Cristopher Figuera: “Las torturas en Venezuela son sistemáticas”

Cristopher Figuera (Punta de Mata, Venezuela, 55 años) aún guarda el documento de cuartilla y media que le mandó a su “comandante en jefe”, Nicolás Maduro, a principios de año. En él le pedía que cesara las competencias de la chavista Asamblea Nacional Constituyente, que cambiase al Consejo Nacional Electoral. Básicamente, que propiciase su salida. O al menos una salida a la situación insostenible que vive Venezuela. No era la opinión de cualquiera: Figuera era el jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), la temida policía política venezolana.


Poco después, el general se erigió en uno de los artíficies de la frustrada ofensiva militar del 30 de abril, que propició la liberación del líder opositor Leopoldo López. Aunque se niega a hablar de fracaso, Figuera tuvo que huir de Venezuela. Pasó dos meses resguardado en Colombia y desde hace dos semanas está exiliado en Estados Unidos. En un hotel de Miami atiende a EL PAÍS durante más de una hora. Figuera carga el libro de Mark Thompson ¿Qué ha pasado con el lenguaje de la política? que, dice, está devorando. El exjefe del Sebin se muestra calmado en la mayor parte de la charla, pero no puede evitar la incomodidad que le genera hablar de las torturas o las persecuciones del régimen ni transmitir la sensación de que se muestra muy receloso de profundizar en el funcionamiento de la jerarquía chavista.


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Pregunta. ¿Qué le llevó a decirle a Maduro que no podía seguir así?

Respuesta. Yo hacía semanalmente estados de opinión de la situación del país. Cada vez eran más alarmantes, la situación era insostenible y a finales de febrero le dije a Maduro que qué acción política pensaba adelantar para mitigar la crisis. A comienzos de marzo le volví a insistir. Hice un documento de cuartilla y media donde grosso modo le sugiero que la Asamblea Nacional Constituyente cese sus funciones, que se cambie el CNE, que se llame a elecciones y que después se les pidiera a los países que han sancionado a Venezuela que se levantaran las sanciones. Le pareció que era una actitud derrotista y cobarde de mi parte. A mí también me fue desagradable esa respuesta.

P. ¿Para entonces usted ya estaba en contacto con el Gobierno de Estados Unidos?

R. No. Había hablado con los servicios secretos norteamericanos, pero con autorización de Maduro. Ellos habían pedido una reunión, no conmigo, con otros funcionarios que en ese momento tenían responsabilidades más altas. Y a través del agregado militar que estaba en República Dominicana llegó el mensaje, yo se lo hice saber a través del jefe de la casa militar a Maduro y él decidió que fuera yo. Ese fue el contacto que yo tuve. Alguno para tratar de desprestigiarme, tratar de quebrar mi moral ha dicho que yo era un vendido, que tenía años en estas cuestiones. Y yo le he mandado a decir a él que si él cree que soy un hombre de precio y no de valores, que con todo lo que él su familia se han robado que me haga una oferta para ver si yo la acepto.

P. ¿Por qué fracasa el 30 de abril?


R. El 30 de abril no ha fracasado. El amanecer es una operación que está en marcha, la operación libertad está en marcha. Solo que en el momento en que debió de haberse dado el proceso no se dio. Pero hay cosas que están ocurriendo producto de ese amanecer

P. ¿Qué cosas están ocurriendo?

R. Las mismas conversaciones que se están dando ahora en Barbados.

P. Ese día usted hubiese podido abrir los calabozos del Sebin, ¿por qué no lo hizo? ¿por qué no dio más pasos?

R. El presidente Guaidó me envía un indulto donde estaban algunas personas que estaban privadas de libertad. Yo tuve la intención de que salieran otros pero no estaban en ese indulto. Era riesgoso para ellos porque no estaban al tanto de algunas cosas. ¿A dónde iban a ir si los aprehendían? En las primeras horas tampoco habíamos pensado que no se iba a dar que algunos de los involucrados iban a incumplir con la palabra empeñada.

P. Uno de los que no cumplió fue Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia. ¿Por qué cree que no dio el paso?

R. A todas las luces su ambición desmedida es un factor fundamental para que no terminara de cumplir lo que había prometido.

P. Hay quien dice que Leopoldo López precipitó la operación, otras voces apuntan a usted. ¿Quién adelantó todo?

R. El día 27, para el amanecer del 28, tuve información de que un grupo importante de motorizados iba a ir al encuentro de la marcha de la oposición del 1 de mayo. No podía llegar al Primero [de mayo] con esa situación, iba a ser catastrófico, lamentable.

P. Es decir, es usted quien precipita los acontecimientos.

R. Le informé a los compañeros que estaban en eso, le informé incluso a Padrino y a Maikel Moreno. Les dije que era lamentable que eso fuese a ocurrir.

P. ¿Y qué le dicen?

R. Bueno, hubo nervios, creo que no estaban convencidos o a lo mejor no era el esquema que ellos esperaban. Tenían ambiciones particulares.

