El Papa Francisco se volvió a referir a la situación venezolana, en esta ocasión en una carta en la que expresó su preocupación por el “sufrimiento” que viven los venezolanos por la crisis política y económica que atraviesa el país.
En una misiva enviada al cardenal Baltazar Porras Cardozo, arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas, por su onomástico, el Papa asegura que reza por su «ministerio episcopal» y sus «necesidades personales”.
Igualmente pide Dios que le dé “fortaleza y parresia” para que sepa “acompañar y reconfortar a Su Santo pueblo fiel, probado por el sufrimiento causado por el azote de la pandemia, la arrogancia de los poderosos y la creciente pobreza que lo estrangula”.
En otras oportunidades, ya el pontífice había pedido paz y unidad para la nación suramericana.
El cardenal Porras aseguró a finales del año pasado que la Iglesia Católica cuenta con equipos técnicos en materia de derechos fundamentales sobre el país.
La Conferencia Episcopal Venezolana ya ha expresado anteriormente que tanto el gobierno en disputa como la oposición no presentan “un proyecto de país que logre reunir y convencer la voluntad de mayoritaria del pueblo venezolano de vivir en justicia, libertad y paz”.
El Papa Francisco envía un video mensaje al pueblo venezolano con ocasión de la Beatificación de José Gregorio Hernández Cisneros, que tendrá lugar mañana, 30 de abril, en Caracas. “José Gregorio nos invita a la conversión hacia una mayor solidaridad de unos con otros, para producir entre todos la respuesta del bien común tan necesitada para que el país reviva”.
La beatificación del doctor José Gregorio tiene lugar en un momento difícil en el país; momento que el Papa conoce bien: “Al igual que mis hermanos obispos, conozco bien la situación que sufren, y soy consciente que sus prolongadas penalidades y angustias se han visto agravadas por la terrible pandemia del Covid-19 que nos afecta a todos” dice el Papa, a la vez que expresa su cercanía en esta importante celebración: “Tengo muy presente en el día de hoy a tantos muertos, a tantos contagiados por el coronavirus que han pagado con su vida, por mantenerse en sus tareas en condiciones precarias. Esta misma pandemia, que hoy día incide en esta gran fiesta de la fe de la beatificación, y que la reduce, para evitar contagios por razones de seguridad, de salud, nos mete en casa a todos, no nos permite salir a la calle a celebrar, a gritar, no… porque la pandemia es peligrosa. Los acompaño en esta celebración”.
Con información de Vatican News y VOA