Estadounidenses renunciaron a sus trabajos a un ritmo récord por segundo mes consecutivo en septiembre

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Unos 4.4 millones de estadounidenses renunciaron a sus empleos durante el mes de septiembre, según informó el Departamento del Trabajo. Algunas razones que lo explican van desde la búsqueda de mejores oportunidades con mejores salarios y beneficios por el tema inflacionario, hasta la preocupación de algunos con modalidad de trabajo presencial que temen contagiarse ante el repunte de casos de covid-19.

Los estadounidenses renunciaron a sus trabajos a un ritmo récord por segundo mes consecutivo en septiembre. Los sectores más afectados por estas renuncias son los de entretenimiento, artes, recreación, restaurantes y hospedaje; así como los de educación y servicios de salud, sobre todo en el sur y el oeste del país, se lee en el comunicado.

Según el informe la cifra ha sido interpretada como una muestra de cómo la inestabilidad en el mercado laboral continúa complicando la recuperación de la economía, ya golpeada tras casi dos años de pandemia.

Ya en agosto se había registrado un récord de renuncias que no se habían visto en 20 años, con 4.3 millones de trabajadores que dejaron su trabajo, el equivalente a 3% de la fuerza laboral. Para entonces, la cantidad de puestos disponibles era de 11.1 millones. Este mes cayó levemente, hasta 10.4 millones, una cifra que, sin embargo, sigue siendo alta en relación con los niveles históricos que ha tenido el país.

Daniel Zhao, un economista de Glassdoor, dijo al diario The Washington Post que la variante delta ha tenido su efecto en las renuncias y ha hecho que algunos dejen sus trabajos a pesar de no tener otra oferta garantizada.

La inflación se suma a la renuncia récord de trabajadores
La cifra se conoce un día después de que se anunció que la inflación se disparó 6.2% en un año (de octubre a octubre), el mayor aumento registrado desde 1990. Esa inflación está erosionando el sueldo de los trabajadores. Su aceleración ha generado un dolor de cabeza para el gobierno de Joe Biden y va disminuyendo la confianza de los estadounidense en el avance de la economía.

Se ha reflejado, por ejemplo, en gastos necesarios, como los relacionados con energía, que se dispararon un 4.8% de septiembre a octubre.

Los economistas aún esperan que la inflación se desacelere una vez que se eliminen los cuellos de botella de distribución. A medida que la pandemia ceda, los consumidores deberían gastar más en viajes, entretenimiento y otros servicios y menos en bienes como automóviles, muebles y electrodomésticos, lo que reduciría la presión sobre las cadenas de suministro.

AP