Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados la noche del lunes en una iglesia de la comunidad de Cerocahui, en el estado mexicano de Chihuahua, junto a un guía turístico que buscaba refugio en el templo cuando era perseguido por una persona armada.
Los cuerpos de los clérigos, identificados como Javier Campos Morales, de 78 años y Joaquin Césaer Mora Salazar, de 80 años, así como el de la tercera víctima, Pedro Eliodoro Palma, fueron robados tras el atentado.
La tarde de este miércoles, la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, informó que los restos fueron localizados y recuperados. «Esto comprobado por medicina forense», dijo.
Antes, las autoridades informaron que más de 250 elementos del Ejército se encuentran en la sierra Tarahumara de Chihuahua para localizar al sospechoso del asesinato, identificado como José Noriel Portillo,alias «El Chueco», presunto líder de «Los Salazar», un brazo armado del Cártel de Sinaloa en esa región.
La Fiscalía de Chihuahua anunció una recompensa de 5 millones de pesos mexicanos por datos que lleven a capturar al presunto asesino, mientras el Instituto Nacional de Migración informó que emitió una alerta migratoria para evitar que pueda escapar del país.
«Expreso mi dolor y consternación por el asesinato en México, anteayer, de dos religiosos, mis hermanos jesuitas, y un laico. Tantos asesinatos en México», dijo.
El incidente ha consternado a la comunidad jesuita del país, que a través de un comunicado de prensa ha pedido protección al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre todo en las zonas con fuerte presencia del crimen organizado.
Este martes, en su conferencia de prensa matutina, el mandatario reconoció los altos índices de violencia que enfrenta la sierra de Tarahumara, donde se ubica Cerocahui, en el norte del país.
«Es una zona de bastante presencia de la delincuencia organizada. Parece que se tiene ya información sobre los posibles responsables de estos crímenes», manifestó.
El presidente confirmó la versión de las autoridades e indicó que el guía turístico era perseguido cuando intentó resguardarse en la iglesia.
Antes de los asesinatos, también en Chihuahua, se reportó el secuestro de cuatro turistas; dos hombres, una mujer y un menor de edad. Ninguno ha sido encontrado todavía.
Las víctimas fueron secuestradas de un hotel de la zona, informó la agencia Reuters, que citó a fuentes policiales no identificadas.
El jesuita Javier «El Pato» Ávila aseguró a medios locales que un tercer sacerdote que se encontraba en la iglesia -llamado Jesús Reyes- pasó una hora conversando con «El Chueco» tras los asesinatos y que inclusó este le pidió perdón por lo que hizo.
No se sabe por que «El Chueco» no mató a Reyes.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México, Guillermo Fernández Maldonado, dijo que los dos sacerdotes eran parte del equipo de religiosos y laicos que realizaba desde hace más de dos décadas «un importante trabajo social» con la comunidad indigena Rarámuri.
Por su parte, Luis Gerardo Moro Madrid, provincial de la Compañía de Jesús en México, condenó los hechos en un parte de prensa.
«Fueron asesinados en el contexto de violencia que vive este país, luego de intentar defender a un hombre que buscaba refugio en el templo y que era perseguido por una persona armada», sostuvo.
El sacerdote también denunció la violencia que aqueja al norte de México, en donde personas son asesinadas «todos los días arbitrariamente».
BBC MUNDO