El exministro de Petróleo respondió a través de un comunicado publicado en su Blogg donde rechaza y califica de infames que estas «infames» las declaraciones del presidente Maduro en su contra. Maduro había señalado que en Pdvsa se desmanteló un tramado de mafias y acusó a Rafael Ramírez de ser «el mafioso mayor».
«Ramírez es el ladrón mayor, y lo digo con dolor porque estuvo al lado de nosotros. Chávez tuvo confianza en él y burló y traicionó su confianza. Ahora vive en un palacio en Italia, protegido por el gobierno de Estados Unidos», indicó.
Ramírez rechazó las acusaciones por absurdas y estúpidas, diciendo que vivo «en un palacio en Italia», y «pretende hacer ver que existe el debido proceso en contra de los que han sido acusado-sentenciados por el mismo, bajo actuaciones ilegales que han significado la muerte para tantos venezolanos, afirmó.
Destacó que Maduro sin presentar prueba alguna, reitera «falsedades» en su contra y que a su juicio, «representan prácticamente una sentencia a muerte, dado el contexto de grave violación a los derechos humanos, cooptación de la Justicia, falta de independencia de poderes y alta represión, con especial saña en contra de los chavistas que nos oponemos a su desgobierno».
«Aunque resultan irrelevante lo que Maduro diga y es poco o nula credibilidad que tiene, no deja de preocupar la obsesión de un personaje que conduce a nuestro país de forma dictatorial y que ha demostrado no tener ningún tipo de escrúpulos ni respeto por las leyes. Hago responsable a Nicolás Maduro de lo que pueda sucederme a mi y mi familia, objeto como somos de su odio irracional. Lo único que tiene pendiente la Revolución Bolivariana es salir de él, restablecer la Constitución y liberar a nuestro de tanta barbarie y opresión, del peor gobierno de nuestra historia», aseveró.
«Sabe maduro que ni él, ni su círculo más íntimo podrán poner un pie fuera del territorio nacional porque tendrán que enfrentar todo tipo de juicios por sus acciones criminales y actos de corrupción», afirmó.
Sobre la implosión del diálogo en Barbados Ramírez explicó que «un diálogo conducido por élites, de espaldas al país, no es sostenible. Para el madurismo, las últimas medidas económicas en contra del país, le dan la excusa perfecta para patear la mesa. Al ver que maduro iba a ser negociado, con apoyo de la FANB que se mostraba favorable a un acuerdo que condujera a una salida electoral, se sirvió de la última vuelta al torniquete de sanciones, para tratar de reacomodar el balance a su favor y enroscarse en el poder».
«El madurismo y la extrema derecha, siguen bloqueando cualquier salida constitucional y soberana a la peor crisis política y económica del país. Ninguno convoca al pueblo, en quien reside la soberanía del país y, sin embargo, es el gran ausente de este proceso, aseguró.