El gobernador de Florida y precandidato a la nominación presidencial del Partido Republicano, Ron DeSantis, expresó este lunes su rechazo al acuerdo sobre el techo de la deuda anunciado este fin de semana por el presidente Joe Biden y el presidente de la Cámara de Representantes y portavoz del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, por considerar que «lanza a la bancarrota» al país.
«Antes de este acuerdo (…) nuestro país iba directo a la bancarrota y después de este acuerdo seguirá lanzado hacia la bancarrota», afirmó DeSantis en declaraciones a la cadena Fox News.
Decir que puedes gastar cuatro billones de dólares más en año y medio… es una enorme cantidad de gasto. Creo que desde marzo de 2020 estamos en esta trayectoria (…) y pienso que va a ser totalmente inadecuado para llevarnos a un punto mejor», argumentó. «En Washington entran en estos ciclos solo para poder llegar a las próximas elecciones y es justo por eso por lo que siguen fracasando», agregó.
Mientras, el expresidente Donald Trump, rival de DeSantis y favorito en las primarias republicanas, mantiene su silencio tras el anuncio del acuerdo, aunque anteriormente defendió que los republicanos rechacen elevar el techo de endeudamiento y dejar que el país caiga en la bancarrota a menos que los demócratas acepten «enormes recortes» del gasto.
«Los republicanos no deberían pactar el techo de endeudamiento a menos que consigan todo lo que quieran, incluida la pila de la cocina», advirtió Trump en su red social, Truth Social. «Así es como siempre han hecho los demócratas con nosotros. ¡¡¡No se plieguen!!!», subrayó.
«Nuestro país se precipita hacia la bancarrota, y después de este ‘acuerdo’ sobre el techo de la deuda, seguirá yendo a toda velocidad hacia la bancarrota. El acuerdo da luz verde a $4 billones en nueva deuda durante el próximo año y medio», apuntó DeSantis.
En manos del Congreso
Mientras, el lunes líderes republicanos y demócratas buscaban afanosamente los apoyos necesarios para que el proyecto de ley sobre el incremento del techo de la deuda tenga el suficiente apoyo en el Congreso.
A una semana de la fecha que según el Departamento del Tesoro marcaría el momento en que Estados Unidos comenzaría a quedarse corto de fondos, el 5 de junio, el proyecto originado en un acuerdo bipartidista liderado por el presidente Joe Biden y el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, enfrenta el rechazo de la extrema izquierda de los demócratas y de la derecha opositora.
Republicanos ultraconservadores consideran que McCarthy debió asegurar en este acuerdo recortes del gasto público aún mayores a cambio de aumentar el límite de endeudamiento de Estados Unidos, necesario para evitar una moratoria y asegurar el funcionamiento del Estado federal.
En tanto, el ala de la extrema izquierda del gobernante Partido Demócrata, también está descontenta con la decisión del mandatario de ceder y aceptar recortes del gasto público.
Entre tanto, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, enfatizó que Estados Unidos necesita hacer «más para reducir su deuda pública».
A continuación, un vistazo a lo que incluye el acuerdo y lo que no, según lo que se conoce por ahora:
¿Alguno de los bandos ganó?
Después de días de negociaciones largas y difíciles, el acuerdo permite que ambas partes reclamen una especie de victoria. Biden lo llamó un «compromiso», mientras que el presidente republicano de la Cámara, Kevin McCarthy, lo describió como «digno del pueblo estadounidense».
El texto aún no fue divulgado y el acuerdo será objeto de un intenso escrutinio y debate en los próximos días en ambas filas.
Las fuentes y los informes sugieren que no se aceptaron algunas demandas de ambos bandos, como la eliminación de ciertas lagunas fiscales, solicitada por los demócratas, y la derogación de los créditos fiscales de energía limpia, que pretendían los republicanos.
El eje de las negociaciones
Fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que el acuerdo elimina el tope de deuda de 31,4 billones durante dos años, lo que significa que Biden no necesitará negociarlo nuevamente antes de las elecciones presidenciales de 2024.
El acuerdo tentativo también impone restricciones limitadas al gasto federal que complacerán a algunos republicanos, pero no ofrece los grandes recortes que querían los más conservadores y a los cuales los demócratas más progresistas se habrían resistido.
