La decisión de Estados Unidos de abrir un nuevo proceso para la entrada, de manera legal y segura, de 24.000 venezolanos cualificados, es una medida humanitaria que podría funcionar bien, como ya se demostró en el caso de los ucranianos.
Será a través de un parole, que se entregará a venezolanos que cuenten con una persona en Estados Unidos con capacidad económica o financiera para poder mantenerlos. No se trata de un estatus propiamente dicho, pero sí de una admisión, una entrada legal. Y esto permitirá que, quienes arriben por esa vía, puedan optar a un permiso de trabajo.
Básicamente, la nueva decisión de las autoridades norteamericanas permitirá la reunificación familiar. Por ejemplo, una persona en proceso de asilo, que lleva cuatro o cinco años esperando, y tiene a su esposa/o e hijos en Venezuela. En este supuesto, muy probablemente, podrá traerse a cónyuge e hijos, aunque su caso no haya sido aprobado todavía. Igualmente sucedería con el TPS, entre otras figuras que han generado algún tipo de separación familiar.
Uno de los aspectos prácticos de este tipo de trámite es que el beneficiario no tendrá que pasar por un proceso de entrevistas consulares, ni viajar a otros países. Con un documento emanado directamente del Servicio de Inmigración, podrá tomar un avión directamente a Estados Unidos, sin ninguna limitante de admisibilidad a la entrada.
Estamos ante un paso verdaderamente humanitario, que de alguna manera permitirá que muchos venezolanos emigren de forma ordenada y segura a Estados Unidos.
Según el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas, “aquellos que intenten cruzar la frontera sur de Estados Unidos ilegalmente, serán regresados a México y no serán elegibles para este proceso en el futuro”. Es importante tener en cuenta esta advertencia.
DLA