El Tren de Aragua ya se expandió al menos a 16 estados del país, incluidas ciudades importantes como Nueva York, Miami y Los Angeles; así lo indicó un informe del Departamento de Seguridad Nacional.
Daniel Brunner, exagente del FBI experto en pandillas, aclara que “esto no es una pandilla es una organización criminal”.
El hecho de que la peligrosa pandilla venezolana opere lo mismo en grandes ciudades que en estados con amplias zonas rurales, como Montana o Tennessee, es una muestra de su capacidad de adaptación.
Yasmin Velazco, periodista experta en seguridad, comenta que el Tren de Aragua se deslizó rápidamente por América Latina hasta alcanzar los Estados Unidos por la gran cantidad de migrantes que salieron y siguen saliendo de Venezuela.
Una vez en el país, su presencia en determinadas zonas coincide con el crecimiento de la población migrante venezolana.
Ellos se mimetizaron muy bien y entre los propios migrantes, se dieron cuenta de las necesidades y de los más vulnerables: los ancianos, los ninos y las mujeres.
En cuanto a los delitos, son diversos: desde robo en tiendas hasta esquemas de fraude financiero para financiar sus actividades en Sudamérica, según informes de inteligencia.
Ronna Risquez, periodista que investiga el Tren de Aragua, asevera que “tienen delitos que son los más importantes dentro de su portafolio criminal como tráfico de migrantes, tráfico de drogas y las extorsiones”.
En Miami, el Tren de Aragua fue noticia a inicios de año cuando al menos dos de sus integrantes fueron arrestados bajo cargos de asesinato, secuestro, invasión de vivienda y robo.
La víctima, Jose Luis Sánchez Valera, fue encontrado muerto en el asiento trasero de su vehículo, atado de pies y manos.
El crimen habría ocurrido después de un encuentro sexual. Luego, los sospechosos fueron a su apartamento y se robaron varias pertenencias. Uno de ellos indicó que eran del Tren de Aragua.
“Ellos quieren esto, ellos quieren que tengan miedo del Tren de Aragua”, explica Daniel Brunner, exagente del FBI experto en pandillas.
Ya en julio la Casa Blanca había designado al grupo como una organización criminal transnacional pero según agentes de la patrulla fronteriza, siguieron entrando al país, entre otros factores, por la falta de cooperación entre Estados Unidos y Venezuela que permita identificar rápidamente a posibles criminales entre los migrantes.
Agencias