Ganar en Barinas y, por segunda vez este domingo, se ha convertido en un gran desafío y una cuestión de honor para la oposición venezolana por ser la tierra natal del comandante fallecido Hugo Chávez y el feudo de su familia, cuya dinastía ha dominado la región en los últimos 22 años. La primera vez que triunfó el candidato opositor Freddy Superlano, representando a la coalición de la MUD (Plataforma Unitaria) fue el 21 de noviembre cuando se hizo con el 37,60% de los votos, pero el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anuló los comicios y ordenó su repetición porque el candidato oficialista, Argenis Chávez, había perdido con el 37,20% de los votos, según cifras oficiales del CNE.
El pasado jueves los nuevos candidatos cerraron su campaña electoral ante la toma y custodia de los centros de votación por parte de los militares del Plan República.
Sergio Garrido, postulado por la opositora MUD, y el ex canciller Jorge Arreaza, postulado por el chavismo, polarizaron la preferencia de los sondeos previos.
La encuestadora Hercón Consultores, que hace un mes hizo un estudio de opinión a mil personas, señaló que el 57% de los votantes de Barinas está dispuesto a acudir hoy a las urnas, lo que supone un incremento del 15% de participación respecto a las anteriores. Las preferencias electorales también se distancian de las pasadas. Garrido puntea los sondeos con el 42,6% de los votos mientras que Jorge Arreaza obtiene solo el 34%. El tercer candidato es Claudio Fermín, puesto para dividir a la oposición, pero sólo obtiene el 3,1%, en el estudio de Hercón Consultores.
Congelado en el tiempo
En su campaña, el propio Arreaza no se ha mostrado muy seguro de ganar las elecciones debido a la ausencia de apoyo popular en el recorrido por las calles de los poblados de Barinas. Los postes del alumbrado público y los muros urbanos fueron empapelados con su rostro pero sus caravanas, repletas de motoristas y camionetas blindadas, han estado solitarias y no ha tenido baños de multitud en sus mítines.
El ex canciller y ex yerno de Hugo Chávez ha estado acompañado de dos de las hijas del comandante muerto: María Gabriela y Rosinés, que han buscado votos para la familia. Para distanciarse un tanto del rechazo que produce la dinastía chavista, ha admitido que la gobernación de Barinas «presenta déficit de inversión y servicios para la comunidad».
Y es que Barinas, el estado llanero y ganadero situado al occidente de Venezuela con una superficie de 322 kilómetros cuadrados y una población de apenas 390.000 habitantes, ha estado gobernado por el feudo chavista desde hace 22 años, que parece congelado en el tiempo pues no muestra señales de progreso sino de deterioro y retroceso como las polvorientas calles de Sabaneta, el pueblo donde nació Chávez.
Cuando inició su mandato en 1999 su familia era humilde y pobre. Dos décadas después sus padres y hermanos son unos potentados terratenientes que poseen grandes extensiones de fincas y haciendas, sin contar con la fortuna que han hecho sus hijas, sobrinos y nietos. El patriarca Hugo de los Reyes Chávez gobernó Barinas desde 1999 hasta 2008, luego el hermano mayor Adán Chávez desde 2008 hasta 2017 y por último el hermano Argenis Chávez estuvo en la gobernación desde 2017 hasta 2021.
Sergio Garrido piensa romper con la dinastía chavista y tiene con qué. El jefe de su campaña es el propio Freddy Superlano, que tras su inhabilitación política y la de su esposa a la que también sacaron del juego electoral, ha duplicado el coraje para lograr la victoria.
Barinas también se ha convertido en el talismán que ha aglutinado a los diversos grupos de la oposición para fortalecer el triunfo de la Unidad en la candidatura de Garrido.
Calles militarizadas
El presidente interino Juan Guaidó ha brindado todo su respaldo al pueblo que no se rinde y llamó a seguir organizándose y movilizándose en contra de la tiranía. «La dictadura se quedó sin pueblo. Es minoría y por eso arrebata y amenaza; pero nada nos ha detenido. Barinas es ejemplo de resistencia y lucha. Maduro ya perdió, solo les queda tratar de secuestrarla de nuevo. Acompañemos a un pueblo que no se rinde. Organización y movilización», dijo por Twitter.
Las calles de Barinas están militarizadas, según pudo constatar ABC al observar el contingente de unidades militares y soldados que se dirigían hacia el estado. Unos 14.000 efectivos militares han sido enviados a la zona a custodiar los 500 centros electorales. «Es una exageración enviar tantos militares», dijo un observador bajo anonimato al comentar que «para intimidar y que los electores no vayan a votar el domingo».
Ante el silencio del Ministerio de la Defensa, se pensó que el envío de contingentes militares era para proteger a las poblaciones fronterizas vecinas de Barinas como Apure y Táchira por los graves enfrentamientos entre la narcoguerrila de las FARC y el ELN que han producido más de 30 muertes esta semana. Pero no, los militares se quedaron en la tranquila Barinas.
El analista electoral Andrés Caleca denunció que los uniformados del plan república impiden el acceso de los testigos y observadores a los colegios electorales, lo que merece una explicación por parte de las autoridades electorales.
Ludmila Vinogradoff e Ymarú Rojas/ABC