Artículo 28. “El periodista debe denunciar ante las autoridades del Colegio Nacional de Periodistas a toda persona que incurra en el ejercicio ilegal de la profesión sobre el cumplimiento de la Ley y sobre la observancia de este Código”. Código de Ética del Periodista Venezolano
Muy válido en este o cualquier otro tiempo es eso que dice que quien calla otorga, referido en un lenguaje más coloquial a aquello que vemos que viene sucediendo y nos callamos, nos hacemos de la vista gorda, digamos, indiferentes, cómplices, pero el detalle es que eso en cualquier campo profesional afectará a la propia sociedad más temprano que tarde. Ha habido, por ejemplo, casos de presuntos médicos que cuando son descubiertos usurpando funciones propias de un egresado universitario de la salud, no dudo en sumarme a quienes les entra un airecito y respiran profundo, porque a diferencia de otras profesiones, la medicina, es de vida o muerte, cuando un potencial asesino (a) es sacado de circulación y evitamos un seguro homicidio, cuyo calificativo procesal está en nuestra legislación judicial.
Este tema del ejercicio profesional en nuestro país a decir de las lecturas en la actuación de denuncias de colegios o gremios profesionales contra la piratería, ha tomado auge y no debe existir ningún prurito en reconocer que el Ministerio Público ha venido atendiendo y actuando conforme a la Constitución y leyes del ejercicio en cada caso. Destaca la actuación del Ministerio Público en atención de denuncias de los gremios de médicos, economistas, psicólogos, odontólogos, abogados, contadores públicos, ingenieros y veterinarios. Claro instituciones con directivas y agremiados que más allá de lazos de amiguísimo, compañerismo o camaradería mal entendida, valoran, respetan y no hacen parte en ser cómplices a la violación del código de ética de su respectiva profesión.
El Zulia no es la excepción. No es ahora sino desde décadas atrás que esta práctica ilegal, perniciosa y reprochable ha ido en el camino opuesto a lo indicado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en lo que dice la Ley de Ejercicio del Periodismo. Desde dueños de medios nada ganados a tener que pagar, remunerar, salarios justos a profesionales egresados luego de cinco años de estudios universitarios. Otros que graduados han preferido nunca inscribirse en el Colegio Nacional de Periodistas y continúan en ejercicio ilegal. Más otros casos de quienes no culminaron la carrera y lo más económico era y es ingresarlos en la nómina de un periódico, emisora de radio, televisora, agencia publicitaria u otra fuente laboral, únicamente en resguardo del interés empresarial, corporativo o muy personal, pero nunca de la gente.
Pero si bien es digno reconocer que en algunos momentos de la historia del CNP-Zulia ha habido iniciativas de combatir a sangre y fuego el delito del ejercicio ilegal —como decía en su slogan el exgobernador Oswaldo Alvarez Paz— actualmente tenemos que la implosión tecnológica de la comunicación a través de las redes sociales, ha venido a provocar la invasión flagrante de terrenos muy bien delimitados constitucionalmente que son del plano comunicacional del periodismo. La figura no sólo de los llamados “influencers” sino la multiplicación de medios alternativos, comunitarios o como quiera llamárseles que el chavismo sembró en todo el país y el Zulia no es exagerado. No obstante, tímida y ausente ha sido la respuesta de la actual directiva del CNP-Zulia, según se desprende de lo que dice el artículo 32 del Código de Ética. Claro, seguramente, la situación política, económica, social y de la Covid-19 mucho ha contribuido a este estado de inanición, agotamiento o debilidad de las actuales autoridades. Unos fuera del país desde hace rato. Otros todavía dentro de nuestras fronteras, pero sin notarse demasiado su actuación gremialista. No digo que antes o ahora algún directivo del CNP-Zulia careciera de combatividad o no corriera por sus venas su pasión gremialista. Sin embargo, una, dos o tres golondrinas no hacen verano.
En todo caso la actual directiva o la que ha de venir por voluntad del sufragio, debe o deberá apurar el paso para recuperar el terreno invadido por piratas o ilegales que sin pasar por una universidad, pública o privada, donde se forma el relevo del periodismo venezolano, creen que esta noble profesión es territorio de nadie para usurpar, mancillar, manchar o pisotear a esta profesión que con gusto volvería a estudiar porque #Soy Periodista.
José Aranguibel Carrasco