Mientras un grupo de naciones camina a pasos agigantados hacia el control del Ecosistema Digital, en el continente Latinoamericano los políticos ineptos y corruptos solo se obsesionan por controlar el poder y robar, dejando poco espacio para entender que el futuro de sus países está en el desarrollo de los campos de las ingenierías, la electrónica, el análisis de datos, las matemáticas, la física y la química, áreas de poco interés entre sus comunidades académicas, políticas y sociales.
Peligrosamente, los sistemas educativos indican que Latinoamérica va hacia un “rol pasivo”, receptor de los desarrollos que hacen las naciones líderes. Excusa que la izquierda utiliza para continuar responsabilizando a factores externos, como la causa de sus males, sin reconocer sus errores. Su educación, según un informe de la Unesco de enero 2023, señala : “En los últimos 20 años, la tasa de matriculación aumentó de 19% a 39% en todo el mundo, siendo América Latina y el Caribe la segunda región del mundo que más ha crecido. Sin embargo, el crecimiento es desigual entre países pobres y ricos”.
Este mismo organismo también indica que en materia de calidad, la educación en Latinoamérica no muestra avances desde 2013, según su Estudio Regional Comparativo y Explicativo ( ERCE 2019), especialmente en los niveles de primaria en los que los niños no alcanzan los niveles mínimos en lectura y matemática. A pesar de la positiva tendencia inclusiva de la educación, su evaluación cualitativa no es halagadora.
Dice el especialista español, Ramón López de Mántaras, pionero en Inteligencia Artificial en España (profesor investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y director del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial), que actualmente el desarrollo del Ecosistema Digital demanda como especialización clave, la electrónica, igualmente se hace necesario el desarrollo de las ingenierías, sólo en Estados Unidos de América hay un déficit de un millón de profesionales. Recomienda otras áreas como el análisis de datos, la ética y las matemáticas. En resumen, dice, hacen faltan expertos para realizar los distintos trabajos que demanda la innovación tecnológica.
Con la Inteligencia Artificial dominando la temática académica y la vida del hombre, las interrogantes futuras son ilimitadas. Los parámetros utilizados para su diversidad de programación son creación humana; como dicen los expertos, estos avances de pueden favorecer a grandes comunidades excluidas, así como formar parte de “nuestras vidas”, especialmente en el campo de la medicina.
La IA es una invención cuyas ventajas son producto de siglos de generación de conocimiento. Como todo cambio, genera expectativas positivas y adversas, como antes ocurrió con la escritura, la imprenta, la máquina de vapor y la industrialización, la cámara fotográfica, la radio, la televisión y el Internet. La humanidad ha mostrado capacidad para asimilarlas y convivir con ellas, lo destacable es que el “ser humano es insustituible”, afirma Ramón López.
Esta transformación del Ecosistema Digital no es novedosa, ya sus primeros pasos se vienen dando hace años, incluso cuando se presentó el ChapGPT de la OpenAI en noviembre 2022, habían versiones antecesoras. Google ya venía abriendo el camino hacia la evolución de las tecnología de la comunicación y la información. La novedad y ventaja de la IA es su capacidad de relacionar datos, la velocidad de búsqueda de respuesta es mayor gracias a la cantidad de información suministrada a los programas y las bases de datos, aupados por hardtware más potentes en velocidad y capacidad de almacenamiento, a esto se añade la necesidad de los analistas de datos para la toma de decisiones acertadas. En el futuro el tesoro más preciado será “el dato y su análisis”.
Se hace imperativa la adaptación educativa, laboral y legal a los nuevos retos. Si se asumen pasivamente las innovaciones, Latinoamérica seguirá relegada, aclarando que esa desventaja es generada por la misma concepción de desarrollo instrumentada por políticos ineptos, empeñados en controlar el poder a “sangre y fuego”, malos para generar los ingresos necesarios que financien y estimulen las inversiones en áreas públicas y privadas, que -a su vez- le permitan a su población prepararse y generar riqueza y bienestar social.
La innovación tecnológica está moviendo los cimientos institucionales y los valores de la democracia, más con las consecuencias del uso generalizado del Internet y las redes sociales, que en vez de facilitar la divulgación y la democratización comunicativa de la humanidad generó el fenómeno de la “postverdad”, herramienta fatal que le permite a los jueces condenar públicamente a un ciudadano sin permitir su derecho a la defensa, o a un influencer que sin capacidad analítica emite juicios que tergiversan la verdad, o comunicadores sociales irresponsables y faltos de ética que se prestan para destruir o construir a personas o tergiversar hechos.
El periodista y editor zuliano Dámaso Jiménez reflexionaba sobre este asunto recientemente: “La culpa no será de la IA que está en camino de convertirse en la herramienta más asombrosa después del internet para explotar la creatividad humana en nuevas y mejores experiencias comunicacionales. Es decir, siempre será un asunto de naturaleza humana porque el robot, o el androide, o la IA, podrá mejorar y superar al hombre en las próximas tareas a realizar, incluso responder y hasta reflexionar, pero no tendrá consciencia de la presencia del otro que es distinto, ni de empatía alguna, por más que la ciencia ficción lo humanice para crear historias”.
Mientras tanto … Latinoamérica busca sus horizontes fluctuando entre una izquierda retardataria, inepta, delictiva, corrupta y violenta, y una derecha incapaz de responder a las demandas de una sociedad exigente, y de afianzar las instituciones garantes de la justicia, el desarrollo económico y del bienestar social. Es el tiempo perdido que limita el aprovechamiento de los avances de la humanidad y de proveer el sueño esperanzador a los jóvenes que deben emigran para materializar sus aspiraciones.
Es el sinfín de un continente incapaz de superar sus traumas cargados de venganza y un resentimiento histórico que solo sirve para animar discursos políticos desgastados e improductivos, cuyas secuelas demuestran su inoperancia pero que son muy rentables para quienes los explotan políticamente solo para conquistar el poder y vivir de él. Y mientras tanto… el futuro espera.
@hdelgado10