Kaled Yorde: Conocerse a uno mismo

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A) Socrates, el filósofo griego clásico de la antiguedad, acuñó para la inmortalidad una frase trascendente que dice: «CONÓCETE A TI MISMO!»
¿Que significa conocerse a uno mismo? ¿Cómo puede eso hacerse? ¿Será el indagar sobre una persona determinada para saber como se llama, dónde y cómo vive, en qué trabaja, quien es su familia? Nada de eso.
Se trata del conocimiento metafísico del ser, de tener conciencia que es una mente creadora con su pensamiento; un alma y un espíritu embutidos en un cuerpo físico, dotado de la maravillosa facultad del LIBRE ALBEDRÍO para crear y dirigir el propio destino que trae en la presente existencia terrenal; labor esa que llevará a cabo a través del don del DISCERNIMIENTO, una especie de GPS espiritual que le muestra y enseña al ser humano saber distinguir entre lo que es bueno que hace y lo malo que debe evitar a toda costa. El discernimiento enseña a distinguir entre lo verdadero y lo falso; la verdad y la mentira, lo real y lo irreal, lo santo y lo profano, lo condicionado y lo incondicionado. La inmensa mayoría de la gente confunde las cosas, siendo esa falla la causa y el origen de todos los problemas de la humanidad y fuente vigorosa e inagotable de infinitos problemas, conflictividades, separaciones, odio, resentimientos y guerras. Por eso la vida en el planeta se ha vuelto tan problemática y amenazadora, reinando la inseguridad y la ausencia de paz interna y externa, con el mal, la maldad y la mala fe entronizado, reinando por doquier.
Socrates enseñó que el conocimiento es asequible a todos a través de la razón y la lógica, y que la virtud es la clave para una vida feliz y significativa. Fíjense bien, amables lectores: El filósofo griego mencionó a las virtudes; no al poder, ni a la politica, la corrupción, tramposeria, ser mafioso, etc.
Un poco más sobre el don del discernimiento: Este nos señala con resplandeciente luz de intenso fulgor, el CORRECTO CAMINO a trajinar y la RECTA ACTITUD o COMPORTAMIENTO, los efectos o consecuencias de actuar bien en la vida que tanto atrae dulces frutos del DHARMA; o por el contrario, lo opuesto a eso como lo son los frutos amargos del llamado KARMA, cuando se violan las leyes divinas o Diez Mandamientos de la Biblia hebrea, según las enseñanzas del
hinduismo.

Los frutos amargos de la existencia son: Dolor, sufrimientos, pesares, enfermedades, miseria, tragedias, perdidas, conflictos, entre otras calamidades.
Así pues, esto es lo que realmente somos: Seres racionales e intuitivos, a diferencia de los animales salvajes, instintivos y crueles, aunque aún haya seres humanos tan violentos, crueles y salvajes como las mismas fieras de la selva.
La tarea básica a hacer (cultivar) en la presente vida terrenal, es hacer siempre el bien; nunca el mal, con el fin de crecer en espíritu y en verdad, incentivando las correctas relaciones humanas y siendo una referencia cívica en moralidad, valores y principios. Ese es el verdadero significado y el alcance de la expresión: «Crecer en espíritu y en verdad», que no es otra cosa que la concreción del Mandato principal mosaico de «Ama a tu prójimo como a tí mismo!»
¿Cuál vendría a ser la clave ideal para alcanzar ese estado de plenitud y de recta acción? (Alto grado de virtudes al que Aristoteles denominaba «Ataraxia»). La respuesta es sencilla, aunque la vía es engorrosa y dificil: Controlar todo lo que pensamos, (mente); lo que sentimos (emociones) y del obrar u omitir hacer, cuando se trata de algún imperativo categórico o de una obligación de corte moral.

