A) EL JESÚS DE LA HISTORIA. EL Jesús del siglo 1 es el Jesús real, el verdadero, un maravilloso personaje que hizo vida en Palestina hace 20 siglos.
El otro Jesús, no es el real, sino una metamorfosis amalgamada que moldearon a imágen y semejanza de los intereses de dominio y gobierno los teólogos y Obispos de aquellos tiempos, quienes se hacían llamar cristianos a finales del Siglo 2, siglos 3, 4 y buena parte del siglo 5, muy señaladamente, el siglo 4 con sus Concilios de Nicea (año 325 d.C.); Constatinopla (año 380 d.C.) e.Tie.pis del Emperador Teodosio; decreto del Emperador Constantino I (Edicto de Milán-año 313) autorizando la libertad del cultos dentro del imperio romano y el fin de las persecuciones de cristianos y su martirio; decreto (año 321) donde se abandona el sábado judío como dia de descanso, sustituyéndose por el domingo (día del Sol), fecha en que Roma celebraba el día de sus dioses solares Mitra y Sol Invictus. Durante esos siglos ya mencionados los Obispos cristianos pretendieron hacer creer que Jesús había abrogado su ley mosaica y creado una nueva fe llamada cristiana, y los teólogos se apresuraron en reintepretar los dichos de Jesús, interpolando o tachando estrofas de los cuatro evangelios, a los fines de abonar terreno para erigirse ellos como los administradores y jefes de cultos de las nuevas iglesias que se iban formando. Al Jesús verdadero – el judío del siglo I -el que predicó a los suyos la ética, preceptos y contenidos del Tanaj (Biblia hebrea o Antiguo Testamento), los teólogos cristianos lo sepultaron bajo una gruesa capa de mitos, leyendas, profecías, bulas y de reinterpretaciones acomodaticias de los dichos de Jesús para hacerle ver no como judío que fue él y los apóstoles y demás seguidores suyos, sino como un fundador de una nueva fe llamada cristiana carente de raíces hebreas.
La siguiente acotación que hace el erudito Mario Sabán, deja muy claro lo señalado: «Jesús nació, vivió y murió como judío. Jesús fue un judío observante; no conoció el domingo, sino el descanso sabático. Practicó toda su vida las festividades de su religión judaica. Fue un rabino en el mayor sentido de la palabra, un gran Maestro espiritual. No fue un rabino consagrado institucionalmente, sino un Maestro del pueblo de Israel. Tuvo ciertas características proféticas porque denunció muchas injusticias que consideraba que no eran dignas de la nación, pero no por esta razón pretendió crear una nueva religión, ni abandonó jamás a los suyos, a su pueblo judio.» (Tomado del libro «EL JUDAISMO DE JESÚS.»Autoría de Mario Sabán.
B) Si Jesús leía los rollos de la Torah en las sinagogas de Palestina, eso evidenciaba que fue un judío culto y leído. Este detalle echa por tierra la versión de que era un analfabeta.
El Maestro divino sabía leer y escribir; de hecho en el servicio del shabbat solía leer la Hafchata, una plegaria especial para determinadas celebraciones.
Jesús hablaba muy bien el arameo, su lengua madre e idioma oficial de Galilea. La célebre plegaria del «Padre Nuestro», la enseñó a sus discípulos en ese idioma. Otra lengua que hablaba y leía bien era el hebreo, el idioma del Tanaj (Biblia hebrea ). Tenía fama entre sus conocidos que poseía una memoria privilegiada: Se sabía de memoria muchos de los versículos y escritos de Profetas y Salmos. Proverbios, entre ellos, el Pirkot Abbot, el libro de ética más conspicuo del judaísmo. Cuando discutía con los escribas y fariseos sobre cuestiones bíblicas, solía dejarlos descolocados con las citas y referencias puntuales que les sacaba en cara.
¿COMO ERA JESÚS, FISICAMENTE HABLANDO?
Sobre el aspecto físico del nazareno no existe una uniformidad de criterios. Algunos señalan que Jesús era de fisonomía semitica típica, un judío sefardita de tez clara bastante común en la región.
Otros estudiosos que han tratado en profundidad la cuestión del Manto Sagrado o sábana de Turin con el cual envolvieron el cadáver de Jesús, señalan que las huellas estampadas sobre el lienzo a manera de luz plasmada, revelan la sombra de una figura atlética que media 1 metro con ochenta centímetros metros. Para haber sido un judío de la región, esa estatura no era promedio entre la gente de Palestina. La tecnología aplicada a la sabana revela en positivo un rosto hermoso de figura esbelta.
Lo que si está claro es que el Jesús rubio de ojos azules, pelo y barba lacios (el Jesús de Hollywood) no se parece en nada al Jesús de la historia del siglo I.
Con seguridad usaba bigotes y barba rolliza, como el común de los hombres de su época. Calzaba sandalias con correas de ajuste alto, túnica que le cubría la cabeza y un manto sobre sus hombros de color rojo- rubí.
C) Para estudiar al Jesús de la historia y diferenciarlo del Jesús de la Iglesia de finales del siglo 2 en adelante, el autor Mario Sabán se vale de la siguiente configuracion literaria: «No podemos estudiar a Jesús como un judío del siglo 1 si no comprendemos profundamente el judaismo. No podemos estudiar a Jesús desde el cristianismo, porque Jesús no era un cristiano, sino un judío.»
Este planteamiento incomoda mucho a los creyentes conservadores y a los fieles ingenuos que no se molestan en razonar si lo que dicen y repiten desde hace siglos tiene lógica y sentido común o no. ¿Cómo reaccionaría un cristiano común si se le plantean este par de preguntas ?
Uno: Jesús no fue cristiano, sino un judío puro de su fe hebrea. Dos: Jesús no creó una nueva religión que se llamó cristiana o cristianismo, sino que procuró hacer destacar el sentido ético de la Torah con el fin de elevar la conciencia de su pueblo y «salvar a las ovejas perdidas de Israel. (ver Mateo 10: 5 y 6).
En pocas palabras, Jesús enseñó Torah sólo a los suyos, predicando la ética judaica del Antiguo Testamento o Biblia hebrea, muy señaladamente, el llamado Sermón de la Montaña (ver Mateo 5: 1 al 48 /Igualmente Mateo 6 y 7: completos).
El cristianismo como religion no existía en los tiempos del Jesús histórico. Tal fe comienza a formarse a partir de finales del siglo 2 y continúa evolucionando a lo largo de los siglos 3 y 4 en adelante.
Lo que había en el siglo 1, luego de la muerte y resurrección del Señor, era una comunidad de judios seguidores de las enseñanzas del nazareno, quienes andaban muy interesados en la prédica de Jesús, y muchos gentiles (fenicios, griegos, chipriotas, asirios, cananeos egipcios,entre otros), interesados en ser admitidos en esa comunidad , provocados por la irrupción del rabino Saulo de Tarso (San Pablo) y su idea de incluirlos como seguidores del Mesías.
Para ello se llevó a cabo el Concilio de Jerusalén en el año 50 d.C. con el fin de dirimir la cuestión del montón de gentiles incircuncisos que los nuevos creyentes judíos legítimos no querían aceptarlos como tales.
Estas son sólo algunos de los temas y criterios teologicos de entre más de cincuenta pendientes que la Iglesia debe atender en su compromiso del «aggiornamento» propuesto por el Papa Juan 23 (el Papa bueno) en un Concilio celebrado en Colombia, en 1962.
FIN.
@kaledyorde
