Alberto Barboza: La Ética: Factor clave de éxito para la nueva Venezuela

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mujer trabajadora

Estoy profundamente convencido que el buen liderazgo es el factor clave de éxito para toda organización, sea privada o pública, de tal manera que la nueva república que se avecina debe contar con un determinado liderazgo a todo nivel. Estamos hablando de un modelo que hemos desarrollado denominado “liderazgo trascendental”, que justamente es trascendental porque deja legado positivo para las futuras generaciones por haber transformado la realidad para el bien. El modelo consta de diez competencias que todo líder debe poseer, unas de tipo gerencial para administrar eficientemente los recursos, otras de tipo emocional para influir en la gente y las de carácter ético y moral para hacer lo correcto. Entre la últimas esta la ética que se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. Es indispensable que el nuevo liderazgo cuente con esta cualidad de ser ético para garantizar la una verdadera transformación y recuperación de Venezuela.

En definitiva, la economía se recuperara relativamente fácil, al diseñar políticas económicas adecuadas en el marco de un sistema económico apropiado. No ocurrirá lo mismo con la recuperación moral del venezolano, la cual necesitara más tiempo, ya que sugiere la reeducación en términos de valores y principios, que podría tomar una o dos generaciones para ganar en honradez y decencia. No obstante, este proceso se tiene que acelerar mediante el forjamiento de líderes tecnocráticos para la administración pública, que utilicen herramientas gerenciales y el método científico para el tratamiento y solución de los problemas, con el fin de erradicarlos para siempre, y al lado de esto hacer un manejo impecable de los recursos hasta minimizar la corrupción a un nivel casi imperceptible.

En una de sus magistrales conferencias, el otrora pensador y motivador Miguel Ángel Cornejo, aseveraba que las empresas más exitosas y ricas son las más éticas, no engañan a sus clientes, ni a sus proveedores y tampoco a sus empleados. Tienen como vector central la ética. Luego hacia referencia al ambiente político de su país, donde existe una especie de inconsciente colectivo nacional, que consiste en disculpar a los corruptos porque roban pero dejan robar, o porque roban pero hacen obras. Esto en el mejor de los casos, porque en otros, no solamente son en extremo corruptos, sino que tampoco hacen obras.

Estoy seguro que para la época, nuestro admirado conferencista no conocía el caso de Venezuela, que ha roto con todos los peores esquemas de gobierno de los cuales se tenga conocimiento, ya que ha contado con una característica especial, la destrucción de todo tipo de organización.

En la conferencia, el autor cuenta la metáfora indoamericana, que versa sobre una gallina que se consigue un huevo de águila y decide empollarlo junto con los huevos suyos. Al final, nace un aguilucho entre los polluelos, pero mamá gallina le dice que él es igual a los demás y como tal debería comportarse. Un buen día el aguilucho se encontraba escarbando el suelo y comiendo entre otras cosas lombrices, y en ese momento mira hacia el cielo y ve un pájaro hermoso volando de una forma impresionante, y le pregunta a mamá gallina ¿qué tipo de pájaro es ese?, a lo que mamá gallina le responde, ese es el rey de todas las aves, es el amo del cielo, su horizonte es infinito, pero el aguilucho insiste y vuelve a preguntar, ¿pero cómo se llama? y mamá gallina le dice, ese es un águila pero tú nunca podrás ser como él porque naciste siendo gallina, sigue mirando hacia abajo y escarbando la tierra para poder comer. Así que el tiempo transcurrió y el aguilucho se pasó toda la vida comiendo del suelo y actuando como gallina y finalmente murió creyendo que era una gallina sin saber que realmente era un águila.

El ser honesto y ético es para las águilas y los corruptos son las gallinas, toda la vida tendrán que tragar lombrices y seguirán picoteando en el piso para poder comer aunque sea caviar. Solamente las almas grandes, generosas e infinitas se atreven a aspirar a uno de los más grandes ideales, la ética, que es un principio de gallardía que le da señorío a un ser humano.

Me permito contarles una pequeña anécdota que me ocurrió en días pasados. Me encontraba en un restaurante en el Downtown de Alpharetta en Georgia con uno de mis hijos y su esposa, y al salir del sitio mi hijo se consigue una cartera con una cantidad considerable de billetes de alta denominación, no supimos la cantidad pero aparentaba una fuerte suma de dólares. En ese momento, la recomendación de su esposa era que la dejara en el lugar donde la encontró, mi sugerencia fue que la entregásemos a la policía y que ellos se encargarían de buscar al dueño, pero finalmente mi hijo decidió entrar nuevamente en el restaurante y entregársela al propietario con la creencia que este la resguardaría hasta que aparezca la persona que la perdió. Acto seguido, yo le pregunte, ¿Porque estaba tan seguro de que el propietario del establecimiento haría lo correcto?, su respuesta me dejo sorprendido, “Papa, a mí se ha extraviado mi cartera como en diez oportunidades y siempre alguien la encuentra y de alguna manera me la hacen llegar, así que confío en quien la extravió tenga la intuición de entrar en el restaurante y preguntar por su cartera, en el caso que no haga, allí pernotara, porque así es la gente de por aquí”. 

Al final del proceso me sentí una vez más orgulloso de mis hijos y recordé nuevamente, el final de la conferencia que mencione, donde termina Miguel Ángel Cornejo diciendo, que lo mejor que podemos hacer los padres es hacer de nuestros hijos unos águilas en lugar de gallinas, y que la pregunta que debemos hacernos, no es que le vamos a heredar a nuestros hijos, sino, que hijos le vamos a heredar a nuestro país.

Alberto Barboza

Coach Gerencial en liderazgo, planificación y productividad

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