“Forjamos una amistad indestructible”. Con esta frase Nicolás Maduro anunció, en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Irán Ebrahim Raisi, la firma de acuerdos estratégicos por los próximos 20 años.
La firma de esos convenios ocurrió durante la gira internacional que Maduro realizó durante el mes de junio por Turquía, Argelia e Irán.
En los acuerdos firmados entre Maduro y Raisi se apunta a lograr “la seguridad alimentaria” y a concretar un desarrollo tecnológico para que Venezuela produzca mayor cantidad de alimentos “para controlar su crisis, suministrarle a Teherán y al resto de la región”.
Por su parte, el mandatario iraní subrayó en esa oportunidad la importancia que tendrá reforzar este vínculo con Venezuela para hacerle frente al “imperialismo” de Estados Unidos. Según explicó Raisi “la firma del documento de cooperación de 20 años es una muestra de la voluntad de las altas autoridades de ambos países para ampliar los lazos en diferentes áreas”.
No obstante, nunca se informaron los detalles de este acuerdo hasta que el pasado 27 de julio el viceministro iraní para asuntos económicos, Mohsen Kousheshtabar, dijo que Venezuela proporcionó a Irán un millón de hectáreas de tierra de cultivo mientras el mundo se enfrenta a la escasez de reservas estratégicas, según publicó la Agencia Islámica de la República Islámica (IRNA).
Sin embargo, a raíz del escándalo que suscitó esta declaración el 20 de agosto, la embajada de Irán en Venezuela negó la información de su agencia de noticias. A través de la cuenta en Twitter de la representación diplomática se dijo que “si bien Venezuela es uno de los mejores países para la agricultura, lo que puede atraer muchos inversionistas, pero no ha habido negociación o acuerdo entre Irán y Venezuela para la entrega de un millón de hectáreas de tierra. Hay que detener falsas propagandas al respecto”.
Semanas antes de las declaraciones del viceministro iraní para asuntos económicos, Maduro explicó lo siguiente sobre el convenio “El territorio de Irán, 70 %, más o menos, es desierto. Ellos producen todo su alimento en el 30 % del territorio. Inclusive han creado tecnología para producir alimentos en zonas desérticas, por eso vino el ministro de agricultura Wilmar Castro Soteldo, a priorizar dos cosas, la primera (es) la cooperación tecnológica para producir más alimentos en Venezuela, aprender de toda esta experiencia impresionante para seguir elevando nuestra producción agroalimentaria con recursos propios en tierra venezolana”
Durante la última semana y en medio del escándalo por la supuesta entrega de tierras, Maduro indicó: «Les digo que hay gente con ganas de venir a producir. Han llegado inversionistas de Brasil, Argentina, Uruguay, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Qatar (…), Turquía. Han venido a ver tierras en Venezuela y tenemos el modelo de negocio para hacer una alianza y que ellos vengan a producir 100.000, 200.000, 300.000 hectáreas»
Rechazo unánime
La supuesta entrega de tierras a Irán ha sido rechazada desde varios frentes. El partido Un Nuevo Tiempo, a través de su coordinador de productores y emprendedores explicó:
«Si van a asumir mediante convenios con otros países el desarrollo de la agricultura, suponemos que se ha comprometido a garantizar el apoyo que les han negado a los productores nacionales».
La organización pidió que no se «comprometan» para estos negocios tierras pertenecientes a productores nacionales que han sido expropiadas por el Instituto Nacional de Tierras (INTI) y en cuyos casos aún no hay sentencia definitiva.
Además, solicitó convenir con inversionistas extranjeros «solo la siembra de cultivos de ciclo corto como cereales, oleaginosas y leguminosa» y que estos pactos se concreten en sociedad con empresas locales.
Un Nuevo Tiempo insistió en que se les garantice a los productores nacionales seguridad jurídica y personal, condiciones para el financiamiento, el restablecimiento del suministro «suficiente y oportuno» de combustible, así como la creación de un plan de recuperación de la infraestructura productora y rural.
Reserva activa se opone
En un comunicado conjunto que los abogados integrantes de la Asociación Civil Defensores Populares de la Nueva República (DPR), al igual que algunos representantes de la Reserva Activa de la Fuerza Armada Nacional, dirigieron al fiscal general designado por Maduro, se critica la decisión por considerar que se trata de “hechos presuntamente delictivos, sumamente graves para la integridad del territorio de la República, que vulneran flagrantemente la soberanía del territorio patrio”.
Según la comunicación, en el referido acuerdo con Irán “se viola indubitablemente, el artículo 13 de la Constitución, el cual reza: «El territorio nacional, no podrá jamás ser cedido, traspasado, arrendado, ni en forma alguna, enajenado, ni aún temporal o parcialmente a estado extranjero”.
A la fecha, la única reacción oficial del gobierno de Maduro fue una escueta declaración del ministro Castro Soteldo en donde indicó: “Es el proceso de internacionalización de la agricultura. Y esto no es otra cosa que la procura de la inversión internacional y de la exportación. Hay la confusión y la creencia de la gente de que nosotros le vamos a regalar la tierra a los demás. No (…)
Lo que viene es inversión de afuera para producir con nuestros productores, incrementar las capacidades productivas, dejar una cuota importante para completar todo lo que falta para llegar a 100% y exportar a mercados que están pidiendo nuestros productos, que están probados y son de altísima calidad”.
Tres décadas de apoyo político
Las relaciones diplomáticas entre Irán y Venezuela se fortalecieron con la llegada al poder de Hugo Chávez en 1998.
Entre los años 2000 y 2005 los gobiernos de Chávez y Mohammad Jatamí firmaron varios acuerdos de cooperación en el área de producción energética y de cooperación económica e industrial.
Esta relación con Irán se intensificó con la llegada al poder de Mahmoud Ahmadinejad. Entre él y Chávez se firmaron 270 acuerdos bilaterales, la mayoría relacionados con las áreas de producción energética y construcción.
La relación entre ambos países incluyó la creación del banco de desarrollo conjunto iraní-venezolano en el año 2009.
Aunque durante los primeros años de la presidencia de Maduro las relaciones con Irán no avanzaron, la crisis política y la emergencia humanitaria compleja de Venezuela a partir de 2018 volvió a acercar a ambos gobiernos, convirtiéndo a Irán en uno de los principales colaboradores del régimen venezolano para evadir las sanciones internacionales impuestas por EEUU.
@puzkas