B)Este camino señalado pasa inevitablemente por prestarle mucha atención a los hábitos del quehacer diario.
No basta que la persona observe y cumpla fielmente con los Diez Mandamientos de la Biblia hebrea, vaya a misa y comulgue a diario, asista a los servicios en las Iglesias cristianas, las sinagogas y templos musulmanes. Hay algo adicional que hacer: Controlar su carácter, sus reacciones, la impulsividad, el mal genio, la manera como trata a su familia, a sus subalternos, relacionados, clientela; revisar a diario como es su honestidad; escudriñar sus apegos e identificaciones, tanto a las cosas del mundo material como a sus sentimientos y emociones, que por lo general son las que lo alienan y esclavizan, creandole deudas de vida (karma), que al morir le impiden a su alma poder acceder al plano etérico de la cuarta dimension, que es el plano donde van las almas al morir.
A esta etapa o fase del comportamiento, (la de cumplir con los tres primeros peldaños del Noble Octuple Sendero enseñado por Siddarta Gautama -el Buda Sakyamuni-), que nos conduce a la liberación del ser de todo sufrimiento, problemas, ataduras y la infelicidad.
Estos tres peldaños o estadios, se les conoce como : 1) RECTA PALABRA (cuidar la lengua, evitar la calumnia, el chisme, criticar al prójimo, jurar en vano, decir palabras obcenas); 2) RECTA ACCION (Hacer el bien, ser solidario, no dañar ni hacer sufrir a ningún ser vivo); y 3)RECTO MODO DE VIDA (No robar, no ser corrupto; no expoliar, no contrabandear, no vender mercancía robada o de proveniencia ilicita).
Hasta este nivel de la lectura, tal como lo pueden notar los amables lectores, la centralidad del tema está en los hábitos. ¿Por qué afirmamos eso? Esta es la respuesta: Los hábitos, especialmente los malos o tóxicos, vienen a convertirse en los grandes obstáculos que bloquean el camino al cielo, al crecimiento espiritual y el ensanchamiento conciencial. Esos obstáculos del camino ascensional impiden conocernos mejor, y, en consecuencia, nos quitan la oportunidad de reparar nuestros errores; reparar y expiar nuestros pecados(Hacer tikkun, según la enseñanza cabalistica) y a ejercer el derecho de ser felices y vivir en armonía con el Infinito.
Para entender mejor lo que se está diciendo y el alcance de esta afirmación, es menester acudir a los diccionarios y demás libros especializados sobre el tema.
¿Cómo definirlo? Hábito es una conducta que se repite sistemáticamente con regularidad y que pasa a ser parte de su estilo de vida. Los hábitos son aprendidos con el tiempo y van incorporándose al día a día, hasta el punto en el que se realizan inconscientemente.

C) DESTRUIR A LOS MALOS HÁBITOS.
Existen buenos hábitos y otros (la mayoría) malos y muy dañinos para la salud, la presencia y la buena imágen de la persona.
La clave esencial para conocernos mejor, es estar conscientes de que tenemos grandes limitaciones debilidades, malas costumbres y mañas ¿Con qué propósito? Para corregirlos y sustituirlos por los buenos hábitos y las sanas costumbres.
¿Por qué es necesario, útil y beneficioso destruir todo mal hábito? Veamos lo que dicen sobre el particular los grandes Maestros espirituales: «Todos tenemos algún mal hábito que nos gustaría cambiar.
A menudo obstaculizan el logro de nuestros objetivos, puesto que impiden realizar el cambio deseado.
Deshaciéndose de los malos hábitos atraemos la felicidad de la liberación. Es una cadena que nos esclaviza y la que ya ahora hemos logrado romper.» (Maestro Mikhael Aivanhov).
Igualmente, porque con ello se drenan los canales o senderos a través de los cuales descienden los efluvios benéficos que bajan desde el arriba cada vez que rezamos o bendecimos al Creador y a su creacion. Esos canales a manera de senderos se obstruyen con el pecado y la arrogancia de muchos hombres. (Maestro Osho).
El gran Maestro armenio Torkom Saraydarian, lo explica así: «Cada vez que destruyes un mal hábito, introduces un cambio en los centros, las glándulas y los órganos de tu cuerpo; 2) Cada vez que destruyes un mal hábito en cualquier nivel (mental, emocional o físico), en ese nivel pones energía en circulación y creas armonía en tu vida; 3) Cada vez que destruyes un mal hábito creas contacto con el macrocosmos (Cuarta Dimension); 4) Cada vez que destruyes un mal hábito o lo vences, asimilas una cantidad mayor de energía del cosmos; 5) Cada vez que venzas un mal hábito aumenta tu nivel de creatividad y se acrecienta tu productividad; 6) Cada vez que venzas un mal hábito, te acercas e identificas más con tu Yo Superior (Tu chispa divina o el espíritu embutido en tu cuerpo), rompiendo la tiranía del ego; 7) Cada vez que destruyes un mal hábito, aumentan en tí el amor y la alegría. «

