Luego de tres días de deliberaciones, un jurado en Nueva York declaró culpable a Ali Sadr Hsheminejad de cinco cargos que incluyen: violación de las sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos a Irán, fraude bancario y conspiración para lavado de dinero internacional con fondos provenientes de los programas de viviendas que el régimen de Hugo Chávez acordó con la República Islámica de Irán.
En un inusual veredicto debido a que dos miembros del jurado hicieron sus deliberaciones y confirmaron su decisión vía videoconferencia —motivado al brote de coronavirus que hay en la ciudad de Nueva York— la jueza Alison Nathan leyó la decisión unánime contra Ali Sadr que concluyó que es el acusado es culpable de 5 crímenes graves que lo llevarán a la cárcel por varias décadas.
Los cargos son los siguientes: 1) Conspirar para violar las sanciones impuestas por los Estados Unidos contra Irán; 2) Violar las sanciones; 3) Conspirar para cometer fraude bancario; 4) fraude bancario y 5) conspiración para acometer lavado de dinero internacional.
La jueza Nathan informó que el acusado permanecerá bajo arresto domiciliario, con un monitor en su tobillo por cinco meses hasta que se le dicte sentencia.
Dijo Nathan que fijará la fecha de la condena en los próximos días, debido a que hay complicaciones con los calendarios de las cortes por la emergencia decretada en la Ciudad de Nueva York por el aumento de contagios de COVID-19.
La fiscalía objetó la petición de la defensa que permitirá que Ali Sadr permanezca en arresto domiciliario argumentando que, el ahora convicto, «es un hombre con mucho dinero, que ha demostrado que es capaz de comprar ciudadanías, y que tiene una amplia conducta criminal que supone un alto riesgo de fuga».
A pesar de las objeciones de la fiscalía, la jueza Nathan dictaminó que Ali Sadr podía esperar la sentencia en su domicilio, y aprobó las modificaciones de su fianza. Advirtió, sin embargo, «que si el convicto rompe las condiciones de su libertad condicional, tendrá graves consecuencias que incluirán posibles nuevos cargos».
Stratus Group
De acuerdo a lo planteado por la fiscalía, el conglomerado Stratus Grupo, controlado por Mohammad Sadr Hasheminejad, Ali Sadr y su familia, incluyó a la empresa Iranian International Housing Corp., que fue contratada por PDVSA, para construir 7 mil viviendas en Venezuela.
Sadr y otros conspiradores, elaboraron un esquema que incluyó la creación de empresas fachadas para lavar el dinero proveniente de los pagos en dólares estadounidense que hizo PDVSA a través de cuentas bancarias suizas, para lo cual se usaron las compañías Clarity Trade & Finances (Suiza) y Stratus International Contract JS, de Turquía.
El delito cometido —según los fiscales— es haber utilizando como bancos intermediarios a J.P. Morgan Chase y Citibank ubicados en Manhattan, Nueva York.
Sadr —quien estuvo envuelto en un escándalo de lavado de dinero con su banco Pilatus Bank, una entidad financiera de origen maltés que inició sus operaciones en enero de 2014 y al cual se le quitó la licencia en 2018— dijo que pensaba que las sanciones de Estados Unidos contra Irán no aplicaban a las empresas privadas de iraníes que hacen negocios fuera de Irán. Los fiscales rechazaron ese argumento advirtiendo que «el dueño de la empresa que firmó el contrato con PDVSA es iraní, vive en Teherán y está relacionado con el gobierno de ese país». Asimismo sostienen que «los beneficios, calculados en unos 115$ millones de dólares, fueron para el conglomerado de Mohammad Sadr Hasheminejad quien también es acusado en este caso».
Las evidencias señalan que los pagos provenientes del contrato con Venezuela —que era de un total de $ 476 millones—violaron las sanciones estadounidenses.
Sadr dijo «Mi estado mental era que este proyecto tenía 8,000 millas lejos de Irán, no tenía nada que ver con Irán».
Según Sadr, siempre creyó que las sanciones estadounidenses se aplicaban al gobierno de Irán, a los grupos militares afiliado con el estado iraní y las personas designadas por Oficina de Control de Activos Extranjeros como en la lista de nacionales designados y personas bloqueadas.
Sadr dijo que ni él «ni ningún miembro de su familia o las empresas con las que estuvo involucrado alguna vez fueron designadas por la OFAC en la lista de SDN.» Pero los fiscales lo desmintieron al informarle al jurado que «el banco de su padre, y en el cual, Sard trabajaba, EN Bank, fue sancionado en 2012 por la OFAC, al igual que la empresa de petróleo del mismo conglomerado».
Los fiscales dicen que los ‘Sadrs’ escondieron a sus conexiones cuando configuraron empresas en Suiza y Turquía, utilizando unas nacionalidades que compraron en la isla caribeña de San Cristóbal y Nevis, (por $ 250 mil) para las cuales usaron una dirección en Dubai. «Las mismas técnicas fueron usadas para configurar cuentas bancarias suizas en Hyposwiss Private bank AG».
Sadr asegura que su país de origen aparece en su pasaporte de San Cristóbal y Nevis y que le había dado la información al personal de Hyposwiss Private bank AG, cuando informó los detalles del proyecto de viviendas en Venezuela.
Los miembros del jurado han visto correos electrónicos y otros documentos en los que Sadr y otros discuten sobre cambiar el nombre a la empresa contratada por PDVSA, Iranian International Housing Co. IIHC para omitir cualquier referencia a Irán.
Los fiscales aseguran que el cambio de nombre fue parte del esfuerzo de Sadr y su familia para ocultar la participación de Irán o parías iraníes en el acuerdo con Venezuela.
Sadr explicó que «el banco suizo le informó que iba haber un problema potencial con el nombre Iranian International Housing Housing Corp., ya que sonaba como una empresa respaldada por el Estado iraní».
«Me diero
n muchos ejemplos de por qué estaban un poco asustados de que este nombre que se asemeja al gobierno iraní y les aseguré que IIHC, nada tiene que ver con el gobierno pues es una empresa de mi papá «, dijo Sadr.
«Es solo una línea roja para los bancos, no quieren tratar con el gobierno iraní, no quieren estar asociado con el gobierno iraní», sostuvo el acusado.
Sadr argumentó que «un empleado de Hyposwiss sugirió que usar el nombre abreviado IIHC, podría ser un buen idea y por eso procedí a cambiarlo».
@maibortpetit