Muchos hemos venido hablando del día “d” para Venezuela, del maravilloso, anhelado, ansiado y tan espero día en que la barbarie política que ha destruido el país llegue a su fin. Pero esta no es única meta, inmediatamente debemos ocuparnos de otra meta no menos importante, el éxito del día “d+1”. El escenario de la recuperación y reconstrucción del país, donde tenemos que ser extremadamente cuidadosos de no volver a fallar en la conducción de la nueva democracia, a los efectos de no crear espacios en el futuro para ideologías socialistas y comunistas. En tal sentido, el éxito del nuevo gobierno va a depender de la administración de cuatro factores estratégicos.
El primero, es la reinstauración de la democracia con una verdadera independencia de poderes donde la Ley pueda recuperar su espacio, sin esta cualidad la corrupción seguirá contando con su mejor escenario.
El segundo lineamiento, es el diseño de una política económica liberal que recupere el aparato productivo, donde las leyes del mercado jueguen en la asignación de recursos, creando las condiciones para la inversión, nacional e internacional, desarrollo de proyectos, otorgamiento de créditos, aumento de la producción, fortalecimiento de la demanda, estabilización monetaria y eliminación de la superinflación.
El tercero, es la reducción del estado a sus funciones inherentes por naturaleza, a los efectos, que actividades como la petrolera, petroquímica, carbonífera, eléctrica, entre otras, que erróneamente el estado ha asumido y administrado autoritaria e incompetentemente, pasen al sector privado y tengan la oportunidad de ser gerenciadas con criterios de excelencia para hacerlas productivas y rentables. Con ello también se reducen los espacios y oportunidades para la corrupción. En este sentido, el estado, al reducir su tamaño podrá concretarse a ejecutar de mejor manera las funciones que les son inherentes.
El cuarto lineamiento, es sumamente importante, puesto que la efectividad de los lineamientos anteriores serán consecuencias de éste, me refiero a la tecnocracia y al papel estelar que debe jugar en la nueva etapa de concebir y manejar la política en Venezuela.
El término tecnocracia proviene de las palabras griegas Tékhnē que significa arte, técnica y krátos que es poder, dominio, gobierno. Así que la tecnocracia es el gobierno de los técnicos, caracterizado por contar con profesionales correctamente formados y académicamente aptos para ejecutar funciones específicas en la administración pública de acuerdo con su especialidad. De esta manera las carteras ministeriales estarían dirigidas por profesionales con la suficiente formación técnica y con competencias y experticias sobradas en sectores específicos e incluso con vasta trayectoria en los sectores productivos.
El tiempo de los políticos tradicionales quedó atrás, algunos hicieron su trabajo en pro del país, y otros simplemente lo destruyeron. La nefasta praxis de colocar en cargos relevantes, con especificaciones técnicas y científicas considerables, a personas sin la mínima preparación, e incluso, en la mayoría de los casos a militares que ni remotamente fueron formados para tales fines, fue la máxima expresión de ignorancia e indolencia cuya consecuencia ha sido la debacle generalizada en Venezuela.
Señores, ha llegado el momento para los tecnócratas, para individuos preparados que siempre estuvieron al margen de la política por considerarla el peor ambiente para el desarrollo profesional y humano. Esto no significa que un político una vez llegado al poder debe declinar y ceder el paso a los tecnócratas. Lo que sugerimos es que los políticos aspirantes a funcionarios públicos deben contar con un mínimo de competencias gerenciales y técnicas, y llegado al poder, identificar aquellas actividades específicas que requieran ser gerenciadas por profesionales con un determinado perfil para garantizar una buena gestión. En este orden de ideas, es importante, diseñar y acometer programas de formación para facultar el futuro funcionario público, en conocimientos sobre planificación estratégica, liderazgo, diagnóstico y solución de problemas, productividad y negociones exitosas. De esta manera se garantiza que el diseño y aplicación de la política y legislación nacional se construya sobre criterios de carácter técnico, desde una perspectiva científica y no ideológica.
En conclusión, tenemos que asumir el reto de crear nuestra tecnocracia política y entrar en la tendencia actual, donde muchos países industrializados están hablando de la “tecnocracia neoliberal”, que consiste en un sistema político de gobierno, donde los puestos de dirección en la administración pública, son ocupados por técnicos o especialistas en las diversas materias correspondientes a los distintos ministerios o instituciones de la república. Solo de esta manera podremos tener un futuro gobierno eficaz, eficiente y como consecuencia efectivo, pero lo más importante, que genere en los venezolanos la convicción, que la democracia es el mejor escenario para el desarrollo y la prosperidad.
Alberto Barboza
Economista. Especialista en Liderazgo, Planificación y Productividad