“Aprendí que la gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará lo que le hiciste sentir”. Maya Angelo (+)
Dice la Academia Española de la Lengua que la frase “Borrón y Cuenta Nueva” tiene sus orígenes desde siglos atrás. Es el mismo término que el gobierno de Miraflores quiere aplicarnos a los venezolanos —comenzando por el Zulia— en la facturación eléctrica con la “idea de olvidar deudas, errores, enfados y continuar como si nunca hubiesen existido” malos ratos, desvelos, estrés, calamidad, molestia o desagrado por el deteriorado servicio eléctrico que no es culpa nuestra, sino que ahora lo quieren convertir en otra promesa que “mejorará”, pero la suspicacia criolla dice que esa oferta populista está condimentada, disfrazada y embadurnada en ser una “Operación Mareo”.
Cierto, es la Operación Mareo. Esa misma que le ha funcionado a la Revolución del Siglo XXI a lo largo de 23 años de gestión desde distintos niveles de gobierno, cuando han ofrecido y continúan ofreciendo soluciones a incontables problemas creados y “Hecho en Socialismo” que hoy afectan a la República y a la calidad de vida de millones, cuando lo que hacen es correr la arruga a situaciones que en ausencia de una buena gerencia, controles y la presencia de hechos de corrupción sin responsables que disfrutan, —fuera o dentro del país—, de dividendos obtenidos a través de “coimas” o “mordidas”, encuentran en la palabrita del “Borrón y Cuenta Nueva” la mejor excusa si a ver vemos el silencio sepulcral que por años ha mantenido la Contraloría General de la República o sus similares en dependencias de estados y municipios.
En el Zulia, por ejemplo, está por cumplirse un año de la elección de gobernador, alcaldes, concejales y diputados regionales. Los electos aún no salen del asombro de lo encontrado, —o mejor dicho de lo que no encontraron—, en cuanto a equipos, dotaciones, inventarios, parque automotor y bienes públicos en oficinas, despachos, secretarías, escuelas, espacios deportivos, hospitales y dependencias de las que fueron desaparecidos, sustraídos, destruidos o vandalizados sin que los zulianos sepamos si los responsables de esos desmanes han sido, al menos, citados por las contralorías o es que el “Borrón y Cuenta Nueva” una vez más ha funcionado. Han sido en buen léxico delitos sin rostro. Por eso es que el despliegue mediático generado días atrás cuando el titular de Energía Eléctrica, Néstor Reverol, anunció la aplicación de este tipo de plan en la facturación, diríamos que esa noticia en términos coloquiales no produjo ni frío ni calor.
Más bien, la noticia desempolvó en la mente de cientos de zulianos la anterior promesa que en mayo de este año la “administración de carga”, vale decir apagones, disminuirían. Sin embargo, eso no sucedió a decir de las quejas que a diario reseñan las redes sociales y medios de comunicación sobre apagones denunciados por la gente en barriadas, urbanizaciones o sectores populares, donde al margen del malestar de la ausencia del servicio por horas e incluso días, el daño patrimonial a la familia zuliana no lo asume autoridad alguna, cuando la deficiencia eléctrica quema, daña o destruye equipos y electrodomésticos, candidatos, quizás, a ser parte del ofrecimiento del “Borrón y Cuenta Nueva”.
En cualquier caso lo cierto, lo cotidiano, es que el Zulia es la entidad que ocupa el primerísimo puesto en el país, donde los “apagones” no perdonan hora ni día, fechas ni calendarios, feriado o no, corrido de domingo a domingo, teniendo nuestro estado las condiciones de optar como nuestros gaiteros a ingresar en el libro de los Récords Guinness por disponer del peor servicio eléctrico nacional al contabilizar hasta agosto pasado la cifra de 19 mil 810 fallas eléctricas.
Según cifras del Comité Nacional de Afectados por Apagones hasta ese momento “durante lo que va de 2022 en Venezuela se han registrado 87 mil 178 fallas eléctricas”,
Lo reveló, Aixa López, presidenta de la mencionada organización en entrevista realizada por el Circuito Unión Radio cuando ofrecía un balance nada halagador del destruido sistema eléctrico nacional que ha dirigido y “administrado” la Revolución Bonita.
José Aranguibel Carrasco