El acuerdo mantendría el gasto al margen de defensa aproximadamente estable en el año fiscal 2024 y lo aumentaría un 1% al año siguiente, además de proporcionar un incremento del límite de deuda durante dos años una vez pasadas las elecciones presidenciales de 2024, según una persona familiarizada con el acuerdo que ofreció detalles bajo condición de anonimato.
Gastos
El acuerdo mantiene el gasto no militar aproximadamente estable para el año fiscal 2024 a partir de este año, y limita el aumento en un 1% para 2025, según fuentes cercanas a las negociaciones.
También mantiene los planes de la administración Biden de aumentar el gasto destinado a militares activos y retirados, en línea con la inflación.
El acuerdo cubrirá por completo la atención médica a veteranos en los niveles incluidos en el borrador de presupuesto de Biden para 2024, incluido un fondo para veteranos expuestos a sustancias tóxicas o riesgos medioambientales. Biden pedía en su plan de gasto 20.300 millones de dólares para el fondo asociado a la exposición a productos tóxicos.
Requisitos de trabajo
El principio de acuerdo pretende aumentar los requisitos de trabajo para las personas que reciben ayudas alimentarias federales o prestaciones familiares, una victoria para el lado republicano.
Está previsto que se aumente de 49 a 54 años la edad que se requiere para que los adultos sin hijos trabajen para recibir cupones de alimentación. Como una concesión a los demócratas, se espera que el acuerdo flexibilice los requisitos para los jubilados y las personas sin hogar.
Los republicanos propusieron aumentar los requisitos laborales para adultos sanos sin personas a su cargo en algunos programas de ayudas. Afirmaron que eso llevaría más gente a la fuerza de trabajo, que a su vez pagaría impuestos y ayudaría a reforzar programas de ayudas como la Seguridad Social y Medicare.
Los demócratas han rechazado esos cambios y afirman que harían que menos gente pueda permitirse la comida o la atención médica, sin aumentar en realidad el número de trabajadores.
Los congresistas republicanos habían aprobado una ley que endurecería los requisitos de empleo para algunos receptores de Medicaid, pero eso finalmente fue eliminado del acuerdo.
Sin embargo, el texto sí ampliará los requisitos laborales para el Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria, o SNAP, antes conocido como cupones de comida. El acuerdo ampliaría la edad del requisito laboral actual de los 49 a los 54 años, algo similar a la propuesta republicana, aunque esos cambios expirarían en 2030. Y la Casa Blanca dijo que al mismo tiempo, reduciría el número de personas vulnerables de todas las edades sujetas a esos requisitos.
Acelerar proyectos de energía
El acuerdo implementa cambios de la Ley nacional de política ambiental que designarán “una única agencia” para hacer evaluaciones ambientales, con la esperanza de agilizar el proceso.
Reducción del ente fiscal
El acuerdo también reduce los fondos asignados para la ampliación del ente Servicio de Impuestos Internos (IRS). El año pasado, el Congreso aprobó 80.000 millones de dólares para que el IRS impulsara la aplicación y supervisión de impuestos. El acuerdo del techo de deuda le recortaría 10.000 millones.
Dinero no gastado por COVID-19
El acuerdo tentativo también recuperaría algunos recursos que el Congreso asignó para la pandemia de coronavirus, pero que no fueron utilizados. Una fuente cercana a las negociaciones estimó que podrían ascender a decenas de miles de millones de dólares.
No habrá cambios respecto al Medicaid, el programa de seguro médico del gobierno para los estadounidenses más desfavorecidos.
Qué se quedó fuera
Los republicanos querían revocar los esfuerzos de Biden de perdonar entre 10.000 y 20.000 dólares en deuda a todos los titulares de préstamos de estudios, lo que representa una enorme carga para los contribuyentes estadounidenses. Pero la cláusula era una línea roja para los demócratas. El acuerdo presupuestario mantiene el alivio de deuda de Biden, aunque la Corte Suprema tendrá la última palabras sobre el tema.
La Corte Suprema está dominada 6-3 por conservadores, y las preguntas de esos jueces en los argumentos orales mostraban escepticismo sobre la legalidad del plan de préstamos estudiantiles de Biden. Se espera una decisión antes de que concluya junio.
Europa Press, AFP y AP