Jugadores con máscaras. Distanciamiento social en el banquillo. Nuevas reglas. Una temporada sesgada de 60 juegos.
Además, otra señal de los tiempos: Saludos al movimiento Black Lives Matter, con los jugadores arrodillados antes y durante el himno nacional.
Todo esto en el contexto de estadios baldíos estériles: no se permiten espectadores. Algunos equipos están poniendo recortes de cartón con las caras de los fanáticos en los asientos de la caja. También puedes tener la imagen de tu perro en las gradas.
Para compensar el silencio del estadio, los clubes están entonando el ruido artificial de la multitud. Suena como vítores, más o menos. Quizás el efecto de audio más singular se encuentre en Oakland: Hanks vendió cacahuetes allí cuando era un adolescente, y los Atléticos están mezclando su voz con la canción del vendedor.
Un recorte de cartón de Tommy Lasorda en el Dodger Stadium. Los gritos de Tom Hanks vendiendo perros calientes en el Coliseo de Oakland. Una foto del lanzador de los Cachorros Jon Lester sentado en las gradas en Wrigley Field.
Con cada lanzamiento, con cada swing, con cada entrada en parques vacíos en las Grandes Ligas, esto se ve, suena y se siente como la temporada más extraña en la historia de las grandes ligas.
«Va a ser el béisbol coronavirus 2020», dijo el lanzador estrella de los Yankees, Gerrit Cole.
AP
(Foto AP / David Banks)
