La política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela ha dado un giro inesperado. Lo que en el primer gobierno de Donald Trump fue una estrategia de máxima presión contra Nicolás Maduro parece haber mutado en una táctica de negociación y pragmatismo. La reciente victoria opositora del 28 de julio de 2024, encabezada por María Corina Machado y el presidente electo Edmundo González, demostró un rechazo masivo al chavismo, pero también dejó en evidencia una realidad incómoda: la oposición venezolana, pese a su respaldo popular, no ha logrado consolidar una vía real para tomar el poder.
Mientras tanto, Maduro, afianzado en su control sobre las instituciones y con el respaldo de sectores militares, ha logrado mantenerse en el juego, incluso recibiendo señales de acercamiento por parte de figuras cercanas a Trump, como Ric Grenell. La gran incógnita es: ¿EE.UU. está realmente interesado en la restauración democrática en Venezuela, o simplemente busca estabilidad en la región y acuerdos estratégicos que favorezcan sus intereses?
Siendo así sería necesario para la oposición representada por Maria Corona Machado y Edmundo González cambiar de estrategia y adaptarse a esos cambios pragmáticos, si en verdad no quiere convertirse en un cadaver histórico de la nueva geopolítica mundial.
Lo dice Antonio de la Cruz en nuestro podcast, la oposición que ganó los comicios del 28J al actual dictador Maduro debe urgentemente cambiar de estrategia y buscar una negociación directa con actores que le permitan convertirse en una verdadera plataforma de transición a los ojos del nuevo orden geopolítico mundial.
VUSA