Ender Arenas: Los nadie de Francia Márquez

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En Colombia han llegado al poder los llamados “nadie” que, en rigor, pudiera significar “los ninguna persona”.

Así los nombra Francia Márquez, la vicepresidente electa colombiana en la fórmula de Petro. “Los Nadie” le sirven a la Sra. Márquez para aludir los sectores vulnerables de la sociedad colombiana que ella dice representar: los pobres, los indigentes, los menesterosos, los negros, los marginados, los rechazados, los invisibles, los ignorados, los miserables, los hambrientos y famélicos, los débiles y debilitados, los necesitados.

La izquierda siempre en busca de un sujeto al que interpelar para que haga la “revolución”. Al final de la historia el sujeto que todas las izquierdas han preconstruido ha terminado por ser los peor tratados por el proceso que esas izquierdas han encabezado. Así ocurrió con los obreros y campesinos rusos, muchos liquidados por Stalin en el proceso de colectivización forzosa de la URSS, que culminó con millones de muertos y exiliados en la Siberia y en Kazajistán o en el Holodomor, que termino con 7 millones de ucranianos muertos por el hambre.

Ocurrió igual con los campesinos chinos que fueron las víctimas de la revolución cultural china de Mao “cuyo objetivo declarado era limpiar a la sociedad China de las influencias capitalistas y el pensamiento burgués. Y eso se tradujo en purgas políticas, exilio, ejecuciones y trabajo forzado para millones de personas, que fueron enviadas a granjas especiales para su «reeducación».

Y por supuesto con el abominable Pol Pot ejecutor del genocidio camboyano.

No podemos olvidarnos de lo sufrido por los guajiros cubanos de los Castro y de los pobres de Chávez, etc.

La manía autoritaria de la izquierda latinoamericana  ha sido totalizadora y totalizante en toda su historia. Así comenzó el chavismo en Venezuela y el resultado ha sido: el culto al líder, la construcción de una religión civil que pretendió, con Chávez en vida, convertirse en doctrina dogmática y que con Maduro solo ha conservado el apelativo cada vez más gaseoso de “Bolivariana” y por supuesto donde, realmente, el chavismo ha sido exitoso: la formación de un nuevo sector económicamente dominante.

¿Terminará el proceso colombiano que se inaugura el 8 de agosto en lo que resulto el chavismo en Venezuela? Todo es posible, la izquierda que acompaña a Petro tiene en común con la venezolana el rasgo subrayado en un viejo artículo de Fernando Mires: Su carácter asiático, es decir, en el carácter no occidental de su proyecto y que se ha puesto de relieve, por ejemplo, en la relación de esta izquierda con China, Irán, Corea del Norte, inclusive en la toma de partido a favor de Rusia en la invasión de este país a Ucrania por todo el liderazgo de izquierda, inclusive aquel que se define como izquierda democrática, por ejemplo, Boric en Chile, Alberto Fernández en Argentina, Lula Da Silva en Brasil, Evo Morales en Bolivia, etc.

Aparte, de esa anomalía ideológica, esta presente algo que es propio de la cultura latinoamericana de izquierda como es pensar que la historia comienza con ellos en el poder, asi por ejemplo, Petro ha dicho, algo que me sombró, dijo que, ellos en el poder, construirán el capitalismo en Colombia, aduciendo que habían llegado a un país cuyo sistema económico era el feudalismo.

Le escuché y pensé que se había tomado unos tragos antes de subir a la tarima o se le atravesó, en su cabeza, las viejas lecturas de los viejos textos del marxismo vulgar, que señalaban que la evolución de las sociedades se daba por etapa preestablecidas,

Afortunadamente no lo ha vuelto a repetir, pero estoy seguro que los discursos venideros estarán llenos de exageraciones de este tipo, porque los procesos latinoamericanos discursivamente son hiperbólicos.

La expresión de Francia Márquez ( Los Nadie hemos llegado al poder) también, es uno de los rasgos más distintivos de la izquierda latinoamericana, esto es, la obsesiva manía de colocarle nombres grandilocuentes a todos los procesos que logra protagonizar y  de endosarle características singulares y constitutivas, asi que cualquier evento por ellos dirigidos se asuman como grandes hitos históricos, parte aguas, momentos constitutivos, etc. Asi ocurre con la manida expresión de esta hora de “los Nadie”.

Así que Petro ha ganado y, acto seguido, su triunfo es calificado no solo de hecho histórico, sin dudas, importante (el primer presidente de izquierda en Colombia, la ruptura del férreo dominio de la oligarquía colombiana, etc.)  sino que es, dicen, todos los opinadores, autorizados o simplemente seguidores incondicionales del nuevo presidente electo, el gran hecho histórico colombiano después de Boyacá.

@enderarenas