“Mientras que el sistema de riqueza de la primera ola se basaba principalmente en hacer crecer cosas y el segundo en fabricar cosas, el sistema de riqueza de la tercera ola se basa cada vez más en servir, pensar, saber y experimentar.” Alvin Toffler.
En las lecturas durante el mes de diciembre del terrible año 2020, dos importantes aspectos llamaron mi atención. Ellos tocan y afectan directamente el mundo económico los cuales deben ser considerados por los sectores de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios; por los trabajadores sindicalizados o no, y por los gobiernos democráticos, es decir, por todos los agentes económicos en edad productiva de todos los países. Obviamente el mundo académico y educativo no lo puede ignorar.
Un primer aspecto es el informe sobre el trabajo de investigación hecho por el Foro Económico Internacional -WEF, por sus siglas en inglés- sobre los “Cinco cambios que revolucionarán el empleo” y sobre el cual están influyendo dos grandes fuerzas como lo son: 1) la automatización de los procesos de producción de bienes y servicios , incluidos los administrativos y de cualquier otra actividad susceptible de ser automatizada. Y, 2] la pandemia del coronavirus sobre la cual hay una profusión de información de sus causas y efectos.
En dicho informe se reseñan cinco claves importantes que están transformando el empleo: 1.- La automatización de la fuerza laboral está creciendo a una velocidad sin precedentes. 2. La revolución tecnológica creará nuevos puestos de trabajo pero hará desaparecer millones de puestos de trabajo tradicionales. Se verán favorecidas las actividades de la economía verde, análisis de datos y la inteligencia artificial. 3. Tres habilidades serán más requeridas: a. Pensamiento crítico, b. Creatividad, c. flexibilidad. Se sumarán a ellas la capacidad de resolver problemas que cruzan distintos perfiles profesionales. 4. Las empresas más competitivas mejorarán las habilidades de sus empleados para enfrentar el tránsito desde los empleos que quedarán obsoletos hacia los que tendrán mayor demanda. Habrá que retomar “ el aprendizaje para toda la vida”. 5. El trabajo remoto llegó para quedarse. Seguirá una expansión significativa del teletrabajo.
El otro aspecto de considerable importancia económica es el concepto de propiedad que retoma la iglesia cristiana en la última encíclica del Papa Francisco “Fratelli Tutti” que en el numeral 120 nos recuerda que: “ La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada”. . . “El principio del uso común de los bienes creados para todos, es el primer principio de todo el ordenamiento ético-social, es un derecho natural, originario y prioritario. . . .Todos los demás derechos sobre los bienes necesarios para la realización integral de las personas, incluidos el de la propiedad privada y cualquier otro, no deben estorbar, antes al contrario, facilitar su realización, como afirmaba San Pablo VI. El derecho a la propiedad privada sólo puede ser considerado como un derecho natural secundario y derivado del principio del destino universal de los bienes creados y esto tiene consecuencias muy concretas que deben reflejarse en el funcionamiento de la sociedad.”
Esta larga cita y los numerales siguientes son muy controversiales y discutibles. No requieren interpretación porque el castellano es muy preciso. El derecho de propiedad es la piedra angular del desarrollo de la teoría marxista cuyas pretensiones de imposición de una propiedad colectiva a través del sistema comunista, ha sido la causa fundamental de la extensión de la miseria en el mundo. Nuevamente el Papa Francisco nos confunde, parece que no es suficiente observar el fracaso de ese modelo a nivel mundial y la imposibilidad de retornar al edén perdido.
Neuro J, Villalobos Rincón