Hugo Delgado: La lucha contra la posverdad

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FILE PHOTO: Russian President Vladimir Putin meets with his Venezuelan counterpart Nicolas Maduro at the Kremlin in Moscow, Russia September 25, 2019. Sputnik/Alexei Druzhinin/Kremlin via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY./File Photo

Lo advierten personajes, como el israelí, Yuval Noah Harari, el periodista y escritor español, José Luis Cebrián, y diversos expertos internacionales reunidos en la II Cumbre Mundial sobre Desinformación (17-11-2022), organizada por la Sociedad Interamericana de Prensa –(SIP), la Fundación para el Periodismo de Bolivia y el Proyecto Desconfía de Argentina. Los problemas generados por la desinformación y la posverdad son difíciles de combatir.

Y son los medios de comunicación, las redes sociales y los sitios particulares, los vehículos por donde circulan por Internet informaciones veraces, parcialmente verídicas y manipuladas y mentiras. Esta herramienta tecnológica creó expectativas altamente esperanzadoras para la democratización de los medios de comunicación, la disminución de las desigualdades y la integración de los distintos grupos humanos del mundo y locales.

Sin embargo, en el proceso de transformación del ecosistema digital, el asunto de los controles y el uso abusivo de las nuevas herramientas, generaron amenazas, en especial contra los fundamentos que sostienen a la democracia como lo advierten Harari y Cebrián. Al golpear conceptos como verdad y libertad, la posverdad se convierte en un asunto difícil de manejar, lo advierten los expertos que asistieron a la II Cumbre.

Latinoamérica es una de las regiones más afectadas por la posverdad y la distorsión de la información, dicen los periodistas que asistieron a la II Cumbre. Este fenómeno ha tomado fuerza en los procesos electorales y el manejo de los asuntos políticos, económicos y sociales. Es un esfuerzo por recomponer la verdad, con el firme objetivo de impulsarla en la sociedad, tratando de evitar que el populismo o los autócratas no la dañen y acentúen asuntos como la desigualdad y la exclusión, que afectan a grandes grupos humanos.

En las conclusiones de la II Cumbre se expuso: “El fenómeno de desinformación se ha filtrado en todas las capas sociales del continente americano. Los procesos electorales muestran cómo las noticias falsas o información incorrecta, mezclada con información real, corren sin control por redes sociales y plataformas online, lo que dificulta un enfrentamiento exitoso contra la manipulación”.

El problema de la posverdad es tan grave, que Harari dice que ella y la autocracia, son las dos amenazas más importantes que minan los fundamentos de la sociedad democrática. Inicialmente, se pensó que el Internet propiciaría la democratización de la información, con el fin de hacer prevalecer, ante todo, la verdad. Pero el tiempo se encargó de demostrar que ese sueño no era tan bonito.

“Estamos perdiendo esta batalla, los sistemas democráticos están bajo ataque grave”, alertó Cristina Tardáguila, del Internacional Center for Journalists en Washington DC, quien presentó un ambicioso proyecto de tres años de trabajo, que incluye componentes claves para comenzar a trabajar desde la base educativa en diferentes países de la región, con diversas metodologías atractivas para debilitar “el monstruo”.

La verdad conduce a la libertad y la justicia. La constitución de Estados Unidos de América (EUA) se fundamenta en la libertad para discutir las ideas y expresarlas, vehículo con el cual se garantiza el respeto al libre pensamiento y la crítica, bases para escoger las mejores ideas y soluciones enmarcadas en la democracia.

Lamentablemente, la influencia del Internet y las redes sociales se han convertido en el vehículo para trasladar informaciones manipuladas o mentirosas, con ingredientes excluyentes, tergiversaciones peligrosas de intereses de grupos minoritarios resentidos históricamente, que en nada conducen a su inserción, la construcción de sociedades más justas, y más bien sirven para el ocultamiento de intereses egoístas que sólo defienden los negocios (económicos y políticos) de empresas u organizaciones, o los intereses segregacionistas grupales.

Una tendencia destacable, es que el mundo está tomando en consideración el peligro que genera la posverdad y la mentira, en la sociedad democrática. El relativismo y la destrucción de valores crea condiciones anarquistas, en los que los encantadores de serpientes tienen cabida. Es así como el continente es testigo del auge de autócratas, dictadores disfrazados de demócratas y populistas, que vendiendo ideologías obsoletas han complicado o potenciado los problemas de la sociedad, en especial los de las clases más excluidas y empobrecidas.

En su reciente obra, El Economista de la Calle, el chileno, Axel Kaiser, advierte sobre el peligro que enfrentan las libertades cimentadas en las décadas de los 80 y 90, con el trabajo que desarrollan estos personajes que están dominando la política del continente. El caso Venezuela evidencia cómo funciona el populismo y la autocracia y los “nefastos resultados”, que luego de 23 años, se evidencian con la destrucción del país.  Su libro contiene una propuesta para enfrentar esta amenaza y las graves consecuencias que ya marcan al continente.

La amenaza a la verdad se expresa con el creciente asesinato de periodistas, denuncia la periodista Adriana León, del programa de Libertades Informativas del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y corresponsal en Perú para el diario Los Ángeles Times. En 2022, han asesinado 37 periodistas en Latinoamérica. Los países más cuestionados en materia de libertad de expresión son México (van 17 asesinados mientras el gobierno de Andrés Manuel López Obrador hace poco por investigar y castigar a los asesinos), Nicaragua, Venezuela y Perú.

A pesar de las crecientes amenazas a la libertad de expresión, los periodistas siguen investigando y denunciando la corrupción y los actos irregulares de los grupos que controlan el poder en sus distintas facetas, argumenta Adriana León. En un continente caracterizado por mandatarios corruptos, autócratas y dictadores (caso Nicaragua y Venezuela), el ejercicio del periodismo sigue siendo un reto, en esa incesante búsqueda de la verdad.

Es obvio que la transformación del ecosistema digital va a conducir a controles de funcionamiento de las redes y sitios de Internet. Luego de abrir las opciones de participación de la sociedad global, la siguiente fase obliga a diseñar e instrumentar reglas que disciplinen su funcionamiento. Ricardo Trotti, de la SIP, dice que “esta tendencia de desinformación descontrolada ha apuntalado -para bien- algunos conceptos como “la importancia de la verdad”, y señala que la mentira ha estado siempre en los medios, no solo en regímenes autoritarios, sino también en sociedades democráticas”.

En el contexto actual, el fenómeno de la desinformación se ha desbordado, reconoció Trotti pero ve importante que ante esto se esté generando un mayor compromiso con la verdad desde las mesas editoriales de los medios de comunicación del continente americano, que en muchos casos han promovido alianzas y creado redes de trabajo para verificar contenidos”. Un paso importante para limitar y reducir el impacto de la posverdad.

@hdelgado10