Decía el diplomático y periodista venezolano, Pablo Bassim, que el objetivo de los comunistas era destruir los valores de la cultura y la democracia occidental, por lo tanto, ellos no practicaban sus creencias y mucho menos sus principios familiares, de amistad y la solidaridad.
Décadas después de ese presagio, la historia se encargó de darle la razón. Vladimir Putin lo ratifica en Ucrania y el Foro de Sao Pablo en Iberoamérica. Los valores, principios y la destrucción de las instituciones son un hecho, especialmente en este lado del mundo, donde este domingo 19 de junio de 2020, Colombia decidió por un cuestionado candidato corrupto e ineficiente.
Las últimas elecciones colombianas fueron mediocres y con un rol de los medios de comunicación que facilitó un “reallity Show”, con un discurso vacío, muna pelea de gallos”, con graves denuncias que no llegaron a ninguna parte, financiamientos oscuros, violaciones a la ley, etc. Pero nada de eso importó. Una demostración de que en este lado del mundo el “crimen sí paga”, cuando las instancias electorales y judiciales están sesgadas y obedecen a intereses particulares.
Con la llegada de Gustavo Petro, la patria soñada por Simón Bolívar, que de manera tergiversada quiso vender el fallecido Hugo Chávez, se está consolidando pero bajo una bandera diametralmente opuesta a la propuesta por El Libertador, porque la de ahora está fundamentada en el narcotráfico, el terrorismo, el comunismo sin valores, en resumen la que también presagió el padre de la democracia venezolana, Rómulo Betancourt: Los que sigan el ejemplo de Cuba seguirán el camino de la pobreza y la sangre.
La última guinda de la torta latinoamericana era Colombia, ya Chile había caído devastado sin que los demócratas hicieran algo. Lo grave de este asunto es que los informes de inteligencia de Estados Unidos de América (EUA) advertían que la derrota militar de las guerrillas, las obligó a replantear su concepción revolucionaria y sin oposición alguna se orientaron hacia las ciudades en forma de organizaciones políticas, algunas clandestinas, agitaciones políticas, disturbios civiles y terrorismo. Lo ocurrido en 2018 evidenció el trabajo sistemático, la destrucción y filtración de las instituciones democráticas, incluyendo organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y ONG defensoras de los derechos humanos, se consolidaron con el tiempo.
A quienes advirtieron sobre la amenaza del Foro de Sao Pablo no se les “paró bolas”, y ahora cuando lo comunistas buscan eternizarse en el poder aprovechando las inocentes ventajas que les dio la democracia y buscan el objetivo principal: Eternizarse en el poder, los demócratas comienzan a darse cuenta de sus errores. Colombia mostró que la corrupción y los intereses de sus mafias político-económicos, están sobre los intereses nacionales, y la izquierda deseosa de poder utilizó recursos del narcotráfico para comprar conciencias incluyendo a los electores que funcionaron con “el estómago”.
El enemigo del comunismo colombiano y de la tradicional élite política-económica era Álvaro Uribe. Para destruir a alguien o buscar algún beneficio bastaba evocar su nombre. Su origen paisa contradijo los intereses cachacos y había que sacarlo del juego. Al colombiano se le olvidó que su historia moderna se dividió en el antes y después de él ¿Qué era el país antes de su gestión, qué fue después? Pero en naciones con memoria corta ese legado se perdió, más cuando sus dos sucesores le dieron la espalda: Juan Manuel Santos e Iván Duque. Muchos dicen que su ciclo se cerró ahora, pero verdaderamente eso ocurrió cuando salió de la presidencia, aunque mantenía su influencia, esta era reducida.
En la última pelea de gallos electoral, la fuerza del aparente polo de la derecha flaqueó. Demostró que no era contundente como la extrema izquierda, afianzado con el alto porcentaje de pobreza vulnerable a la compra de voto o la dádiva pública. En la semana posterior a la primera vuelta, Rodolfo Hernández cometió el error de criticar al uribismo, generando lo que las cifras mostraron, un desplazamiento del capital electoral de Federico Gutiérrez, de 5,5 millones de votantes hacia la abstención, el voto en blanco y el mismo Petro, en esto último los tradicionales caciques políticos jugaron papel importante. El desacierto evitó que la lógica matemática funcionara y ocurrió la inevitable derrota.
La victoria de Petro pone en peligro los intereses norteamericanos en su lucha contra el narcoterrorismo, consolidará a la soñada Patria de Bolívar teñida de rojo y con principios y valores diametralmente opuestos a los fundamentos democráticos. La intención será imponer las bases comunistas para consolidar el sueño de Carlos Marx: Ser la última etapa de la historia de la humanidad, por eso van a monopolizar el poder utilizando todos los instrumentos judiciales, electorales, legislativos y económicos del Estado colombiano.
La gestión Petro será una prueba de fuego para las instituciones democráticas colombianas. Sin embargo, el docente y periodista, Gustavo Valdivieso, dice que esa fortaleza es cuestionable dada la corrupción y el caciquismo existente en la política local. El profesor y economista de la Universidad del Zulia, Rafael Portillo, tiene fe en su tradición histórica. Control Risks Analisis en sus escenarios visualiza confrontación, incluyendo con los militares y en áreas como la gobernabilidad y abusos de poder, seguridad, ambiente de negocios y en el ámbito de las protestas sociales, el control de la izquierda se mantendrá hasta que los recursos que inicialmente se usarán para financiar las políticas sociales hasta que ese flujo comience a fallar.
Con respecto a la política exterior, lo primero será el acercamiento con el eje del comunismo financiero y político: Venezuela-Cuba. Los vínculos de estos dos países con los adversarios de EUA, Rusia y China, van a complicar su estrategia global. Luego del 7 de agosto de 2022, se abre un escenario para uno de los aliados en la lucha contra el régimen de Nicolás Maduro y una barrera para el narcoterrorismo aliado de Petro que actúa en ambos países. Los escenarios manejados por la inteligencia de EUA advirtieron sobre el peligro de inestabilidad en el Caribe, más cuando hay conflictos geoestratégicos como los vividos en Europa. Mientras los demócratas se cruzan de brazos la narcopatria de Simón Bolívar sigue su triunfante marcha. Ahora se entiende el concepto que manejaba Chávez.
@hdelgado10