D) COMO AFECTAN AL CUERPO FÍSICO LOS MALOS HÁBITOS.
1) la ira debilita el higado; 2) La pena y la tristeza debilita a los pulmones; 3) La preocupación debilita al estómago; 4) El «stress» debilita el cerebro y el corazón; 5) El miedo debilita a los riñones; 6) El amor atrae paz y armonía, fortaleciendo la mente y el cuerpo; 7) La risa reduce la tension del día a día ; 8) Sonreir acrecienta la felicidad.

BREVE LISTA DE MALOS HÁBITOS.
Llegar tarde a los compromisos/ Ser demasiado exigente con uno mismo/ Dejar las cosas para más luego/ Hablar y centrarse en temas sobre atracos, secuestros, cáncer y chismes./ Holgazaneria/ Buscar siempre culpables/ Envidiar el éxito de los demás/ Ser impertinente/ Ser averiguador/ Meterse en lo que a uno no le corresponda / Ser imprudente/ Minimizar el éxito de los demás/ comerse las uñas/ Auto- alabarse/ Darse influas de importancia / Pretender mostrarse como un» divo»/ Ser intenso/ Ser exigente con los subalternos/ Mantener relaciones tóxicas/ Fumar o beber en demasía/ Pedir dinero prestado y no cancelar la deuda/ Pedir libros y objetos prestados y no devolverlos/ Andar en malas compañias.

E) ¿QUIEN ERES REALMENTE ? Eres el resultado de tus hábitos. Cuando llegues a conocerte verdaderamente, tienes que ser consciente de la imtemporalidad. Todo pasa y cambia, menos el Eterno, quien no tiene ni principio ni final; entiende que nadie lo creó, ni tuvo madre alguna que lo haya parido, que la religión cristiana está impregnada de mitos paganos que vienen del mundo greco-romano y dogmas de fe para obligar a los fieles a creer en ellos, aunque no percibas de esas narrativas racionalidad ni lógica alguna. Todo lo demás es temporal, pasajero y circunstancial; sometido a la inexorable Ley o Principio de Causacion.
En consecuencia, si todo pasa y nada es eterno en el plano material de la Tercera Dimensión (plano terrenal), además de ser cambiante y de un principio y un final, tiempo ese donde se nace y se muere, donde todo se desvanece, excepto Dios mismo (Eterno e Incausado ), debes aprender a no sujetarte e identificarte de actus apegis e identificaciones de manera desmedida a tu problemática existencial, haciendo de tu vida un drama. Confía en Dios y agradecele todos los días por tantos beneficios y milagros que hace por ti; agradece incluso, por lo que te falta y lo que necesitas.
Deja de estar sufriendo por problemas imaginarios; enfocate en el proceso, no en el resultado; define siempre lo que es el éxito para tí, puesto que muchos se equivocan de concepto y hacen o toman vías erradas; no exageres tus problemas lamentándote tanto; enfocate en tus pensamientos que son los únicos que puedes controlar; perdona tus errores, pero aprende de ellos.
En pocas palabras, purifica tus malos hábitos, vive en el «aquí y en el ahora,» imitando a Cristo si eres cristiano, evocando su recuerdo y sus divinas enseñanzas.


@kaledyorde