P. Usted llega a la dirección del Sebin después de la muerte del concejal Fernando Albán. Hace unas semanas un capitán murió torturado en la sede de la DGCIM. ¿Cómo de sistemáticas son las torturas en ambos organismos?

R. No tengo los elementos para graficarle con el nivel de detalle que solicita. Albán fue lanzado, ahí hay unos funcionarios que están detenidos, procesados por ese hecho. En el caso del capitán, hay una situación dolorosa, dramática, aberrante. En esos organismos hay unos elementos que le tributan directamente a Maduro para amedrentar, aterrorizar a quienes se opongan a su designios.

P. Usted dirigió el Sebin y formó parte de la contrainteligencia militar. Si había persecución, usted estaba al tanto. ¿Cómo de habitual eran? ¿Cómo se establecían?

R. Se hacían persecuciones sobre todo en el aspecto político. Los derechos políticos están en cuestión en Venezuela, todo aquel que no esté de acuerdo con lo que establezca Maduro es señalado de enemigo. Se hacen persecuciones a través del espectro electrónico, las intervenciones telefónicas, perseguimiento en el terreno. La mayoría guardan relación con el aspecto político y eso es lo más grave, porque hay otros delitos, otras cosas que tienen que ver con la violencia social y no hay la persecución como correspondería a gente que anda haciendo esas cosas. Por el contrario, otros que tienen ideas distintas,

P. Perdone que le insista, pero usted estuvo al mando del servicio de inteligencia, sabía de esas torturas. ¿Quién las ordena?

R. Maduro, Maduro es el que ordena las persecuciones políticas. Todo lo que dice el informe que acaba de presentar la alta comisionada para los derechos humanos es cierto. Fue un poco tímido también, porque hay cosas horrendas que no fueron graficadas allí.

P. ¿Por qué usted hasta el 30 de abril autorizaba o no hacía nada para evitar esas torturas que se producían en los centros de detención?

R. Yo salí de la DGCIM como subdirector precisamente por oponerme a ciertos tratos inhumanos a algunas personas y tuve discusiones fuertes con quien era director y él se excusaba: “Ha habido una orden que dio el comandante”. Cuando llego al Sebin pude ver que había personas que estaban aisladas, el general Baduel, Requesens estaba aislado completamente, no le permitían que saliera al sol, no le permitían que lo visitara su médico.

P. Por eso le digo. Eso son torturas. ¿Usted cree que son sistemáticas?

R. Sí, porque esa es una manera de tener aterrorizada a la gente. Lo grave es que los mismos compañeros militares que están en altos cargos no se pronuncien, no condenen.

P. A usted también le ha costado. Siendo director del Sebin hubo al menos dos casos relevantes, el del periodista Luis Carlos Díaz y el de Roberto Marrero, jefe de Gabinete de Guaidó. ¿Esas persecuciones estaban justificadas?

R. Quiero pedir perdón a Luis Carlos. Días antes del apagón él mostró un video y por el solo hecho de hacer eso quisieron hacer ver que él era el responsable. Y Maduro dio la orden de que lo aprehendieran. Y así fue. Sin embargo, me entero luego de que su esposa era paciente oncológica. Hablé con el fiscal y también le informé a Maduro. Además, es que no había suficientes elementos de conducción criminal para aprehenderlo.

P. Guaidó ha buscado el quiebre de los militares, pero nunca se ha terminado de dar. ¿Por qué?

R. Porque dentro del secuestro de las instituciones, Maduro también tiene secuestrada a la cúpula militar con un mensaje disfrazado de patriotismo y de lealtades, de simbologías. Algunos militares que están en la alta jerarquía tienen compromisos de carácter económico o Maduro sabe algún secreto. Por allí los tiene agarrados.

P. ¿Y fuera de la cúpula?

R. Hay miedo, terror. Hay señales suficientes de las cosas que les van a hacer en caso de que descubran que no están de acuerdo.

P. ¿Cuánto poder tiene Vladimir Padrino?

R. Después del amanecer [por el 30 de abril] muchas cosas han cambiado. Creo que hay negociaciones para su permanencia en el ministerio de Defensa. A lo mejor le ha vendido a Maduro la idea de que él le garantiza que no le vayan a sacar del poder. Y Maduro le garantiza a él que no va a permitir que sea juzgado.

P. ¿Qué peso tiene Diosdado Cabello?

R. Tiene una fuerza importante en la base y en el partido del Gobierno que le sigue. Maduro y él tienen una buena relación. Diosdado no está dentro del Ejecutivo, pero influye en decisiones, sobre todo en la nueva configuración de la estructura militar y de algunas políticas públicas.

P. En los últimos meses da la impresión de que el Sebin responde a distintas órdenes. ¿Hay unidad en los servicios de inteligencia?

R. En el Sebin hay gente muy valiosa, pero van a copiar el modelo de lo que hagan sus jefes. Yo traré de humanizar, pero hay funcionarios de mayor jerarquía que tenían como norma hacer cosas inadecuadas, participar en extorsión o en hechos de fuerza. Eso no lo controla uno como director. Cuando a Guaidó lo trataron de hacer preso, me personé en la sede y mandé llamar a los funcionarios y se les dictó una medida.

