Carlos Ramos: Mariano Picón Salas: Letras para la política

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Comprender el pensamiento político venezolano obliga la tarea de escudriñar la obra de los intelectuales que desde la militancia política o la academia dedicaron lectura, reflexión y escritura a la construcción de una visión de país moderno durante el siglo XX, que permitiera diferenciar al país de la naciente producción petrolera de la república de las montoneras, la guerra y los caudillos del siglo XIX. 

En Don Mariano Picón Salas, el merideño universal, justamente se expresa el trabajo del intelectual en la arquitectura de la modernidad cultural venezolana, que contrasta con la visión de los andinos como continuadores del mandonerismo decimonónico en la primera mitad del siglo XX. Ensayista pletórico, periodista, diplomático, historiador de lo político sin distancias con lo social, humanista e impulsor de reformas magisteriales que hicieron posible convertir a la educación en uno de los principales mecanismos de superación y ascenso social durante los años de la democracia entre 1958 y 1998, fue un hombre de permanente preocupación por la política venezolana.

Picón Salas en su actividad magisterial fue uno de los principales impulsores de la modernización de la educación en todos sus niveles, incluyendo la formación de los educadores, tal como se deja ver en su papel de fundador del Instituto Pedagógico de Nacional (Caracas) en 1936, así como de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1945.

El hombre de letras, el ensayista e historiador centrado en la construcción de la identidad trascendental de Venezuela, dentro de su amplia producción literaria dejó importantes obras escritas para la comprensión de la relación entre el hombre, su tiempo, su entorno y su peregrinar.   Viaje al Amanecer (1943), visión autobiográfica en la que plasmó el transitar de la juventud de un merideño entrañable desde la provincia rural a la gran ciudad en proceso de modernización; de ahí a la vida, costumbres y modernidad de otra capital latinoamericana: Santiago de Chile. En De la Conquista a la Independencia (1944) esbozó su visión sobre la formación de lo que denominó el “alma criolla”, de la cultura hispanoamericana con los agregados derivados del mestizaje. En Regreso de tres Mundos (1959), ejercicio filosófico de un hombre que ha transitado la historia y el pensamiento, redacta lo que sería su testamento espiritual, expresando la renuncia a la verdad absoluta como consecuencia de los diálogos literarios con Voltaire, Russell, Croce y Ortega y Gasset. 

Sin embargo, es en textos como Comprensión de Venezuela (1949), Rumbo y Problemática de Nuestra Historia (1947), y Los Malos Salvajes. Civilización y Política Contemporáneas(1962) donde se recoge a grandes rasgos su visión de lo político, luego de haber dedicado  distintos escritos a la reflexión sobre temas fundamentales de su época como el fascismo, el totalitarismo, el comunismo y la democracia venezolana. 

Don Mariano desde 1927 y en los años cercanos a la II Guerra Mundial, cuestionó una escena intelectual europea proclive a la justificación de resentimientos nacionales, así como de superioridades raciales y faccionales, en detrimento de la tolerancia y la libertad. En no pocas oportunidades escribió a su amigo Rómulo Betancourt para advertir el excesivo racionalismo y mecanicismo del comunismo de corte soviético, más inclinado a la imposición de los catecismos políticos que a la comprensión de las realidades sociales latinoamericanas. 

Desde sus oficios y servicios a la República, incesantemente procuró enriquecer la discusión nacional desde la perspectiva democrática y liberal, contraria al totalitarismo, antimilitarista y antioligárquica, que propugnaba la intervención del Estado para el impulso de la justicia social, la lucha contra el analfabetismo y el atraso agrícola. 

Mariano Picón Salas, el hombre de su tiempo, de la transición de la Venezuela agraria a la Venezuela petrolera, de los inicios de la modernidad de la mano de los motores de combustión, de la electricidad y las comunicaciones telefónicas, imbuido en los movimientos de cambio latinoamericanos como la Revolución Mexicana, la Reforma de Córdoba y el protagonismo de la Generación del 28, en su peregrinar por Chile, México y Europa, nunca perdió vínculos con el acontecer nacional. Su transitar en las nuevas organizaciones políticas conformadas a la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935 fue breve, llegando a ser, luego de su regreso a Venezuela en 1936, fundador y secretario general del Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), junto a Rómulo Betancourt. 

Distanciado del ejercicio partidista, Picón Salas proyectó un modelo democrático concebido para la resolución de nuestros principales problemas nacionales, y no para la continuación de las querellas y abstracciones arrastradas del siglo XIX. Su acción desde la función de fomento a la educación y la cultura, no le restó tiempo para obrar a favor de la Venezuela moderna, con amplios aportes al ejercicio de la gestión pública general junto a otros dos andinos, Diógenes Escalante y Alberto Adriani en el “Programa de Febrero” de 1936 –ejecutado por el Presidente Eleazar López Contreras-; protagonista también de la transición hacia la democracia entre 1945 y 1958, y hasta el final de su vida en el año 1965, dedicando importantes esfuerzos en advertir la falta de preparación y la inexistencia de una cultura política sólida a favor del sostenimiento de las libertades democráticas. 

En Don Mariano Picón Salas sin duda alguna se dibuja la imagen del hombre reflexivo capaz de nutrirse de las ideas de su tiempo para cuestionar las viejas concepciones y los viejos estamentos, sin que eso implicara una unión indisoluble con las nomenclaturas que enarbolaban la lucha contra las aristocracias, las oligarquías, las hegemonías y los totalitarismos. Siempre humanista, Picón Salas, el peregrino intelectual en permanente reflexión es quizás el principal artífice de la humanización de la política venezolana y latinoamericana.  

Sus letras proclaman eso, una política más humana, de servicio práctico para las soluciones de los problemas de los venezolanos en el pasado y el presente. 

Carlos Ramos