Putin promueve invasión a Ucrania apoyando grupos separatistas prorrusos

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Sin que exista una invasión por parte de Rusia, Ucrania está en guerra, en un parte de su territorio y desde hace varios años.

En el este de la ex república soviética hay un enfrentamiento entre grupos separatistas prorrusos y fuerzas ucranianas que ha dejado miles de muertos desde que estalló en 2014, poco después de la anexión de la península de Crimea.

La región es la cuenca del río Donesky y se conoce con el nombre de Donbas. Allí milicias independentistas han autoproclamado dos entes (no reconocidos internacionalmente) con los que pretenden desvincularse de Kiev: la República Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk.

El gobierno ucraniano ha perdido el control de la región, y aunque Moscú niega que apoye a los rebeldes, hay señales que indican que desde Rusia estos reciben apoyo logístico, financiero y, por supuesto, apoyo moral, por tratarse de ciudadanos que se consideran parte del “pueblo ruso”.

En Donbas podría producirse el detonante de una eventual invasión, si el Kremlin decidiera que es necesario actuar militarmente para “proteger” a ciudadanos rusos en peligro, que fue el justificativo que uso el presidente Vladimir Putin en 2014 para la invasión y posterior anexión de la península de Crimea.


Esta semana Putin reiteró que en Donbas se está produciendo un “genocidio” por parte de las fuerzas ucranianas, lo que en algunas cancillerías occidentales sonó como una profundización de la campaña de desinformación de la que acusan a Moscú para inventar un pretexto que justifique la invasión.

Además, este jueves, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), encargada de monitorear un nunca respetado cese de hostilidades, informó que en las últimas horas se ha intensificado las violaciones al cese al fuego con 600 violaciones en las últimas 24 horas.

La escalada de las hostilidades, sumado a la tensa diplomacia que se desarrolla para responder a la crisis, hace temer a muchos que Donbas sea el polvorín que haga estallar un conflicto mayor.