Tras una reunión de Joe Biden con los socios de la Alianza Atlántica, esta activó por vez primera en su historia su Fuerza de Respuesta, un cuerpo de unidades terrestres, navales, aéreas y comandos de operaciones especiales capaz de desplegarse con rapidez. Los aliados alertaron tras su reunión, que tuvo lugar por videoconferencia, de que «la paz en el continente europeo ha quedado fundamentalmente destrozada», aunque no tienen planes de enviar soldados a Ucrania, que se defiende sola.
El comandante supremo aliado de la OTAN, el general norteamericano Tod Wolters, activó esa Fuerza de Respuesta, que puede desplegarse ahora en defensa de los países miembros. El presidente Biden, ha dejado claro que las tropas estadounidenses se están desplegando en Europa del Este para ayudar a reforzar a los países de la OTAN, y no para entrar en Ucrania, que no es miembro.
La Casa Blanca se encuentra en máxima alerta ante los siguientes movimientos de Rusia. El presidente Biden aun tiene una ronda de sanciones en la recámara, incluidas las que puede aplicar directamente a Vladimir Putin por iniciar la invasión. En Washington, la Administración norteamericana se refuerza ante la posibilidad de que el Kremlin responda a las sanciones con ciberataques.
Tras esa reunión con la OTAN, Biden habló por teléfono 40 minutos con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que se encuentra en Kiev y ha pedido a sus socios occidentales más ayuda militar. Ambos mandatarios no habían hablado desde el inicio de la invasión.
Biden participó en la reunión de urgencia de la OTAN tras invocar los socios el Artículo 4 del Tratado de Washington, que permite consultas cuando al menos un socio teme por su integridad territorial, independencia política o seguridad. En el comunicado emitido después, los socios, acompañados por Finlandia y Suecia como invitados, dijeron que «la paz en el continente europeo ha quedado destrozada».
Según los socios: «La decisión del presidente Putin de atacar Ucrania es un terrible error estratégico, por el cual Rusia pagará un alto precio, tanto económico como político, en los años venideros. Ya se han impuesto sanciones masivas y sin precedentes a Rusia. La OTAN continuará coordinándose estrechamente con las partes interesadas relevantes y otras organizaciones internacionales, incluida la UE».
Soldados a Alemania
El Pentágono ya se dispone a enviar 7.000 soldados adicionales a Alemania para reforzar las defensas de la OTAN, según anunció el jueves Biden, horas después de que comenzara el ataque ruso. Se unen estas tropas a otras 7.000 enviadas en las últimas semanas a los países de la OTAN, incluidos los vecinos de Ucrania, que temen que Putin pueda dirigir sus fuerzas hacia ellos a continuación. También ha trasladado EE.UU. a los estados bálticos y al flanco este de la OTAN ocho aviones de combate F-35 y 32 helicópteros de ataque Apache que ya estaban en Europa.
Dos son las principales sanciones a Rusia que Biden ha estudiado y de momento no ha autorizado: contra Putin y su familia, y para expulsar a aquel país de Swift, un sistema bancario de alta seguridad que conecta a miles de instituciones financieras de todo el mundo. El presidente se ha negado a dar más detalles sobre esa negativa en sus comparecencias públicas durante esta crisis, pero según su viceconsejero de Seguridad Nacional, Daleep Singh, aplicar de golpe las sanciones más duras al alcance de EE.UU. al principio de la invasión hubiera sido contraproducente.
«Si hubiéramos desatado todo nuestro paquete de sanciones financieras de manera preventiva, creo que podrían haber sucedido un par de cosas. Número uno, el presidente Putin podría haber dicho que no nos tomamos en serio la diplomacia, que no estamos participando de un esfuerzo de buena fe para alcanzar la paz», según Singh. «En segundo lugar, podría verlo como un precio irrecuperable. En otras palabras, Putin podría pensar que ya ha pagado todo el precio que tenía que pagar».
David Alandete/ ABC