P. ¿Quién ordenó la detención?

R. No lo sé, lo que me dijo el comisario al cargo es que se confundió en la orden. Había un seguimiento permanente, porque había que reportar cada dos horas dónde estaban Guaidó y otros líderes de la oposición. Yo le dije que cuál había sido la orden: “Vigilancia y seguimiento. Me confundí”, me respondía.

P. Usted sabe que eso no es cierto, que alguien tuvo que ordenarlo.

R. Tengo mis sospechas de quién pudo haber dado la orden, pero como no tengo los suficientes elementos me parece irresponsable decirlo.

P. ¿Por qué cree que se tiene en aislamiento al general Raúl Isaías Baduel?

R. Con Baduel conversé varias veces. Es una persona a la que le llama la atención la lectura y compartíamos el interés por el lado académico. Me comentó: “Estando tú en la DGCIM al coronel Franco Quintero le dieron la orden de sembrarme una agenda, unos escritos. Eso hicieron y me llevaron a prisión”. Revisé el expediente, algunas cosas y me di cuenta de que realmente estaba secuestrado. Yo no lo sabía. El maestro del arte del engaño, Maduro, le da una orden a Jorge Rodríguez y hacen que una infamia parezca realidad.

P. Usted fue entrenado en Cuba y Bielorrusia…

R. Hice estudios allá

P. ¿Qué papel tienen los agentes cubanos en Venezuela?

R. Venezuela tiene convenios con varios países. En el caso de Cuba, Venezuela da petróleo y ellos lo pagan con prestación de servicios: hay médicos, profesores y asistencia en la parte militar. Es una relación de asesoría.

P. ¿Qué tipo de asesoría?

R. En la DGCIM y en el Sebin era estrictamente académica y de planificación de los estudios. Son muy buenos en la planificación educativa, excelentes.

P. ¿Quiere decir que no hay influencia cubana detrás de las estrategias de persecución a los críticos con Maduro?

R. Decir eso es una irresponsabilidad. Ahora, no sé si Raúl Castro le recomendaba directamente a Maduro qué hacer, es posible que eso haya sido así, pero hay un mito en torno a la participación de los cubanos. Estaban reducidos a su espacio académico.

P. ¿Pero los cubanos no participan en la seguridad de Maduro?

R. Eso es otra cosa. En el primer anillo de seguridad de Maduro hay un grupo importante de cubanos, tiene médicos, cocineros, psicólogos.

P. ¿Cuánta gente?

R. Antes de yo venirme eran 15 en ese espacio, pero después, un compañero de la guardia de honor me dijo que habían llegado 200 personas.

P. ¿Cuál es la participación de Rusia?

R. Es una relación comercial. Venezuela ha comprado sistemas de armas y tecnología a Rusia, cada cierto tiempo viajan a actualizar los equipos, a entrenar al personal.

P. ¿Qué penetración tienen las guerrillas colombianas en Venezuela?

R. El ELN ha hecho contactos con algunos mandos militares, los ha corrompido en la frontera. Hablamos de mandos medios y bajos. En el caso de las FARC, según informaciones de inteligencia que me llegan, [el exguerrillero] Jesús Santrich habría llegado a Venezuela para de ahí sacarlo a Cuba. Nadie en el alto mando militar está de acuerdo con la relación con la guerrilla. En algún momento, el ELN me mandó un mensaje para reunirse conmigo. Yo informé a Maduro y me dijo: “No me mandes eso por teléfono, lo vemos en persona”. Después, me dijo que él tenía una persona que los iba a atender, el almirante Rodríguez Chacín.

P. ¿Qué credibilidad le da a las conversaciones que se dan en este momento en Barbados?

R. Maduro habla de diálogo cada vez que se encuentra acorralado. Por eso digo que es un estafador. Él lo que quiere es seguir en el poder. Maduro lo está utilizando como una válvula de escape. El diálogo debe darse para restituir la democracia, pero Maduro no debe estar. Es una maniobra para ganar tiempo. Está haciendo cualquier cantidad de marramucias, diríamos en Venezuela, para ganar tiempo y permanecer ahí.

P. ¿Es posible una salida no violenta?

R. Si Maduro se va, claro. Pero tiene que irse. Él es el problema.

P. Se lo pregunto de otra manera, ¿usted cree que Maduro dejará eventualmente el poder de una forma negociada?

R. Tengo dudas.

P. Maneja un lenguaje, un discurso, muy similar a lo de muchos líderes de la oposición. ¿Usted se sigue considerando chavista?

R. Tendría que explicar qué es para usted el chavismo para ver si yo entro en eso. Porque en Venezuela el problema no es ideológico.Yo tengo una postura nacionalista, bolivariana, de un patriota venezolano. Yo soy un hombre que clama la justicia. Por menos de lo que está ocurriendo en Venezuela, Chávez llevó adelante una rebelión militar y por menos de esto no sé qué le haría a Maduro.

Javier La Fuente / El País