La Cámara de Representantes de EE.UU., aprobó dos artículos de juicio político contra el presidente Donald Trump el pasado 18 de diciembre de 2019, esto lo convierte en el tercer presidente, en la historia de Estados Unidos en ser acusado ante el Senado.
El presidente Donald Trump opinó que no debería iniciar el juicio político en su contra y que el Tribunal Supremo debería frenarlo, dicha solicitud fue realizada días antes del comienzo previsto en el Senado para ese proceso relacionado con las presiones del mandatario a Ucrania.
El abogado de Trump, Rudy Giuliani, argumentó que el Tribunal Supremo debería declarar inconstitucional el juicio político en contra del presidente estadounidense e impedir que se celebre.
Es muy improbable que el Supremo decida meterse en la disputa entre los poderes legislativo y ejecutivo porque además no está del todo claro si este tribunal posee algún tipo de potestad para hacerlo en este caso.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja y demócrata, evitó aclarar cuándo exactamente dará el relevo al Senado en el proceso contra Trump, después de que el pasado viernes anunció que esta semana enviaría los cargos políticos a la Cámara Alta.
Pelosi se reunirá el próximo martes con los miembros de su partido para decidir cuándo serán enviados los cargos y quiénes serán los miembros del Impeachment que harán de fiscales en el proceso de destitución.
Una vez sean enviados esos artículos, de inmediato será puesto en marcha el juicio político en el Senado, lo más probable es que sea a partir del miércoles, aunque los primeros días serán dedicados a la preparación del proceso.
Pelosi ha defendido desde siempre su decisión de retrasar varias semanas el envío al Senado de los cargos contra Trump, aprobados por la Cámara Baja el pasado 18 de diciembre, con el fin de presionar a los republicanos para que convoquen testigos clave en el proceso.
La líder demócrata no descartó emitir alguna citación judicial al ex asesor de seguridad Nacional, John Bolton para que testifique, si el Senado no lo hace.
Tampoco dejó fuera de su mesa la posibilidad de impulsar más cargos políticos contra Donald Trump en un futuro no muy lejano.
Además, alertó que los republicanos podrían incurrir en un posible encubrimiento si desestiman los cargos contra Trump antes de iniciar su juicio político, una idea que los conservadores han desviado pero que es inviable, porque se necesitarían al menos dos tercios de los votos en la cámara.
El juicio político contra Trump se basará en dos cargos, los de abuso de poder y obstrucción al Congreso, los cuales se encuentran vinculados con sus presiones a Ucrania para que investigara a uno de sus posibles rivales en las elecciones de 2020, el ex vicepresidente Joe Biden.