generados. A pesar, de que Stephen Covey, a quien seguí, respete y fue fuente de inspiración en muchos de mis trabajos gerenciales, nos hablo de dos creaciones, siendo la primera cuando la idea nace en la mente del creador y la segunda cuando la materializa. Argumenta Covey que toda la realidad existente, es obra de la segunda creación puesto que antes todo fue una imagen mental. En esta materia, para mi existen tres creaciones, la primera creación, en efecto, es cuando la idea de negocio nace en le mente del emprendedor, la segunda, es sumamente importante, consiste en llevar esa idea a proyecto, de concebirla en un diseño conceptual y detallado con un plan de acción, actualmente existen una serie de métodos para lograrlo eficientemente, este paso es muy importante, siendo la base del éxito de cualquier idea, y finalmente esta la tercera creación que es la materialización del proyecto en cuestión, es decir, la transformación de la realidad.

Este bello proceso de emprendimiento es la esencia más pura de la prosperidad, de emerger de la pobreza, de realización personal y hasta espiritual, y lo mas cumbre del caso, es que es una posibilidad que tienen, sin exclusión alguna, todos los ciudadanos que vivan un una democracia, con un fuerte estado de derecho, con un rotundo respeto a la propiedad privada y en una economía libre de mercado.

Aprovecho este espacio para desearle el mayor éxito a un joven político zuliano, Jesús Simancas, miembro del equipo del Gobernador Rosales, quien se encuentra abordando, estudiando y propagando el tema del emprendimiento con programas de formación a los emprendedores y apoyo financiero a las ideas de negocio que sean factibles. 

Alberto Barboza

Coach Gerencial en liderazgo, planificación y productividad

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