Antonio “Toño” Soler: El Via Crucis del último tercio

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“Lejos pero nunca ausente”, es una frase que enmarca muchos sentimientos y define por completo el sentimiento de quienes hemos tenido que salir del país, buscando la calidad de vida que nos robó, sistemáticamente el régimen que en mala hora gobierna en Venezuela.

En nuestro caso particular, la pasión y amor por el béisbol profesional venezolano nos hace en la medida de las posibilidades seguir, a diario el principal pasatiempo nacional, viendo como el gran desnivel existente entre la calidad de los bateadores con respecto a la de los lanzadores, marca la pauta diariamente.

Situación que no es nueva pero que se agrava ante las nuevas reglas del béisbol, las cuales establecen que un lanzador relevista deba enfrentarse al menos a tres bateadores sino saca el último out de un episodio, convirtiendo el último tercio de los juegos en un verdadero via crucis para los protagonistas, jugadores, cuerpo técnico, directivas y fanáticos en general.

Entre viernes y sábado de la semana anterior de ocho juegos efectuados, hubo hasta siete oportunidades de salvar desperdiciadas, hasta en par de oportunidades en un mismo juego por los dos equipos rivales.

Algo que nos ha hecho recordar a diario una observación que hace cinco temporadas nos hiciera Lino Connell cuando formaba parte del cuerpo técnico de Águilas del Zulia, donde nos recalcaba, como en la liga era cada vez más difícil poder transitar para los equipos a la defensiva el trecho del séptimo al noveno inning.

Teniendo en aquellos años la opción de usar un lanzador para cada bateador dependiendo del lado del plato donde se parara el primero, pero ahora con la limitante ya mencionada, aunado a otras particularidades como el uso que cada organización de MLB le permite a cada uno de los pocos miembros que actúan en la liga, más la poca durabilidad de los lanzadores abridores, cuyo éxito mayor es cuando logran transitar los primeros cinco episodios, podemos asegurar que los juegos desde el séptimo en adelante, tienen mayor movimiento de carreras que en los dos tercios anteriores.

Por si esto fuera poco, la liga ha sumado en los últimos días bateadores de primer nivel en las grandes ligas como Ronald Acuña Jr., Eugenio Suárez, Gleyber Torres, con otras figuras ofensivas anunciando su próximas incorporaciones, mientras que los lanzadores no van por el mismo ritmo, básicamente por las restricciones de MLB.

Por eso los equipos con más brazos y sobretodo si son efectivos son los llamados a ser los protagonistas en las máximas instancias, destacando en este momento las estructuras de Leones y Cardenales, teniendo Magallanes un grupo poblado que de encontrarle la vuelta los podría llevar a retener su título.

Para apoyar este comentario nos apoyamos en los números siempre al día de nuestro amigo José Gustavo Rios, en la temporada del 2020 la cual fue recortada por la pandemia, hubo un total de 63 oportunidades desperdiciadas, siendo Tiburones los líderes con 15.

Para el 2021 la campaña fue más larga, el total de blown saved, se incrementó a 96, siendo los líderes en ese departamento tan indeseado los Tigres de Aragua con 16. En lo que va del 2022 sin contar la jornada dominical van 73 desperdicios, teniendo a los Caribes de Anzoátegui en la primera casilla con 16, la misma cantidad con la que Aragua terminó la anterior, por lo que no es difícil presumir que está temporada será mayor a 96 la cifra de lamentos.

La cual se obtiene cada vez que un equipo en el plano colectivo cede la ventaja en la pizarra, o en lo individual para el lanzador que permite la voltereta.

Esto ha hecho que piezas que han sido súper efectivas al comienzo, estén dando muestras de cansancio por el sobre uso, al traerlos a cerrar desde el octavo episodio, cuando lo normal en el béisbol de hoy es usarlos solo en el noveno o inning de cierre si su equipo está arriba. O en el noveno si su equipo es Home Club y el marcador está igualado.

Será hasta la próxima Dios Mediante.

Columna Hit & Run @tonosolerp