Hugo Delgado: La orquesta destemplada

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“La narrativa de la normalización en Venezuela es solo eso, un relato de ficción”.

(Analista, Antonio de la Cruz 18-01-22)

La directora del colegio argumentó que el régimen les estaba exigiendo las clases presenciales ya. “La supervisión es implacable”, argumentó. Ante el supuesto miedo, no evalúan  las consecuencias de la  propagación de casos de Covid 19  que se puede dar con los estudiantes. En un contexto sanitario que se agudiza todos los días  y que ya ni el mismo Nicolás Maduro y su combo se atreven a negar; agravado por un  sistema hospitalario público incapaz de atender a los enfermos y unos costos privados dolarizados que erizan el pelo al común de la gente.

El agotamiento y el temor a una mayor paralización de la economía hace que los venezolanos –sin mucho esfuerzo-, bailen al ritmo de la orquesta  de un régimen mentiroso e inepto, y como el cuento de Chacumbele,  ellos mismo se colocan la soga en el cuello. Al punto que el inoperante Banco Central de Venezuela (BCV)  anunció el fin de la hiperinflación y todos los analistas y la gente corean que todo se está normalizando, en un país en donde un pensionado recibe Bs. 7 mensuales, y tuvo una caída del Producto Interno Bruto (PIB)  de 70% en los últimos ocho años.

Qué pasó entonces  en Venezuela? Un amigo comentaba que un médico fue atender a su hermano contagiado con el Covid 19 y cobró $70 por la consulta. Esta tendencia está generando un país distorsionado en el que algunos sectores se benefician y cobran en dólares, mientras otro recibe sus sueldos, bonos o  pensiones,  en bolívares, por esta razón el régimen mantiene vigente la moneda nacional, sabiendo que todos los precios están calculados en divisas americanas.

En su balance de mentiras 2021  ante la ilegal Asamblea Nacional (AN 2020), Maduro dijo que la pobreza extrema en Venezuela era de 4,1%, que el crecimiento de la economía se ubicó en  4% (El Fondo Monetario Internacional la estima en -5%),  que el BCV anunció el fin de la hiperinflación, y Petróleos de Venezuela Pdvsa había alcanzado el millón de barriles diarios de producción. Milagrosamente el país de la dimensión desconocida sin  productividad comprobada supera todos sus males en un año.

La Encuesta  de Condiciones de Vida (Encovi) en su último estudio refuta la primera  cifra al ubicarla en 76,6%; si verdaderamente hubo un crecimiento cabe preguntarse qué sectores lo hicieron y de dónde vino el financiamiento, porque en un país dependiente de los ingresos petroleros sería interesante saber que otros sectores son productivos y generan las divisas necesarias para inyectarlas a la industria y el comercio. El  punto relacionado con el incremento de la producción de hidrocarburos (gracias al apoyo iraní que también cobra su tajada igual que Cuba, China y Rusia) lo desmintió la Opep que la ubicó en 681 mil barriles diarios ( con un precio del Merey referencial  de diciembre en baja a $54,89), igualmente, Antonio de la Cruz ( venezuelausa.org 18-01-2022)  indica que la cifra está inflada por la mezcla con  compuestos (1/8) importados de Irán (Nafta y crudos livianos) para mejorar la calidad de los extra pesados de la Faja Petrolífera del Orinoco.

De la Cruz señala que la intención de Maduro es generar una “narrativa, con la ayuda de las agencias de noticias internacionales, que  busca desafiar las sanciones de segundo piso impuestas por Estados Unidos a la petrolera venezolana Pdvsa. Si no reta las sanciones económicas estadounidenses, su permanencia en el poder será cuestionada este año. Lograr la normalización con el sector privado del país y algunos factores democráticos será cuesta arriba. Los ingresos por las actividades ilícitas, narcotráfico, contrabando de minerales y combustibles alcanzan casi los 10.000 millones de dólares, incluidas las remesas enviadas por los venezolanos en el exilio a sus familiares.  El blanqueo de capitales solo alcanza para el desarrollo de la economía de los bodegones y el mercado inmobiliario al que no tiene acceso el 94,5% de la población pobre ni el 76,6% ubicado por debajo de la línea de pobreza extrema, con ingresos inferiores a 1,2 dólares por día según la última Encuesta de Condiciones de Vida. Por ello, crea el relato de la Venezuela petrolera”.

Si es cierto o no lo de la producción del millón de barriles diarios de petróleo, es evidente  su insuficiencia para financiar el aparato productivo y cubrir las obligaciones con el sector público. De la Cruz afirma que la producción de petróleo de Venezuela apenas aumentó 20.000 b/d en diciembre con respecto a noviembre, cuando fue de 661.000 b/d según las fuentes secundarias de la OPEP. Y el promedio anual se incrementó 52.000 b/d en relación con 2020 (501.000 b/d)”.

Otro aspecto que los analistas obvian, es el sentir de la gente. La economía no es solo fríos números, la percepción del individuo también es importante. Con los precios ya dolarizados, los sectores comercio y servicios reciben los mejores beneficios en el distorsionado mercado nacional, mientras la mayor parte de la población que percibe sus sueldos y bonos en bolívares, solo ve que los precios suben en dólares.

Pero la orden está ahí. El régimen necesita el país normalizado para proyectar el éxito y ocultar sus fracasos y corrupción, más cuando el continente latinoamericano se tiñe de rojo y necesita referentes para fortalecer el discurso de Lula da Silva en Brasil y Gustavo Petro en Colombia, de  cara a las elecciones que se realizarán en 2022. Una  propaganda para el Foro de Sao Pablo ahora disfrazado de Grupo de Puebla, que solo sirve para tapar “los trapos sucios” de las naciones que lideran la nueva arremetida comunista: Venezuela, Argentina y México. 

Mientras los venezolanos están agotados por 22 años de corrupción, amenazas, malos servicios, invasiones extranjeras, narcoterrorismo, violación de derechos humanos, pandemia, despilfarro y mentiras, se colocan la soga en el cuello, creyendo en las soluciones milagrosas. Lo demuestran, la directora del colegio que le importa nada los contagios y muertes que puede ocasionar su obediencia y falta de criterio para medir las consecuencias; de los empresarios que al igual que las focas aplauden las locuras de un régimen desesperado por normalizar un  país caótico; de las autoridades de la Universidad del Zulia que amenazan a sus empleados con “botarlos” sin luchar por sueldos dignos, la salud y las condiciones laborales óptimas. Todos parecen miembros de una orquesta destemplada y anarquizada, con un  director inepto que ostenta el poder, manda y los músicos (Chacumbele) le hacen caso.